Esclavo Inocente | Capítulo seis

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Narra T/N...

No desaprovecharía la ocasión. Después de todo comenzaba a tener confianza con él, realmente me intrigaba los alcances que podría generar mi persona en un futuro; estoy solo haciendo suposiciones sugestivas, que posiblemente me lleven a un determinado abismo o a la gloria. Solo espero que no se convierta en un fetiche de mi persona.

—El trato consiste en lo siguiente; tú serás mi tutor particular de matemáticas y yo tu tutora particular de idiomas –lo último mencionado por mi persona fue lo que pronuncié de manera más lenta.

—Y-yo –percibí que no estaba muy convencido con respecto a la propuesta planteada por mi, al menos eso me comunicó su silencio. Decidí colocar mi mano encima de la suya, como si fuera un acto reflejo involuntario, posó su mirar en mi mano y luego en mi rostro.

—Entonces, ¿aceptas el trato... ? –insistí. Cabe destacar que su piel se hallaba fría, lo que indudablemente me sorprendió en época de verano. Ahora lo que más anhelaba era un sí proveniente de él, ¿cómo aprender a controlarme? Su persona me sacaba de sí.

—Está bien, y-yo acepto el trato –me sonrió nervioso y agachó la mirada.

—Gracias, no te arrepentirás –dije. No cabía de la emoción, se desbordaba a mares mientras me removía en mi lugar. Le di un abrazo, me separé al notar lo tenso que se puso.

—De nada –pude connotar ademanes de timidez, ¿qué puedo decir? Jimin es un chico muy tímido que estoy aprendiendo descubrir y para mi controlar mis muestras de cariño como lo son los abrazos, es sumamente difícil; para una persona extrovertida como yo era claramente difícil.

El tiempo sin duda, pasaba rápido. Hace unos días era lunes y hoy era un aclamado viernes; muy aclamado por todos los estudiantes en todas las áreas y grados, sin importar el país. La hora de salida para los de primer año todos los viernes era generalmente a las doce del mediodía y moría de hambre; tanto que hasta le comienzo a dar la razón a la gente que dice que se comería a una vaca entera. Divisé aparcada, en las afueras de la universidad la gran camioneta negra y a mi chófer esperándome atento, ¡oh, vamos! No otra vez, realmente desearía que no vinieran a buscarme, solo me deja en evidencia; además, planeaba almorzar con Jimin en algún lugar, quería darle una sorpresa y mi padre aún estando lejos me la arruinaba, al parecer en pleno siglo XXI la distancia no es un impedimento para nadie. Para mi mala suerte Jimin estaba a tan solo metros; atendió una llamada.

Narra Jimin...

Apresurado salí de clases, tenía que llegar lo antes posible a mi casa o sino me ganaría el desprecio de mi hermana por el resto de la vida debido a que justo hoy, mi progenitora realizaría la celebración de nuestro cumpleaños. La acostumbrada pequeña celebración familiar que hace todos los años sin falta, por lo general; a mediados del cumpleaños de Yeori y luego del mío.

—¿Sí, Omma? –respondí ante su llamada.

—¿Hijo mío, cuánto tiempo te falta? La comida está lista, tu hermana y yo te esperamos –farfulló mi madre. Al parecer era urgente mi llegada e hicieron todo con más anticipación que la esperada.

—Me alegra saber eso –asentía como si me estuviera viendo. —Pronto estaré ahí.

—Tu hermana me comentó sobre una pretendienta tuya, ¿vendrá ella también o solo tu mejor amigo? –¿quién sabe que clase de patrañas le dijo Yeori a nuestra madre?

—Omma, no tengo ninguna pretendienta, no sé que te haya dicho mi hermana, pero no es cierto. Con respecto a Jungkook, él no podrá asistir; irá a Daegu con su padre –escuchaba un sí de entendimiento por parte de mi madre al otro lado de la línea.

Esclavo Inocente | Park JiminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora