05

5.9K 493 258
                                    

Estaba sentada abrazando mis rodillas en un banco público, en una plaza que no puedo reconocer.

No podía creer que lo que iba como un día hermoso y alegre se terminó arruinando, y aún encima por culpa de mi padre.

Él está en Seúl y no fue capaz de ni siquiera mandarme un mensaje avisándome. Ni siquiera fue consciente de que la cafetería estaba a pocas calles de la maldita residencia estudiantil donde él mismo me anotó. Y en todas estas horas no me ha llamado, ni tampoco me ha mandado mensajes. Sé que no debería importarme, porque después de todo él no me quiere ni un poco pero es mi padre, y a veces duele que no se acuerda de la existencia de su propia hija.

Duele que no se preocupe por mí, duele que no me quiera, duele... y mucho. Pero lo que más duele, es que la única vez que le importé fue porque se enteró de que tenía novia.

Jungkook y Jisoo no han parado de llamarme, y sé que parece egoísta de mi parte no contestar, porque sé que están preocupados.

Sé que Lisa está preocupada y debe de estar mal por mi culpa. Y me siento la peor persona del mundo por eso. Al fin y al cabo todo es mi culpa...

Pero, necesitaba y necesito pensar. No puedo evitar todos mis problemas hasta el día de mi muerte. Quiero decir, algún día mi padre iba a aparecer, y es algo que no puedo evitar toda mi vida. Sé que es una mala persona, y desde que nací no ha hecho más que dañarme, pero eso no evita que deba hablar con él.

Tal vez no hoy, ni mañana, pero pronto.

Una fría brisa me distrajo de todo, el tiempo estaba comenzando a ponerse cada vez peor
y mis manos congeladas y solas me hacían querer volver.

Tomé mi celular y llamé a Jungkook, quién es el que más me ha estado llamando desde hace horas.

–¿Jennie? ¿Niña, estas bien?–Contestó la llamada a los segundos.

–No lo sé. Estoy temblando de frío en el banco de una plaza.

–Tranquila, ahora que por fin me has llamado puedo ver tu ubicación. Estaré en unos minutos.

Cortó la llamada y suspiré. Realmente hace mucho frío. Miré hacia arriba intentando descifrar si iba a llover, y es lo más probable. Está el cielo inundado de nubes grises y pesadas que tapan el Sol.

Dejé mi cabeza apoyarse sobre el banco y me abracé a mi misma buscando calor.
Mis ojos pesaban mucho, y como hace tiempo lo deseaba, los cerré unos segundos, relajándome por la sensación de alivio.

A pesar de que mi cuerpo estaba prácticamente congelado sonreí pensando en mi rayito de Sol y escuchando su risa. Si tan solo mi padre se diera la oportunidad de conocerla, definitivamente entendería por qué estoy enamorada de ella. De a poco cada comencé a dejar de sentir cada parte de mí. Intenté mover mis piernas, mis brazos, mis manos, pero no podía. Ni siquiera tenía la fuerza para poder abrir mis ojos. Y fue ahí cuando dejé de sentir mi cuerpo. (...)

Comencé a sentir calor en mi cuerpo por lo que abrí los ojos, y me sobresalté. Hace escasos segundos yo estaba en una plaza intentando sobrevivir y ahora estoy en... ¿La cama de Lisa?

–¿A caso he muerto?–Murmuré sobándome la cabeza, pues me dolía tanto que podía escuchar los latidos de mi corazón dentro de ella.

–Claro que no, tonta.–Escuché a Lisa reír un poco. Volteé y es que ella estaba ahí, acostada a mi lado.

–Mierda...–Froté mi frente.–¿Como es que llegué aquí? No recuerdo nada.

Ella suspiró, y comenzó a acariciar mi mejilla con su mano.

as she sees | jenlisaUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum