#Verano'74

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Agosto 1974.

Severus y Lily en un autobús muggle, volviendo a casa tras haber pasado la tarde en el cine.

-¿Tienes ganas de volver?

Lily apartó los ojos de la ventana, centrándolos en su amigo durante un momento. Su sonrisa parecía hacer relucir incluso la malgastada señal de "no fumar" que había junto al conductor.

-¡Claro que tengo ganas de volver, de las clases, de ver a las chicas!

Severus bufó.

-¿A McKinnon también?

-¿Qué problema tienes con Marlene?

-Va mucho con Potter y los demás.

Lily se encogió de hombros, sabía que Marlene era muy amiga de los Merodeadores.

-Le hacen reír. Se lo pasa bien con ellos.

-Todo el mundo parece pasárselo bien con ellos - murmuró por lo bajo, apartando la mirada de Lily para centrarla en la calle muggle al otro lado de la ventana.

-No te obsesiones, Sev.

-Se mueven por el mundo como si les perteneciera.

Lily no contestó. Ella misma había dicho aquella frase millones de veces antes, observando a Potter pavoneándose en el Gran Comedor, o subido a su escoba en el campo de quidditch.

-Son unos inmaduros, -añadió el final, y Snape le dio la razón con un bufido.

-No sé como los aguantas en la Sala Común, deben de ser desesperantes.

-Soy alguien paciente, Sev, y lo sabes. Puedo soportarlo. Además, tengo a las chicas.

Sus ojos parecían sinceros, Severus podía leerlos con claridad, llevaba haciéndolo desde hacía años. Eran verdes, brillantes y limpios.

Ninguno sabía lo que le deparaba el futuro: ella no sabía que aquel chico que tanto le desesperaba acabaría enamorándola; y él no sabía que esos mismos ojos perderían todo el cariño con el que la miraban.

Todos Nuestros Momentos Perdidos.Where stories live. Discover now