Mi Protector. {Matt Bomer}

Capitulo 12.

MARATÓN 2/3

¡VOTEN!

Les dejo la imagen de Katherine.

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Matt’s POV

 

Estaba en el parque con mi hermosa familia, mi novia y mis hijos, ellos ahora eran mi familia, todos juntos, todo iba bien ya que me divertía con ellos, Lodovica iba al paso con los niños, gire a verlos un momento y ella ya se veía cansada, jajaja, apenas llevábamos como 200 metros recorridos, cuando volví la vista al camino ahí estaba ella, mi madre, junto la persona que no he olvidado, Katherine.

Paré en seco y Lodovica paro a lado mío preguntándome que pasaba y le respondí que eran mis dos tormentos.

-Ella es Katherine – afirmó y agacho la cabeza cuando vio a mi madre

Los niños se nos acercaron y se colocaron detrás le Lodovica y mío con miedo a mi madre y Katherine.

-Matt, cariño, que alegría verte – dijo mi madre acercándose a nosotros – aunque me lastima la vista esto – señaló a Lodovica con desprecio

-Yo creo que mejor me voy – dijo Lodovica pero la acerque a mí tomándola de la cintura

-Matt – esa sensual voz que siempre me trajo loco habló – Es un placer volver a verte

-Es… es bueno volverte… volverte a ver – la miré embobado y me beso en los labios

Vi  mi madre sonreír y me di cuenta de que Lodovica no se encontraba a mi lado y cuando traté de buscarla con la mirada, pero solo vi cuando se subía a un taxi y pude ver que lloraba

-Lodovica – susurré

-Ella se fue corriendo cuando ella te beso – señaló a Katherine como culpable

Como pude volver a caer en las redes de Katherine

Lodovica’s POV

 

-Es… Es bueno volverte… volverte a ver – la miraba como si ella fuera una diosa y ella lo beso y el no hizo nada para alejarla

Él la amaba, ella justamente tenía que llegar a quitarme el pedacito de felicidad que me quedaba.

Simplemente no pude soportar más ver esa imagen y me fui corriendo de ahí, suerte que traía unos 100 dólares y me encontré un taxi disponible. Las lágrimas no tardaron en aparecer, sabía que no podía ir a su casa, tenía que ir a otro lado y solo conocía a una persona que me podría ayudar.

-¿Hola? – Clari me respondió del otro lado de la línea

-Clari, ¿Puedo quedarme contigo un tiempo? – pregunte sollozando

-Oh, Dios, Lodovica, ¿Qué tienes?, por supuesto, quédate conmigo el tiempo que quieras – me respondió angustiada – ¿sabes cómo llegar a mi casa?

-No se me la dirección – respondí en un sollozo – Ahora estoy a bordo de un taxi

-Pásame al taxista – dijo Clari y obedecí

Después de que Clari le dijera no sé qué al taxista el me regreso el celular.

-Ya le he dicho dónde te deje, tengo deducido que tuviste problemas con Matt así que el hará todo lo posible por sacarle la información al taxista, así que yo te recogeré del otro lado de la cuidad, ya que estoy cerca de ahí, y le daré un buen dinero al taxista para que cierre la boca – concluyó Clari

-¿Quieres ser criminóloga verdad? – pregunte soltando una risita

-Sí – rio junto conmigo – Te veo en 10 minutos

-Gracias

-Eres mi amiga y te ayudaré – me colgó y agradecí por tenerla como amiga, como una hermana

Después de 10 minutos llegué a donde Clari

-No debe de decir nada, entendido – dijo Clari dándole un sobre con dinero al taxista

-No se preocupe señorita – el taxista no aceptó el dinero – sé que ella sufre por amor – me señalo y con mi silencio ayudare solo cobrare 10 dólares por el transporte

-Tome – le extendí el dinero

-Gracias, espero y todo salga bien – me dijo el hombre – su secreto está a salvo – subió a su taxi y se fue

-Es muy difícil encontrar gente buena – dijo Clari subiendo a su auto y yo me subí en el copiloto.

Su auto era un lindo, mercedes convertible rojo, ¿Cuántos autos tenía? No sé.

-Cuéntame que pasó – le dijo mientras íbamos directo a su casa y le conté la horrible historia de lo sucedido en el parque.

(…)

Al llegar a su casa me di cuenta de que mi ropa estaba en casa de Matt.

-Mi ropa, está en su casa – maldije por lo bajo – y de seguro Matt me buscará aquí cuando se dé cuenta de que no estoy en su casa

-Si te llega a buscar aquí, te escondes en mi lugar secreto y no se dará cuenta y por tu ropa mañana mando a alguien a buscarla y que la deje en un lugar específico y pasamos por ella sin que nadie se dé cuenta – la miré sorprendida – ves, si sirve ver series de policías

Ambas reímos, pero yo, melancólicamente

Esta humillación no se la perdonaré tan fácil mente.