40.•No todo lo es brilla es oro•.

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Aun así, y a pesar de jamás imaginarme esta situación, no podía creer que me sentiría tan cómoda frente a alguien que me preguntaba si me dolía mi femineidad luego de haber tenido mi primera relación sexual de la misma forma como si me hubiese preguntado si me dolía la cabeza a causa de un ruido alto.

Junté los labios en una fina línea que estiré en las comisuras, formando la débil figura de una sonrisa y asentí levemente con la cabeza.

―Poco y nada, pero aun así es molesto―contesté con ánimo, como si intentara de consolarlo a el cuando en realidad el no poseía ninguna dolencia. Troné mi cuello, el cual poseía varias marcas de anoche, y alcé ambos brazos para estirarme con tanta urgencia a la par que bostezaba como si aquello me suministrase algún tipo de cafeína natural―¿Llevas mucho tiempo despierto?

El negó torpemente, había apoyado el codo de su brazo libre sobre el colchón y había recargado su mejilla derecha sobre su mano. A decir verdad, sus ojos lucían tan hinchados como seguramente estaban los míos y tenía varios mechones en la parte trasera de su cabeza que sobresalían, indicando que estaba completamente despeinado. Ver el desorden de su pelo por alguna razón llenó mi corazón de ternura y cuando reprimí a mi mano de acomodar sus mechones me detuve a pensar, ¿Y por qué no? Fue entonces que con un poco de valentía me animé a estirar mi mano hasta su rostro. Él se quedó mirándome con atención mordiendo su labio inferior levemente a la expectativa de lo que haría mi mano, pero mis dedos apenas si pudieron colarse entre las hebras del pelo de Jungkook, ya que poco después tomó de la muñeca que tenía extendida hacía el y tiró de ella con tanto impulso que, luego de rodar juntos sobre el colchón, quedé sobre su pecho. Me rodeó con sus brazos a la altura de mi cintura la cual estaba cubierta por una remera que él mismo me había dado anoche para que usara y luego de abrazarme fuertemente, soltó solo un poco su agarre, pero no del todo.

―Me desperté en la mañana y me entretuve viéndote babear por varios minutos hasta que volví a dormirme―comentó con gracia y sacó una de manos de mi cintura para picar con su dedo índice mi mejilla izquierda―A propósito, tienes baba seca en tu...

Fruncí mi mirada para poder fulminarlo con ella y con un evidente fastidio me removí de sus brazos para poder rodar hacia la esquina llena de almohadas donde había estado acostada minutos atrás, él se limitó a reír a carcajadas limpias mientras escuchaba el repertorio de insultos que murmuraba en voz baja mientras me acomodaba entre las mantas y volvía a taparme con ellas hasta la frente. Mi calor corporal seguía impregnado en las telas por lo que no fue difícil para mi cuerpo relajarse ante la calidez que me rodeaba. Sin embargo, con tanto movimiento volví a sentir un leve tirón, nada fuerte ni tampoco molesto, pero fue lo suficiente para recordarme un asunto que inmediatamente colmó de mis mejillas de todos los colores posibles.

―¡Las sabanas!―murmuré con desesperación. Sin pensarlo dos veces, me incorporé rápidamente, tomando asiento sobre el colchón y tirando una almohada sobre el rostro de Jungkook cuando lo escuché reírse a mi lado―¡No mires nada!

Sin cuidado alguno, comencé a remover todas las mantas en busca de alguna mancha que me encargaría de ocultar de él a toda costa. La vergüenza se había encargado de subir mi temperatura corporal tan repentinamente que incluso me sentía enferma del estómago a pesar de que mis manos temblaran como si estuviese a una temperatura glacial. Aun así, no había ninguna mancha en ningún lugar de la cama, de hecho, acababa de comprobar que ni siquiera había una sábana bajo nosotros. En realidad, estábamos sobre la suave tela que recubría la superficie del colchón.

―Pero...¿Cómo...

―¿Qué es lo que tanto buscas? ―preguntó con gracia descansando su barbilla sobre mi hombro y enredando nuevamente sus manos sobre mi cintura―¿Las sabanas manchadas?

FRDZ: Friendzone |J.JungkookWhere stories live. Discover now