En la Torre de Astronomía

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Remus Lupin odiaba que le hicieran esperar. Él era muy puntual, ¿porqué los demás no podían serlo también?

Además, era su cumpleaños. James, Lily, Peter y Sirius le habían organizado una fiesta sorpresa, pero, ya entrada la noche, Sirius le había pedido que fuera a la Torre de Astronomía y lo esperase allí. Al castaño no le importaba esperar unos minutos por su amigo, pero, cuando pasó una hora, comenzó a molestarse.

Aunque James y Peter ya estaban bastante borrachos, era algo maleducado por parte de Remus irse de una fiesta que era para él.

Resopló y se ciñó la chaqueta. Hacía bastante frío y llevaba tanto tiempo allí que había comenzado a tiritar.

No entendía porqué Sirius lo había sacado de la fiesta para dejarlo tirado, y más si podría habérselo dicho en la fiesta, ya que solo estaban ellos cuatro y Lily.

Cuando los dientes comenzaron a castañearle, Remus decidió que ya había esperado bastante. Se arrebujó en su chaqueta y comenzó a bajar las escaleras de la Torre de Astronomía. Tenía la nariz y las mejillas rojas por el frío y el ceño fruncido porque estaba algo molesto hacia Sirius. Seguro que el moreno estaba borracho cuando le había dicho eso y se había olvidado.

Sin embargo, antes de llegar abajo del todo, se quedó quieto en las escaleras al oír unos pasos de alguien que parecía estar corriendo.

Se quedó quieto esperando y entonces vio a Sirius aparecer en las escaleras, subiendo a toda velocidad, sudando y jadeando.

"¡Moony! Espera, lo siento" Jadeó el chico. Parecía bastante sobrio. Cosa extraña en él, ciertamente.

"Sirius, me parece que ya he esperado bastante" Dijo el castaño en tono serio, algo enfadado.

Sirius lo miró con ojitos de cachorrito y Remus suspiró y lo miró, pidiéndole una explicación.

"Rem, lo siento muchísimo. Pero Peter se desmayó y James y yo tuvimos que levitarlo hasta la enfermería e inventar una excusa. Y Lily nos echó una bronca tremenda y nos retuvo un buen rato. Lo siento" Explicó el moreno.

El castaño volvió a suspirar.

"Bueno, ¿y qué demonios era lo que querías decirme?" Preguntó en un tono más suave.

"Quería darte un último regalo antes de que se acabara tu día" Dijo Sirius con una tímida sonrisa.

"¿Y no podías habermelo dado en la fiesta, con los demás?Estoy congelado, has tardado más de una hora" Se quejó el castaño.

"Y aún así me has esperado. Gracias" Dijo Sirius acercándose a él y colocando un mechón del cabello castaño de Remus detrás de su oreja.

Remus desvió la mirada para que Sirius no notara su sonrojo.

"¿Me das ya mi regalo?" Espetó el castaño.

"¿Acaso mi presencia no es ya un regalo?" Dijo Sirius divertido, y Remus lo fulminó con la mirada.

<<En realidad sí lo es>> Pensó Remus, pero, evidentemente, se llevaría el pensamiento a la tumba.

"Bien, en ese caso, cierra los ojos y te daré tu regalo" Pidió el moreno. Remus asintió y cerró los ojos.

Pasaron unos segundos en los que no ocurrió nada. No sé oía ni una mosca y Remus recordó que Sirius no traía nada consigo. ¿Entonces, que era el regalo?

No había terminado de formular la pregunta en sus pensamientos cuando sintió una cálida sensación en sus labios. Y oyó un suave suspiro y entendió lo que pasaba.

Sirius lo estaba besando.

Sirius lo estaba besando.

Sirius lo estaba besando.

No había terminado de asimilar la idea cuando notó ese suave calor desvanecerse y el frío volvió a su cuerpo. Abrió los ojos y se dio cuenta de que Sirius se había separado de él, tenía una amarga sonrisa en el rostro y en sus ojos se leía algo de tristeza.

"Perdón. Olvídalo. Piensa que estoy borracho o algo. O ven conmigo y emborrachate para no acordarte mañana" Dijo Sirius hablando rápidamente.

Se dio media vuelta y comenzó a bajar las escaleras que había llegado a subir antes de toparse con Remus.

"¡Sirius, espera!" Exclamó Remus antes de que el moreno llegase abajo.

El chico se giró y lo miró expectante.

Remus bajó las pocas escaleras que lo separaban de él y le sonrió.

"Solo quería saber si tengo que esperar a tu cumpleaños para devolvértelo o puedo hacerlo ya".

El brilló que iluminó los ojos de Sirius podría poner celosas a las estrellas que brillanban esa noche sobre Hogwarts.

No recibió respuesta, sin embargo, los labios de Sirius volvieron a unirse con los suyos a la vez que el moreno le abrazaba con fuerza por la cintura.

Remus le rodeó el cuello con los brazos y, sonriendo dentro del beso pensó que, al fin y al cabo, había merecido la pena esperar.
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¡Hola otra vez!

Bueno, pues como había dicho, aquí está el one-shot. Es corto, pero ya avisé de eso. En fin, ¿qué os ha parecido?

Mañana toca un capítulo de Until the very end, aunque no sé si tendré tiempo, pero en cualquier caso lo subiría el domingo, así que no hay problema.

¡Un abrazo!

DRARRY & WOLFSTARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora