—Parece que mi vida se cae a pedazos —susurre pinchando la carne apenas si tenía hambre, pero ni bien probaba la carne no podía dejar de comerla.

—Sé que todo se ve mal, pero recuerda que en cuanto puedas controlar tu instinto puedes volver a ver a tu familia —Carter puso otro trozo de carne en mi plato. Mire a su hermana que transformo sus dientes en filosos colmillos devorando la carne cruda que su hermano había traído. Hasta una niña de seis años podía controlar su instinto asesino y yo no.

—Eso creo, de todos modos, vivir con mi papá biológico me aterra un poco jamás lo conocí pensé que... estaba muerto —susurré lo último para que Brooklyn no me escuchara. Carter tomo mi mano apretándola apenas al menos no había intentado coquetear conmigo en los días que llevo aquí.

—No debes tener miedo a fin de cuentas es tu papá no creo que te haga daño —puede que tenga razón, pero no conozco de nada a ese hombre que tal si es un psicópata como el papá de Diego. Por la luna Diego me dijo que él estaba vivo, pero jamás tuvimos oportunidad de hablar acerca de lo que sabe.

—Tengo que ver a Diego —me levante dejando caer mi tenedor haciendo un ruido estruendoso.

—Puedo ir contigo si quieres —mire a Carter con incredulidad como podía dejar todo para seguirme a un lugar totalmente desconocido. Brooklyn dejo de comer su trozo de carne y miro a su hermano con lágrimas en los ojos.

—¿Porque tienes que irte? —la carne salió volando del plato de Brooklyn para estrellarse en el rostro de Carter. Los gritos de la pequeña se escucharon por toda la casa y no exagero cuando digo que rompió mis tímpanos. Cuide algunos niños antes y jamás había visto una rabieta tan fuerte como la de Brooklyn.

—Puedo llevarte Brook tan solo deja de gritar y come el resto de tu carne —es increíble como los niños cambian de parecer en menos de un minuto. El rubio puso un nuevo trozo de carne en el plato de Brook que comenzó a devorarlo.

—¿Acaso no tienen una niñera valiu? —sonreí por lo bajo terminado de comer lo último que quedaba de la carne. Sentí los ojos de Carter clavados en mí, Brook comenzó a reírse su rostro estaba cubierto de sangre al igual que su vestido de princesa.

—Mis padres una vez contrataron una niñera y cuando regresaron la niñera estaba a medio comer en la cocina —mire a Brook y esta eructo tomando un poco de agua para irse corriendo de la cocina con su barita. Como una adorable niña podía llegar a comerse a alguien, si bueno ella es una valiu come carne humana pero sus padres la están adaptando a la carne animal.

🌙🌙🌙

El frio calaba mis huesos, pero me había negado rotundamente a usar el tapado rojo que tía Soft me había regalado. Pero si use una campera que le había robado a Demian antes de irme su aroma me hacía sentir en casa. Tenía su perfume que me hacía no sentir tan alejada de él. Carter me ofreció uno de los abrigos de su mamá, pero me negué yo quería usar la campera que le había robado a Demian.

Brooklyn saltaba delante de nosotros con su abrigo y gorro con un pompón que se movía con sus saltitos. Es tan bonita. Cantaba una canción que había escuchado que su mamá le canta antes de dormir. Carter no apartaba los ojos de su hermana, pero tampoco se alejaba de mí no sé si tenía miedo de que me fuera corriendo o de que alguna otra criatura sobre natural me ataque.

El ambiente cambio en el aire se sentía el olor a hombres lobos, que sorprendente mis instintos se desarrollaban cada día más.

—Brooklyn ven aquí —decir que el ambiente hostil se olía en el aire se quedaba corto montones de lobos aparecieron en el bosque gruñéndonos. Brook corrió hacia mi tomando mi mano. Di un paso al frente ocultando a la niña detrás de mí. Un lobo enorme de color chocolate camino hasta quedar a unos pasos de mí. Se transformó en humano y delante de mi estaba Diego, temí que mi instinto intentara matarlo, pero nada ocurrió. Solté la mano de Brook y me tiré encima de Diego en un abrazo. El me estrecho contra si girando cargando conmigo. Me bajo al suelo riendo y acaricio mi mejilla. La mano de Brook volvió a tomar la mía apretándola fuerte.

Los aullidos a la LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora