II. Dulces momentos como estos.

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II. DULCES MOMENTOS COMO ESTOS.





LA TEMPORADA FINAL DE QUIDDITCH
SE acercaba y James los entrenaba con más disciplina; estaba decidido a arrebatar la copa doraba a las serpientes, ya que Gryffindor no había logrado ganar la copa durante siete años seguidos. El último miércoles antes del juego, Aquila apenas podía sentir sus piernas mientras ella y James caminaban hacia la torre de Gryffindor.

―Cornamenta, cargame.―ella le ordenó.

―Oh, vamos, Quila, no fue tan malo.―James dijo mientras hacía una mueca debido al ardor que sentía en sus piernas.

―Doce vueltas alrededor del campo, más cincuenta sentadillas.―Aquila bufó.―Si eso no es el infierno, entonces no sé lo que es.

James le sonrió tímidamente.―Trabaja duro o vete a casa, ¿recuerdas?

Aquila sonrió burlonamente.―Si trabajamos más duro estaremos muertos antes del partido.

Remus, que leía su libro de Defensa contra las Artes Oscuras, en el sofá de la sala común de Gryffindor, dejó escapar un suspiro cuando Aquila se desplomó sobre su regazo. Ignorando sus sonrojadas mejillas, miró hacia abajo y arqueó una ceja.―¿Asumo que James no se los dejo fácil esta noche?

―Se ha vuelto loco, Lunático. Loco.

―¡Hey!―James exclamó golpeando con un cojín el rostro de Aquila.―Vamos contra Slytherin y por mucho que me cueste admitirlo, tienen un buen equipo.

Aquila se incorporó y le devolvió el golpe a James.―Entonces deberás anotar muchos goles, Capitán.

James abrió la boca para responder, pero la cerró cuando vio que Lily Evans se acercaba a ellos y tocaba el hombro de Aquila.

―Oh.―Aquila sonrió cuando la vio.―Hola, Evans.

Lily se cruzó de brazos y negó con la cabeza.―Hemos sido compañeras de dormitorio durante seis años y me diste tutorías durante tres meses antes de las vacaciones. ¿Alguna vez me llamarás por mi nombre y no mi apellido?

―A menos que quieras que te llame Lily flor, me temo que no.―Aquila dijo, reprimiendo una risa; la pelinegra, literalmente podía sentir a James fulminarla con la mirada.

Lily estrechó la mirada.―Bueno, Black, el examen final de Pociones se acerca. Me preguntaba si podríamos... ¿estudiar juntas?

―Si, claro. ¿Qué tal el domingo?

Lily asintió y sonrió alegremente.―Bueno, supongo que te veré entonces.

Una vez que la pelirroja estuvo fuera de la vista de lo merodeadores, Sirius soltó una carcajada.―Creo que mi hermana acaba de conseguir una cita con Evans antes que tú, Cornamenta.

Gracias a ese comentario, recibió un golpe en el hombro.

―No te preocupes, Cornamenta.―Aquila recostó la cabeza en el regazo de Remus.―Me aseguraré de decir algunas cosas buenas sobre ti. Tal vez incluso te consiga una cita con ella.

―¿Lo harás?―James preguntó con una mezcla de esperanza e incredulidad.

―Si.―contestó en medio de un bostezo.―Tengo una apuesta que ganar, ¿recuerdas?

―Hey, la apuesta especificaba que ella se enamoraría de él en junio.―Remus protestó con el ceño fruncido.―Recién estamos en abril, Garritas.

Aquila le sonrió.―Me encantaría que ella se enamorara de él después de una sola cita, pero toma tiempo superar su presunción, así que tengo que apurar las cosas para que termine enamorada de él en junio.

Por segunda vez en esa noche, un cojín voló hacia su cara. Pero esta vez no logró impactar contra ella, ya que Aquila la atrapó y la volvió a arrojar contra James, con tanta fuerza que hizo que sus anteojos se cayeran.

―Eso fue por las sentadillas.―dijo mirándolo con los ojos entrecerrados.―No vuelvas a tirarla de nuevo.―le advirtió. James le sacó la lengua, como un niño pequeño de cinco años. Se ajustó la gafas y se recostó sobre el sofá.

―Entonces, ¿de verdad me ayudarás a conseguir una cita con Evans?―James preguntó algo inseguro de que Aquila cambiara de opinión.

Pero la chica simplemente sonrió.―Cualquier cosa por ganar la apuesta, Cornamenta.

―¿Por qué yo no sabía nada de la apuesta?―Sirius se quejó, un poco herido; después de todo, él era quien iniciaba las apuestas.

―Porque estaba ocupado comiendo la cara de una inocente chica la noche que la hicimos.―Remus contestó, haciendo que James, Aquila y Peter rieran.

Los labios de Sirius se curvaron en una pretenciosa sonrisa.―Y estoy seguro de que lo pasé  muy bien.

Aquila rodó los ojos.

―¿Qué obtendrás si ganas?―Peter preguntó hacia Aquila. Remus frunció el ceño ante la idea de que la pelinegra ganara.

Aquila sonrió.―Lo descubrirás cuando gane.

Y con eso, los cinco dejaron el tema. Y a medida que los minutos avanzaba, James y Aquila, ambos agotados y con los músculos adoloridos, se quedaron dormidos. Aquila se acurrucó en el regazo de Remus y James en el gran sofá.

Con un sonrojo en sus mejillas que no se había ido desde que Aquila se derrumbó sobre él, Remus la levantó y la llevó a al dormitorio y con suavidad la dejó sobre su cama y la arropo con una manta. Sus ojos estuvieron sobre ella un poco más del tiempo que debía. Así que rápidamente desvió la mirada. De todas las chicas en el mundo, ¿Por qué Remus tenía que enamorarse de Aquila?

Si, enamorado de ella.

Desafortunadamente para James, no fue tratado con tanto cariño, ya que Sirius resolvió el problema de llevar a su mejor amigo a su dormitorio apuntando su varita hacia él y murmurando:―Aguamenti.

Desafortunadamente para James, no fue tratado con tanto cariño, ya que Sirius resolvió el problema de llevar a su mejor amigo a su dormitorio apuntando su varita hacia él y murmurando:―Aguamenti

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philophobia ━ remus lupin. (1)✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora