VII: Seguir

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Han pasado alrededor de cuarenta años desde que perdí a Otabek gracias a Lilia, desde ese momento me volví más arisco, e introvertido, ocultaba mis pensamientos de Lilia cada vez que entraba al agua, y eso era solo en el momento del canto. 

Al poco tiempo después de lo sucedido con Otabek, acepte entrar al agua solo para preguntarle donde estaba su cuerpo y si acaso sufrió. Pero jamas me respondio, a veces trato de consolarme pensando en si fue todo tan rápido tal vez ni siquiera lo sintió, igualmente me he visto tentado a volver a Kazajistán pero siempre me arrepiento, quizás sea mejor así. 

Lo que preocupa ahora es el vejestorio, siempre despierta gritando como un verdadero demente por las pesadillas que le producen los naufragios, y esta igual o peor de retraído que yo, porque al menos yo intento llevar una vida donde no perjudique a mis hermanos pero él ni siquiera lo intenta. 

—¡Viktor! —lo saludó Mila.— Yuri tiene otra pintura que vender.

Mi hermano me miró con una sonrisa que no llegó a sus ojos. - ¿Yuri iras conmigo al colegio?

- Tks, no. Estoy harto del colegio, todo el tiempo lo mismo, me da sueño. 

- Jajaja bueno yo si ire. - se rió con desgana mientras contemplaba el mar. Viktor seguia llendo al agua por gusto, se había vuelto el favorito de Lilia.  

Y así fue, él iba al colegio supongo que estaba bien, así le servirá para distraerse, pero después de un tiempo lo note que actuaba raro, se reia solo; como si recordara cosas, aunque jamas me atrevi a preguntar. 

El fin de semana llego y como siempre Mila y Chris querían salir a bailar, yo me les uní sin chistar de todos modos no tenía nada que hacer, desde mi cuarto escuche como peleaban con Viktor, ya que este no quería ir

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El fin de semana llego y como siempre Mila y Chris querían salir a bailar, yo me les uní sin chistar de todos modos no tenía nada que hacer, desde mi cuarto escuche como peleaban con Viktor, ya que este no quería ir. 

Termine de arreglarme y salí, al vejestorio casi se le salieron los ojos cuando me vio, lo se, soy cool. Aunque debía admitir que el desgraciado se veía como quería, a pesar de la ropa holgada que llevaba le sentaba de maravilla, aunque jamás Yuri Plisetsky lo admitiría en voz alta. 

Mila soborno al gorila de la puerta y me dejaron entrar, me dirigí con Viktor que miraba todo con terror a la barra, teclee en mi celular los tragos y fuimos a la pista. Le dije en lengua de señas que se relajara y bailara. 

Toda la gente nos miraba, siempre era igual estábamos hechos para atraer, baile con mi hermano, canciones bastantes sensuales y otras bastantes locas, que lo unico que haciamos era saltar con los brazos abiertos.  Claro que todo se fue al carajo cuando un tipo se acercó por detrás y lo tomó de la cintura, obviamente eso no iba a pasar, lo empuje con fuerza desmedida que terminó dando botes lejos de nosotros. 

Él único que tenía derecho de molestar a Viktor era yo. Punto. 

Ya entrada la madrugada volvimos los tres a la casa, porque Chris se largo con alguna conquista, me metí en mi cuarto, y vi por la ventana como Viktor se lanzaba un clavado al mar. Me gire y vi mi reflejo en el espejo; antes de darme cuenta estaba llorando con todo el maquillaje corrido, extrañaba a Beka, pareciera que entre más subía en extasis despues la caida a mi realidad era más dolorosa. 

Lágrimas de SalWhere stories live. Discover now