Capítulo 29.

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Tenía cerca de 15 minutos despierta, Daniell no estaba a mi lado.

Esperaba verla pronto para poder darle las gracias por lo que hizo por mí, había curado mis heridas y le había puesto una vandita a las internas.

Me levanté con cuidado, después de esa desastrosa ducha y la siesta que tomé después, me había quedado en ropa interior. Saqué una sudadera gris y un short cómodo, entonces volví a la cama.

Tocaron la puerta, justo después entró Zed. Le sonreí levemente.

–¿Te sientes mejor?

Asentí en respuesta. –Lo siento por eso, no era mi intención preocuparte.

Negó. –Está bien, no tienes que cargar con todo tu sola.

–Pero no quería que me vieras así. –Lo miré. –Con todos esos golpes...

–Kacey. –Hizo ademán de alzar mi barbilla, lo hice por inercia. –¿Por qué te preocupa que te haya visto así? Eso no cambia la manera en la que te veo...

–Zed...

Se acercó a mí, quizás sólo un poco, lo escuché suspirar. –Kacey.

Tocaron la puerta, su mano, que aún estaba casi rozando mi barbilla, cayó a su costado. Se alejó un poco, dejándome quizás un poco aturdida.

–Mi niña, te traje algo de comer.

–Muchas gracias.

Dejó en la mesita de noche una charola, en ella había fruta picada. Después de pedirme que comiera todo se marchó, dejándonos solos de nuevo.

Me acercó un tenedor y el plato para invitarme a comer, lo hice en silencio, queriendo sacarme una duda de encima.

–¿La señora Bercia sabe lo que son?

Asintió mirándome desde su lugar. –Bercia es híbrida humano-lobo, ha trabajado para la familia desde hace ya tanto tiempo que la consideramos parte de la familia.

–No esperaba eso, pensé que era humana igual que yo.

Sonrió un poco. –Para tu desgracia eres la única humana entre nosotros.

Reí bajito, le ofrecí de la fruta pero se negó con la excusa de que debía acabarlo todo por mi misma.

–¿Ella se convierte?

Negó. –Con el tiempo perdió su forma lobuna completa, sigue conservando algunas de las diferencias físicas pero a excepción de eso es humana en su mayoría.

–¿Y las demás personas?

–Son humanas, por eso no están aquí la mayor parte del tiempo. –Se recostó a mis pies, me miró desde allí. –Vienen, hacen el trabajo por el que les pagamos y se van, sólo vienen ciertos días así que sabemos comportarnos.

–Entiendo.

Nos quedamos en silencio mientras terminaba de comer, cada uno pensando en cosas distintas.

Me alegraba tener compañía, para mí era mejor que estar sola.

Ethan entró pocos minutos después, me sonrió ampliamente antes de sentarse en una silla a mi derecha.

–¿Cómo estás?

–Mejor, gracias.

–Me alegra oír eso.

–Kacey. –Los miré. –¿Alguna vez viste el rostro de ese infeliz?

Negué, un poco sorprendida por la inesperada pregunta. –Él y todos esos sujetos simple usaron una máscara de payaso.

Peligro. |TERMINADA|Where stories live. Discover now