Rápidamente se acercó al rostro del Pines, para unir sus labios nuevamente, sin dejar de masturbar al chico, cada vez más rápido.
-~B-Bill~- jadeó el chico en medio del beso- c-creo que voy a...
Antes de que siquiera pudiese terminar la frase, Dipper se corrió en la mano del rubio, provocando que un color rojo tiñera todo su rostro por la vergüenza, sin embargo, el Cipher simplemente le dedicó una mirada maliciosa, mientras acercaba su mano a su rostro y lentamente lamía la semilla del castaño que había caído en ésta.

Luego de aquello, volvió a apoyarse en la cama, para luego mostrarle tres dedos de la otra mano a Dipper.
-lámelos- le dijo.
-¿q-qué?
-sólo hazlo.
Dipper no siguió cuestionándoselo y simplemente metió los dedos del rubio en su boca, lamiéndolos lo mejor que podía.
Luego de unos segundos, el mayor retiró su mano, para luego acercarse lentamente al oído del castaño.
-puede que esto duela un poco- susurró contra su oído.

Dipper había estado a punto de decir algo, sin embargo, antes de que siquiera pudiera articular una palabra, sintió cómo algo se adentraba en su entrada, haciéndolo soltar un pequeño quejido de dolor. Lentamente, el rubio comenzó a mover su dedo en su interior, como dibujando pequeño círculos, provocando que el castaño soltara algunos jadeos y quejidos. Luego, comenzó a introducir un segundo dedo en la entrada del menor, moviéndolos como si fuesen tijeras, haciendo que el contrario soltara otro quejido.
-lo siento, pero si no lo hago, mañana va a dolerte más- dijo el mayor mientras volvía a besarlo, como intentando distraerlo del tercer dedo que se estaba introduciendo en su interior, comenzando a simular pequeñas embestidas.

Dipper tenía que admitir que le había dolido, pero a medida que iba acostumbrándose, sentía el cómo aquel dolor comenzaba a convertirse en... placer, un placer que jamás había sentido antes. Luego de unos momentos, cuando por fin de había acostumbrado a aquel movimiento, Bill retiró los dedos de su entrada, ganándose una pequeña queja por parte del menor.
Casi involuntariamente, Dipper dirigió su mirada al Cipher, quien ya se había quitado la ropa interior, y estaba levantando sus piernas gentilmente, para posicionarlas sobre sus hombros.
Tenía que admitirlo: tenía miedo, estaba nervioso. Pero rápidamente cerró sus ojos, intentando alejar todos esos sentimientos. Realmente amaba a Bill, y le hacía feliz el hecho de poder perder su virginidad con alguien que realmente lo amara.

De pronto, sintió cómo algo indudablemente más grande que aquellos dedos comenzaba a hacerse paso en su interior con lentitud, haciéndolo soltar un quejido. Una vez que el miembro de Bill se encontró totalmente en su interior, el mayor se quedó estático, como temiendo hacerle daño al castaño, lo cual Dipper agradecía enormemente, pues realmente era algo que le estaba doliendo como los mil demonios. Sin embargo, después de un rato volvió a abrir los ojos, comenzando a mover las caderas lentamente, sintiendo cómo el dolor se desvanecía poco a poco.

Al sentir el movimiento del menor, una sonrisa apareció en el rostro de Bill, quien comenzó a moverse lentamente en el interior del chico, quien dejaba salir gemidos cada vez más fuertes.
-~ahhhh~, ~Bill~...
-¿m-me amas?- preguntó el rubio soltando un gemido grave, a medida que aumentaba el ritmo de las embestidas.
-s-s-si Bill... ~ahhhh~... t-te amo.
-¡dilo más fuerte!
-¡t-te amo!
-¡QUIERO QUE TODO EL MALDITO CASTILLO TE ESCUCHE!- gritó el rubio aumentando aún más la rapidez de aquellas embestidas que estaban volviendo completamente loco al Pines.
-¡TE AMO!, ¡BILL CIPHER, TE AMO MÁS QUE A NADA!, ¡TE AMO!- gritó el menor, completamente perdido en el placer, mientras un pequeño hilo de saliva comenzaba a descender de sus labios.

Las estocadas del rubio eran cada vez más rápidas y profundas, provocando que lo único que se escuchara en la habitación fueran los gemidos por parte de los dos muchachos y aquel sonido que provocaba el roce entre sus cuerpos.
Siguieron así por un buen rato, hasta que finalmente el castaño se corrió entre los abdómenes de ambos, y luego el rubio se corriera unos momentos después, dentro del castaño.

Luego de aquello, Dipper sintió cómo Bill salía lentamente de su interior, para luego cubrirlos a ambos con las suaves sábanas de la cama.
Estaba muy cansado, pero también estaba feliz.  Y por supuesto que no se arrepentía en absoluto de que había acabado de hacer. Él amaba a Bill. Y entregarse a él no era nada comparado con todo lo que el rubio había hecho por él.

Lo último que pudo sentir fue a Bill rodeando su cintura con sus brazos. Y antes de caer rendido en un sueño profundo, pudo distinguir la voz del rubio susurrando en su oído mientras lo abrazaba aún más fuerte, acercándolo más a él.

-por fin eres mío, Dipper Pines.



























¡Hooola!, ¿cómo están?, ¿les gustó el capítulo?, espero que si jejeje.

¡Y llegó el lemmon!, ¿que les pareció?, es el segundo lemmon que escribo, y realmente intenté que saliera bien, así que... ¿qué dicen?, ¿si les gustó?

Lamento no haber actualizado en un buen tiempo, pero realmente había estado ocupada, y necesitaba un buen tiempo para sentarse tranquilamente y escribir un buen capítulo para ustedes.

Como siempre agradecería que votaran y en especial que comentaran, ¡amo leer lo que piensan!




Y bueno, creo que de mi parte eso es todo...



















¡Nos leemos luego!

Solo... confía en mi.  [Billdip].                 #Premiosgravity2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora