Fuego seria la mejor descripción.
Esa sensación tan única, tan calurosa y afectuosa era algo que solo encontraba en Rick Grimes, en cada toque, cada beso e incluso cada mirada, sentía mi cuerpo desfallecer.
Una sensación que amaré hasta el fin de...
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2 semanas después.
Admiro mi figura en el espejo del baño, el cual apenas refleja hasta mi cadera, teniendo que colocarme de puntas, claro. Mi pequeño vientre comienza a notarse y era obvio que pasaría. De hecho me impresiona que nadie lo haya notado en estas semanas que llevamos aqui.
No cabe duda de que se guardar secretos.
Al menos hasta que estos me exploten en la cara.
Elevo apenas mi blusa, acariciando con las yemas de mis dedos la suave piel de mi estomago, imaginando al pequeño ser que pronto vendra al mundo. Sonrio al visualizarlo, un pequeño de ojos azules, con rizos castaños como los de su padre.
Oh mierda, cuanto lo extraño.
No hay noche en la que no lo recuerde. En la que no extrañe el calor de sus abrazos, ni la dulzura de sus inigualables besos. Sus bellos ojos resplandeciendo apenas los abria en la mañana y sus tiernos te amo cada que tenia la oportunidad.
Pego un pequeño brinco al escuchar la puerta fuera del baño abrirse, por lo que vuelvo a colocar mi blusa en su lugar, limpiando las pocas lágrimas que he derramado antes de salir del pequeño espacio. Justo papá cuelga su ballesta en su hombro, antes de mirarme.
- ¿Saldran otra vez? - le cuestiono caminando hasta sentarme a los pies de mi cama, para colocarme las botas.
- Si, volveremos antes de que anochesca - dice él, caminando hasta la cajonera de donde saca unos cuchillos, los cuales guarda en diferentes partes, para estar preparado siempre.
Tal parece que ellos se han adaptado bien, pues parece gustarles el lugar. Por mi parte, le prometí a Negan que lo intentaría, quedarme un tiempo para poder acostumbrarme y desgraciadamente estoy lejos de eso.
Es decir, me gusta el lugar, me gusta la seguridad, me gusta el hecho de que aquí nadie pasa hambre, me agrada la gente, me agrada Negan pero simplemente no es Alexandría, no esta Carol, no esta Tara, no esta Glenn y lo más importante.. No esta Rick.
Sus ojos me examinan un momento de arriba a abajo, al tiempo que su frente se arruga con confusión.
- ¿Que harás hoy? - cuestiona intrigado.
- Negan dijo que me ensañaría a disparar - le respondo encojiendome de hombros, restandole importancia.
Pues aunque si, Shane me enseñó como cargar un arma, limpiarla y todo para dispararla, mi punteria sigue siendo un asco. Y tengo presente que hay situaciones en las que un cuchillo no servira de mucho, por lo que el lider de los salvadores, se ofreció amablemente a enseñarme.
