Capítulo 18

7.6K 863 251
                                    

Y así continuaron pasando los días, las semanas... los meses.
Ya habían pasado alrededor de nueve meses desde que Dipper había llegado al castillo, y la verdad todo seguía siendo tan maravilloso como el primer día que llegó.

El Pines podía decir que por fin estaba viviendo aquella vida perfecta que por tanto tiempo había soñado, y que por tanto tiempo le había parecido completamente imposible.
Vivía cómodamente, el reino parecía estar prosperando cada vez más y su relación con Bill no podía estar mejor, pero sobretodo, amaba el hecho de que por fin podía estar junto a él sin miedo de que alguien (o mejor dicho, sus tíos) los mirara con reprobación.

Además, todas la personas en el castillo eran bastante agradables... bueno, casi. Tenía que admitir que no le gustaba mucho relacionarse con los guardias, lo hacían sentir incómodo, siempre tan serios, tensos, casi sin dejar salir ni una palabra de sus labios -o al menos, él podía afirmar que no los escuchaba hablar muy seguido- y sobretodo, lo incomodaban esos ojos celestes eléctricos que parecían no mirar a ningún sitio en específico.

Esos ojos eran lo que lo hacían sentir algo inseguro, pero era extraño, ya que sólo eran los de los soldados y guardias los que lo hacían sentir de esta manera, los del resto no le importaban realmente.
¿Del resto?, pues sí, después de un tiempo, Dipper se había dado cuenta de que no sólo los soldados y guardias tenían los ojos de aquel color tan llamativo, sino que también lo poseían las sirvientas, los mayordomos, cocineros... todos.

Dipper le había preguntado al rubio la razón de aquello, quien le dijo que simplemente les había ofrecido de aquella poción que había mencionado anteriormente a toda persona que trabajara en el castillo, y que, aunque al principio algunos la habían rechazado, a medida que pasaba el tiempo todos habían terminado bebiendo de ésta, lo cual le pareció muy comprensible al menor. Si aquello les hacía más fácil su trabajo, ¿por qué no dejarlos?, de todas maneras, había sido su decisión, ¿no?

Bueno, en estos momentos, Dipper se encontraba saliendo de su habitación, con intenciones de ir al establo del castillo, ya que tenía ganas de salir a dar un paseo en caballo por los jardines, lo cual era algo que en estos últimos meses había comenzado a gustarle bastante.
Iba solo, como de costumbre, ya que normalmente Bill tenía mucho que hacer, lo que, de todas maneras, no era algo que le molestase, puesto que sabía lo difícil que podía llegar a ser gobernar un reino.

Estaba doblando por uno de los pasillos, cuando de repente, algo llamó su atención... rápidamente volteó a su derecha, logrando ver el cómo alguien entraba rápidamente a una habitación, al parecer, intentando no ser divisado.

Dipper frunció el ceño, para luego dirigirse cuidadosamente hacia la habitación en la que había entrado el extraño. Realmente aquello era muy fuera de lo común, ya que la protección del castillo era la mejor que podía haber... realmente sospechoso.

Lentamente, se asomó por aquella puerta, listo para correr si era necesario, sin embargo, al ver a la persona que se encontraba allí simplemente se sorprendió... bastante.
-¿Gideon Gleeful?- preguntó claramente confundido.

Gideon Gleeful... hace tiempo que no veía a aquel chico albino que solía trabajar en el castillo, haciendo... ¿haciendo qué?, ahora mismo, no lograba recordarlo, pero si sabía que lo habían despedido, y que había pasado un largo tiempo desde la última vez que había visto su rostro.

-Dipper... ¿Dipper Pines?- preguntó el albino casi tan sorprendido como el castaño.
-¿qué estás haciendo aquí?
-¿qué estás haciendo aquí?-replicó el contrario.
-yo... vivo aquí- contestó el chico con obviedad.
-con... ¿con Bill Cipher?- preguntó el más bajo con gran confusión en el rostro.
-ehhh... si.
-¿por qué?- volvió a inquirir el contrario, totalmente sorprendido, como si no pudiese creer lo que había acabado de escuchar.

-nosotros... estamos saliendo- respondió el de ojos cafés con algo de vergüenza.
-¿¡qué!?- casi gritó el albino, para luego inmediatamente taparse la boca con las manos, esperar unos segundos, como comprobando que nadie lo hubiese escuchado, y volver hablar en un tono más bajo -¡¿desde cuándo?!, ¡¿por qué?!
Un fuerte sonrojo se hizo presente en el rostro del Pines.
-hace mucho, la verdad...
-¿hace mu...? ¿qué tienes en el brazo?- se interrumpió Gideon dándose cuenta de la marca dorada que Dipper poseía en el brazo.
-n-no es de tu incumbencia- dijo éste desviando la mirada, mientras involuntariamente llevaba su mano a aquel triángulo, para luego darse cuenta de que se había desviado completamente del tema- además, lo importante aquí es... ¿qué estás haciendo aquí?, ¿por qué te escondías?

Gideon se quedó mirando fijamente los ojos del castaño por unos segundos, entrecerrando los ojos, como si las preguntas del chico fuesen lo más desconcertante del mundo.
-Dipper... ¿realmente eres tú?- preguntó finalmente el albino, Sin dejar de mirar al contrario con desconfianza.
Aquella pregunta realmente logró confundir al menor, no sólo por el hecho de que lo había tuteado (lo cual de por sí era una falta de respeto terrible), sino que también por lo extraña que era, ¿a qué se refería?, ¿cómo podría no ser él mismo?

-por supuesto que soy yo, ¿es que acaso no puedes verlo?
-s-si, supongo, pero...
-¿qué estás haciendo aquí, Gideon?- volvió a preguntar firmemente el Pines.
-eso... eso no es importante ahora- dijo el chico negando con la cabeza, como si recién recordara el lugar donde se encontraba- lo importante ahora es que tienes que acompañarme, tu hermana...
-¿mi hermana?- el castaño frunció el ceño inmediatamente ante la mención de su gemela- ¿qué tiene que ver ella con todo esto?

-ella...
-¿sabes?- lo interrumpió el menor- la verdad no me interesa, no me interesa nada que tenga relación con Mabel, y si quieres puedes ir y decírselo, dile... dile que no vuelva a acercarse a mi... jamás.
-¿qué estás diciendo?- preguntó el albino, mientras fruncía el ceño, confundido, para luego de unos segundos, al ver que el castaño no contestaba, dedicarle una mirada completamente seria, mirándolo de arriba a abajo- esto no puede ser bueno... Dipper... tienes que venir conmigo ahora.
-no lo creo.
-no lo entiendes...

-¿qué cosa?- preguntó una tercera voz, paralizando a ambos chicos, Bill Cipher se encontraba apoyándose en el marco de la puerta- ¿qué es lo que Pino no entiende, Gleeful?, ¿que quieres llevarlo lejos?- el mayor entró lentamente a la habitación, situándose inmediatamente al lado del castaño, para luego poner una de sus manos en el hombro de éste- ¿traicionarlo?, ¿o que sencillamente quieres asesinarlo?, ¿es eso?, ¿eso es lo que no entiende?
-yo no...
-¿cómo entraste?

Se notaba que el albino estaba tenso, mas ni una sola palabra salió de sus labios. Miraba seriamente al Cipher, o mejor dicho... lo miraba desafiante.
-¿y bien?, ¿no vas a decir nada?
La expresión del contrario ni se inmutó, sin dejar de mirar al rubio a los ojos, sin dejarse intimidar.
-lo voy a repetir una vez más, Gleeful, y realmente creo que sería mejor para ti si me respondieras- dijo el mayor lentamente, con una voz aterciopelada... cargada de amenaza, que logró provocarle un pequeño escalofrío al castaño-

¿Cómo mierda lograste entrar a mi castillo?




















¡Hooooola!, ¿cómo están?, ¿les gustó el capítulo?, espero que si jejeje.

Bueno, tal y como prometí, aquí está la actualización, el día prometido, y más encima con la aparición de un personaje nuevo en la historia...

Así que... ¿qué creen que estaba haciendo Gideon en el castillo?, ¿se salvará de Bill?, ¿hará algo que afecte radicalmente la historia?, o tal vez... ¿lo mataré?, admítanlo, en el fondo, quieren que lo mate.

Como siempre agradecería que votaran y en especial que comentaran, cada voto y comentario me llega directamente al corazón <3.

Ah, y también gracias a todas las maravillosas personitas que están leyendo esto, ¡las amo a todas! :3


Y bueno, creo que de mi parte eso es todo...



















¡Nos leemos luego!

Solo... confía en mi.  [Billdip].                 #Premiosgravity2019Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt