Lágrimas de Sal

II: nuevo hermano

30 años después

Estaba desparramado sobre el sillón, había terminado recién una pintura, asique me tome un merecido descanso.

- ¡¡¡¡¡Yuuuuuriiiiiii!!- bufe molesto, Mila se lanzó sobre mi, adiós a la paz y serenidad.

- Me aplastas vieja bruja.- gruñi.

- Ohh vamos Yuri, no seas malo, con Chris pensábamos salir a bailar, ¿ que dices?

-No, ustedes se ponen a coquetear y me dejan solo, además mírame, soy un crio, o tengo cuerpo de crio.

- Eso no importa, si se puede sobornar al de la entrada...vamos no te puedes quedar solo, ya ni Pichit esta, para tu compañia- dijo mi otro hermano, Christopher, un promiscuo en todas sus letras.

Era cierto hace cinco años, Pichit había cumplido su centenaria condena, recuerdo que lo dejamos en un internado en Tailandia (Lugar que él pidió), cuando despertó lo hizo desorientado y sin recordar nada, mis hermanos volvieron de inmediato al mar pero yo me quede observando, cuando se puso a llorar aterrado, salieron personas y lo llevaron dentro, le habíamos dejado un papel, donde explicamos su nombre y que por favor lo cuidaran. Después de asegurarme que estaria bien, volvi con el resto.

Otro recuerdo que vino a mi fue cuando mate al hombre que debí llamar padre. Volví a Rusia unos meses después de ser tritón, busque al hombre y cuando lo tuve frente a mí, me miró horrorizado, veía a mi madre en mi reflejo, se que estaba prohibido matar, pero si mantenía mis pensamientos bloqueados para Lilia, no se enteraria y no se enteró. Mis pensamientos fueron sacados de golpe con el llamado de Lilia.

¡¡Deprisa, se acerca un barco, es la hora!!

Todos salimos al exterior y corrimos hacia el mar, teníamos trabajo que hacer, al sumergirme Lilia me atrapo en la corriente y me llevaba al lugar donde debíamos cantar, asi era mi vida y la verdad no me quejaba, la sal comenzó a realizar los hermosos trajes de sirenas, Mila tenía un vestido hermoso blanco con perlas, largo y con mangas que colgaban con elegancia, Chris tenía una túnica negra hasta la rodilla con corales bordados en los hombros y pantalones beige, yo por otra parte una túnica verde con morado, se podía reflejar todos los colores de arrecife, era lo que más me gustaba de esta vida, me daban ideas para pintar...y por otra parte lo que menos me gustaba era lo que estamos apunto de hacer.

Salimos a la superficie, vi que venía el barco, me acomode, cerré mis ojos y cante, solo fue cuestión de tiempo para que la gente se lanzara al mar, hipnotizado por nuestro mortal canto. De un momento a otro sentí un llamado.

«¡No! ¡No estoy preparado! ¡Quiero vivir!» fije mi vista y una chica ¿o un chico? de pelo largo y ¿plateado? se aferraba con toda sus fuerzas a la barandilla. Escuche como Lilia le pregunta si era verdad lo que él pedía, fue arrastrado frente a nosotros.

-¿Son ángeles? -pregunto-. ¿Estoy muerto?. - Me pregunto si todos pensábamos lo mismo.

Chris se acercó a él y le explico todo, vi como el chico se asustó y la incredulidad al contarle lo que éramos y hacíamos, él pregunto que pasaría con su madre, no pude evitar sentir pena por él. No entendía pero ninguno entendía en un principio.

Para ser un chico tenia una belleza inhumana, ya queria ver como seria con el atractivo propio de una sirena, a pesar de estar aterrado muy en el fondo, me imaginaba que era un muchacho alegre. Ojalá me equivocara ya suficiente tenía con soportar a la loca de Mila. Otra cosa que me di cuenta era su acento, es ruso como alguna vez lo fui.

- ¿quienes son? - preguntó, Chris nos presentó a todos. Le explico sobre Lilia, y su deber si se quedaba con nosotros. Y él aceptó.

- Soy Vik...Viktor Nikiforov.- nos dijo.

Chris lo cogió de la mano, tiró de él mientras susurraba en su oído -Bienvenido a la hermandad de las sirenas, Viktor -dijo, y de pronto fue arrastrado hacia el fondo.

Cuando volvió a salir tenía un nuevo hermano, en ese minuto jamas me imaginaria el lazo que llegaríamos a formar y nos uniriamos de una manera tan dolorosa.

Apareció Viktor, ¿Les ha gustado??