XI: nueva condena

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Sacamos a Viktor del agua, este no respondía ninguna de nuestras preguntas solo sollozaba

-¿Estamos seguros? - fue todo lo que digo entre sollozos

-Sí -respondió Chris-. Estamos debajo del puente de Manhattan. Tan tarde no suele haber gente. Además, el ruido de los coches cubrirá nuestras voces, así que no hay problema. ¿Dónde has estado? -repitió, poniéndose de pie, frunciendo el ceño y apoyando las manos en las caderas.

Yo solo me arrodille poniéndole una mano en el hombro, no sabia que mas hacer para tranquilizarlo-Sabemos que lo del crucero te conmocionó, pero no tenías que marcharte.

-Amordácenme -nos dijo de repente.

-¿Qué? -dijo Sala.

-Amordácenme. ¡Por favor!

Chris se rasgó la camisa y le ató una tira de tela alrededor de la cabeza. La agarró con fuerza contra la boca y solté el grito más potente que he escuchado. La crudeza gutural de aquel alarido no tenía nada que ver con la delicadeza de nuestras voces, pero fue un grito honesto, más acorde con lo que era realmente. Lentamente, se apartó de la boca la tela de la camisa.

-Me ha añadido sesenta años. Sesenta años que sumar a mi sentencia.

Chris soltó un improperio. Sala contuvo una exclamación. Yo solo lo abrace. -Lo siento mucho. Pero al menos estás vivo.

-¿Lo estoy?

Me puse de pie. -Venga, vamos a casa.

Sentía una pena tremenda por mi hermano, se lo pasaba llorando en un rincón, hasta que no lo aguante mas y la fui a ver. Me sumergí en el mar.

-Yuri

-¿Porque hiciste esto Lilia? ¿para que le subes la condena? - se quedó quieta tal vez impresionada por mis palabras

- No vienes nunca a mi y solo lo haces para pelear.

- Callate y contesta, mejor lo hubieses matado ese sería un buen castigo

- Adoro a Viktor. Lo amo.

- Tu no amas a nadie y nadie te ama a ti, por que tu no eres humana y ¿sabes que? todos te odiamos- Sali del agua, sentí como esta se volvio fria como si le doliera lo que le dije.

Después de eso nos volvimos a mudar cuando un vagabundo atacó a Mila y esta le dijo que la soltara y este saltara al mar.

Sala quería venganza contra sus padres que la abandonaron a su suerte para morir y a pesar de que el correcto Viktor nos lo negaba al final termino aceptando, fuimos a Italia, Sala, Mila, Chris y yo

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Sala quería venganza contra sus padres que la abandonaron a su suerte para morir y a pesar de que el correcto Viktor nos lo negaba al final termino aceptando, fuimos a Italia, Sala, Mila, Chris y yo. Obviamente no podíamos usar nuestra voz o Lilia se enteraria. Llegamos al lugar, era muy bonito, quizas podriamos vivir en un futuro en este lugar, eran calles muy estrechas pero todo en el ambiente se respiraba el romanticismo de las casas colgaban enredaderas y flores, pero Sala parecía no disfrutarlo. Llegamos a un casa y ella nos hizo señas de seguirla. Vimos a su padre, estaba en el patio, al parecer era el único que se encontraba, Sala entró a la cocina y robo un cuchillo, enviamos a Mila para que lo engatusara y la acompañara a un lugar solitario. Es tonto lo fácil que cayó, nosotros lo seguíamos acechando, cuando nos alejamos mucho, Sala apareció, el hombre se puso pálido y tartamudeaba.

Lágrimas de SalWhere stories live. Discover now