#SéptimoAño

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El último verano supo a libertad.

Jóvenes, irresponsables, incomprendidos. 

Amores y desafíos, un poco de frío para el corazón,

y los rumores del Mediterráneo que traen sus sonrojos. 

Se reencontraron en el Andén Nueve y Tres Cuartos, todos un poco más serios, o simulando estarlo. Porque luego, los ocho, en ese compartimento diminuto de tren, perdieron la seriedad. Y hablaron de la playa de Capri, de ese, de esa chica, de ese beso, de ese cuerpo, de esos labios, que habáin marcado un verano inolvidable.

-¿No has conseguido olvidarme, McKinnon? Da igual cuántos italianos busques, sabes que nadie te...

Marlene le cortó de sopetón, encarándole con soltura y decisión:

-Según los rumores, tú tampoco lo has pasado nada mal. 

-No tengo pensado pasarlo mal, McKinnon. Puedes venir a mi habitación cuando quiera - añadió con un guiño.

Era tan chulo, tan prepotente, tan creído y ególatra, que Marlene no supo cómo frenarse antes de pronunciar las palabras que tan seguro tenía no pronunciar: 

-Tú y yo no somos nada, Black. Eres libre. 

-Jamás dudé de serlo - respondió, girando sobre los talones. 

Marlene esperó hasta que Sirius hubo bajado del tren, entonces emprendió ella su bajada. Lily le esperaba en el andén, con los labios fruncidos. 

-¿Habéis discutido? 

-Es un capullo. 

Ay, Lily ya sabía que eso iba a ocurrir. 

Todos Nuestros Momentos Perdidos.Where stories live. Discover now