·diez·

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-          Bueno, está canción no está mal – dije mientras Coorah me torturaba con ese grupito. - ¿Cómo se llama?

Me miró con una gran sonrisa.

-          English Love Affair. No sé, es una canción extraña, pero me encanta. Mira, como esta. Se llama Long Way Home.

Y canción tras canción, los chicos de 5SOS me parecían algo pop punk. Coorah, una niña con gustos de pop comercial, pronto se tornaría una adicta a mis gustos musicales, de eso estaba segura. Me levanté del sofá en el que estábamos y llegué a mi habitación. Rebusqué entre mis maletas y encontré un CD de Mayday Parade, uno de mis favoritos. Volví al lugar de antes, ante la atenta mirada de la chica. Le cogí el reproductor portátil que ella trajo y quité el CD de esos jóvenes para poner el mío; ahora sabrá qué es buena música.

-          Sé completamente sincera conmigo, como yo lo he sido – le rogué.

Ella bufó poco convencida.

-          Vale, pero dudo que me guste. Déjame ver si son guapos. – me quitó mi álbum pero  se lo pude arrebatar fácilmente - ¡Eh! – se quejó.

Negué con la cabeza.

-          No te dejaré ver su apariencia. Sólo cuenta su música… o si no… ¿serás una mojabragas?

Su cara era todo un poema, se horrorizó mucho.

-          ¡Eso no lo menciones! ¡Jamás!

Me carcajeé. Esa chica, pese a su corta edad – o no tanta, había descubierto que era sólo tres años menor que yo – era muy inteligente y su carácter era bastante maduro aunque le guste música… ¿mala? Nah, no me meteré en estos temas, respetaré los gustos de cualquier persona. Después de secarme algunas lágrimas de la risa, prendí el play. Ghost empezaba a sonar. Miré a Coorah, quien estaba escondiéndose la cara entre las rodillas. Sonreí y me senté a su lado.

-          ¿Te gusta? – le pregunté cuando finalizó la canción.

Sus ojos cristalinos me miraron sin expresión alguna.

-          Bueno, tampoco ha estado mal.

Reí de nuevo.

-          Te gusta – afirmé.

Hinchó sus mejillas y asintió con un leve rojo carmín en ellas. Sonreí satisfecha.

-          Pues próximamente te pondré más grupos así.

Su móvil sonó.

-          Lo siento, Fiona, son mis padres. Debo irme. Pasea por la calle para verlos de nuevo – me guiñó el ojo.

-          Está bien.

Se despidió de mí con un beso en la mejilla y me dejó sólo en mi apartamento.

***

-          Volvérmelos a encontrar dice… Como si fuera tan fácil – susurré entrando en una tienda de música.

Era una bastante grande, un paraíso para mí, pues en mi pueblo no había. Tenían de todo, desde AC/DC hasta Beethoven, pasando por Metallica y Kelly Clarkson. Y me acerqué al apartado de pop rock, dónde siempre ponían mis artistas favoritos, aunque no sean calificados con ese estilo de música, pero últimamente se generalizaba mucho, así que le resté importancia. Me pasé casi toda la tarde mirando esos CDs, escuchándolos y contemplando sus portadas. Quería llevarme toda la tienda, pero mi presupuesto sólo llegaba por dos, tenía que elegir muy bien cual quedarme. Volví a repasarlos todos de la A hasta la Z, y el único que cogí fue el último de Panic! At The Disco. Pero luego, otro me llamó la atención y me lo quedé mirando. Su portada se componía de una fotografía de unos cuatros chicos con una cruz en el medio de color rojo: 5 Seconds Of Summer, era lo que se podía leer. Y, sin pensármelo dos veces, lo cogí. Entonces decidí que era hora de irme, si seguía allí acabaría con mil discos en las manos.

-          No me lo puedo creer – dije cuando vi el chico que tenía delante de la cola – Esto es increíble – reí.

Él se giró, algo incomodado pero en cuanto me vio, reprimió una sonrisa.

-          ¿Disculpe? – me preguntó. - ¿La conozco?

-          Oh, vamos – repliqué – Sabes perfectamente quien soy, supongo que me recordarás como la “chica que no llevé a la cama después de mi concierto, la que no me dijo ni su nombre” – alcé una ceja mientras me cruzaba de brazos.

Él rió a carcajadas.

-          Vaya, no sé disimular – se recuperó – Al fin te encuentro – me dijo y abrí mucho los ojos.

-          ¿Me estabas buscando? – asintió - ¿Eres un pervertido o qué? – solté y volvió a reír.

-          No, pero me impresionó tu frialdad. Nunca he fallado con mis técnicas de seducción, pero contigo fue diferente y no te he podido olvidar.

Negué con la cabeza divertida.

-          Es que no soy como las demás, Michael.

Al fiiiiiiiiiiin ha salido :D

|Forgiven| Michael Clifford.Where stories live. Discover now