Capítulo 22.

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Entramos juntos a la cocina, la señora Bercia asintió luego de mirarnos y siguió con lo suyo mientras nos sentábamos junto al resto para cenar.

Abraham se sentó a mi lado y besó mi mejilla. –Justo iba a despertarte.

–Se adelantaron. –Sonreí un poco, él también lo hizo.

La señora Bercia con ayuda de Daniell sirvió la cena para todos, me sorprendió que aceptase su ayuda, la mía suele rechazarla todas y cada una de las veces que la ofrezco. Luego de ello, se sentó junto a nosotros a cenar.

Mantenían una conversación amena de cosas triviales, preguntándole a Abraham sobre la escuela, sobre sus planes próximos y sus actividades diarias. Yo me mantuve en silencio, cenando tranquilamente mientras los escuchaba.

Estaba esperando poder ir al lago con Zed, me gustaba como era de día, las flores, las nubes, el cielo reflejado en el agua pero quería verlo de noche, esperando poder ver una luna enorme reflejada en la tranquilidad de su agua, las estrellas y el cantar de los animales nocturnos. Esperaba poder disfrutar de eso y quizás, poder hablar un poco más con Zed.

Por esa razón terminé rápido de cenar.

–¿Nos vamos?

Asentí. –Iré por un suéter.

Señaló la silla a su espalda. –Puedes usar mi sudadera.

Asentí contenta con ello, me gustaba lo grande que me quedaba, así que la tomé y la pasé por mi cabeza.

–¿Van a salir? –Preguntó Jacob.

–Quiere ir al lago y voy a acompañarla.

Abraham pasó a mi lado y me besó. –No vuelvan tarde, y tendrás que cuidarla por mí.

Adoptó una posición rígida e imitó el saludo militar. –Sí, señor.

Reí un poco antes de emprender el camino hacia la salida seguida por Zed.

–¿Por qué querías ir al lago?

–Debe ser aún más lindo de noche, ¿verdad?

Asintió. –Lo es, en especial cuando hay luna llena.

Lo miré un momento, parecía tranquilo caminado con las manos en los bolsillos, entonces pegué un salto antes de comenzar a correr.

–¡Quien llegue primero obtendrá un premio!

Le tomó un momento entender a lo que me refería, esperaba que haberlo tomado desprevenido me diera aunque sea un poco de ventaja para ganarle pero no fue así.

En un momento pasó corriendo por mi lado hasta que lo perdí de vista, me rendí después de eso y seguí el resto del camino sólo caminando, intentaba tranquilizar mi corazón mientras el descansaba cómodamente sobre el pasto.

Al llegar a su lado, me quité su sudadera, la amarré a mi cintura y luego me senté junto a él.

No había luna llena pero era una vista hermosa, puedo jurar que incluso vi un par de luciérnagas dando vuelvas cerca del lago.

–¿Y qué gané?

–No lo se. –Lo miré. –Supongo que tendrás que decidirlo.

Llevó sus brazos tras su cabeza, mirando el cielo. –¿Cualquier cosa?

Asentí. –Eso creo.

Se sentó de golpe y me miró, acercó su rostro al mío, se detuvo a centímetros de distancia. –Un beso.

Reí nerviosa por su cercanía y desvié la mirada. –¿Un beso?

Lo escuché suspirar. –Sí.

Peligro. |TERMINADA|Where stories live. Discover now