I: Adiós a mi antigua vida

105 10 10
                                    

Es curioso con lo que se queda uno, las cosas que recuerdas cuando acaba todo. Yo aún veo a mi mamá llorando por que mi padre nos había abandonado, recuerdo que tendría unos cinco años o quizás menos o mas no lo sé exactamente, solo la veía llorando recostada en la cama todo el dia, mi abuelo la instaba a levantarse y comer, por su hijo por mi, ella me miraba pero al mirarme más lloraba. Asíque mi abuelo me cuidaba y criaba, también recuerdo que me llevaba a patinar a un lago congelado que no quedaba muy lejano de casa, siempre me animaba a ser el mejor.

Uno de esos días repetitivos donde mi madre no se levantaba y nosotros íbamos al lago, volvimos y notamos algo extraño, mi abuelo subió corriendo las escaleras llamando a mi madre, yo lo seguí a lo que daban mis pequeños pies y al llegar al cuarto, vi lo más espantoso que un ser humano podría presenciar, mi madre muerta.

Ella se corto las venas de las muñecas, mi abuelo está aferrado llorando a su cuerpo pidiendo explicaciones, yo la odie, por no ser capaz de luchar por mi, por llorar por un bastardo que no merecía ni una mirada.

Pasó el tiempo era mi abuelo y yo, nadie más, no necesitamos a nadie más, yo iba siempre al lago a patinar, yo nací en los años 20, los locos 20, pero mientras todos bailaban como monos drogados yo prefería patinar, además nada de esa felicidad llegó a Rusia ya que estába inmersa en una guerra civil, era un chico solitario por esto mismo, pero poco me importaba.

Al cumplir mi decimoquinto año, jamás me imaginé que todo cambiaría, ahora miro hacia atrás y no evito preguntarme si las cosas se hubiesen dado de otra forma. Ese dia con mi abuelo preparamos una torta de naranja, mi favorita, chocolate caliente y no podía faltar los Pirozhki, todo lo que un ruso necesita. Esa noche tan alegre para un niño fue la más triste para mí, la vida me odiaba, porque ahora me quitaba a mi abuelo, esa noche y como única compañía su joven nieto, Nikolai Plisetsky moría de un paro cardiaco.

Mucha gente quiso ayudarme, y lo agradezco pero ya no tenía fuerzas para pelear, golpe tras golpe, ya no era capaz de levantarme. Me dirigí a un risco y llore por la familia que ya no tenía, pidiendo perdón como último pensamiento, salte a las frías aguas del océano ruso.

Pense que seria una muerte rápida pero me equivoque, el frío solo hacia que me doliera más y ahogarse era desesperante, encontré una roca y me aferre a ella, vomitando el agua de mar. Tarde me di cuenta que no estaba solo, unos chicos estaban frente a mi, parados sobre el agua ¿pero como?. Uno moreno, uno rubio y ojos verdes y una chica pelirroja.

- ¿quien son ustedes? ¿angeles?- pregunté aterrado.

-La joven que estaba más cerca y que tenía los ojos azules, así como un cabello rojo intenso que le caía a los lados del rostro, se agachó.

-Estás vivo -me aseguró, con un perfecto acento ruso.

-¿ quieres vivir? - pregunto el chico moreno, el otro chico solo miraba todo, como aprendiendo.

- Yo...- luego recordé lo que mi abuelo me dijo el dia que mi madre murió, " vive Yuraska, nunca dejes de luchar" . Él no estaría feliz de esto. - Si, quiero vivir. - dije. - ¿ quienes son?

- Soy Mila, este es Phichit- el chico me saludo con la mano- y este es Chris hace poco es nuestro hermano, está aprendiendo.

- ¿ que son? - pregunte.

-Somos cantoras. Sirenas. Sirvientes de Lilia -explicó Mila-. Nosotros la ayudamos. Es nuestro deber. Y muy pronto podría ser también el tuyo. Si le dedicas tu tiempo a ella, ella te dará vida. A partir de este día, durante los próximos cien años, no sufrirás heridas ni enfermedades, ni envejecerás ni un día. Cuando se acabe tu tiempo, recuperarás tu voz, tu libertad. Vivirás.

-No lo entiendo.

-No. Sería imposible que ahora lo entendieras-dijo Mila-. Te aseguro que ninguno de nosotros lo entendió en su momento. Pero lo entenderás.

Asentí, sería un tritón, y cumpliría la promesa que le hice a mi abuelo, Pichit me abrazó y me rodearon todos felices. Mila me tomo de la mano. - ¿como te llamas?.

- Yuri Plisetsky- respondí con orgullo.

-Bienvenido a la hermandad de las sirenas, Yuri-dijo, y de pronto me sentí arrastrado hacia el fondo. Una sensación fría me inundó las venas. Aunque me asustó, apenas me dolió. Antes de perder el conocimiento vi como mis hermanos me miraban con alegría.

El primer capítulo

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

El primer capítulo... ¿ que les parecio el pasado de Yura?

 ¿ que les parecio el pasado de Yura?

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Lágrimas de SalWhere stories live. Discover now