—O puedes mantenerte cerca de mí.

—No comprendo —me separé de él—. Primero me dices que me aleje, ahora que me quede cerca de ti —la confusión amenazaba con invadirme otra vez.

—Te he dicho que te alejes y no ha tenido caso —se encogió de hombros.

—¿Soy un caso perdido para ti? —reí.

—Eres un caso perdido para cualquiera que se cruce en tu camino, Annaleigh.

—Y tú dices que yo te vuelvo loco...

—¿Disculpa?

—Vine aquí con ganas de golpearte y terminé besándote —Will soltó una pequeña carcajada.

—¿Querías golpearme? ¿En serio pensaste que eso funcionaría?

—Ahora que lo dices era una idea estúpida —reí.

—¿Has comido algo? —cambió de tema.

—No, he salido del colegio y luego he venido aquí —expliqué.

—¿Quieres comer algo?

—¿Tienes pizza en el congelador? —bromeé.

—No subestimes mis habilidades culinarias.

—Sorpréndeme, entonces.

Will comenzó a caminar hacia la cocina y yo lo seguía por detrás, se frenó cuando llamaron a la puerta.

—La gente es siempre tan oportuna —se quejó y giró sobre sus talones quedando frente a mí nuevamente—. Espérame un momento.

Caminó hacia la puerta dejando su aroma por toda la sala. Me giré y lo miré mientras abría. Todo lo que estaba sucediendo parecía tan irreal, como si no perteneciera a mi vida.

—No vienes en un buen momento —escuché que decía Will con voz dura, otra persona contestó, pero no pude entender lo que decía—. En serio, ahora no puedo.

—¡Estás con una puta! —ahora pude escuchar más claramente la voz de Daxton.

—¡Púdrete, Daxton! —grité para que me escuchara.

—¿Anna? —preguntó sorprendido.

—Pasa —le dijo Will de mala gana.

Daxton entró y se tiró directamente sobre el sofá.

—Creo que debemos dejar de ser socios —le dijo Will—, me estás trayendo demasiados problemas.

—¿Qué dices? —preguntó Daxton.

—Annaleigh ha venido con intenciones de golpearme gracias a tu falta de discreción —respondió Will.

—Pero no lo he hecho —hablé—, por ende, nada cambiará.

—Gracias, Anna —dijo Daxton subiendo sus pies a la mesita de té—. Hay algo que no me queda claro, ¿qué estaban haciendo ustedes dos? —preguntó con un tono insinuante.

—Yo ya me iba —dije dirigiéndome hacia la puerta, Will me fulminó con la mirada.

Caminé hacia la puerta y me paré cuando estuve al lado de Will.

—Adiós, Daxton —le saludé.

—Te veré mañana a la hora del desayuno —dijo divertido.

—Seguro —dije riendo, luego miré a Will y le regalarle una sonrisa confidente—. Adiós.

—¿Quieres que te acompañe abajo? —preguntó en un murmuro.

Sí.

—No, está bien. Quédate con Daxton, te veré mañana —dije, todavía sonriendo.

SCARS Where stories live. Discover now