33.•La otra cara•.

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Me quedé uno segundos en silencio en lo que reconocía que, en verdad, desde ese día no habíamos podido hablar del tema. En aquella fiesta a la que Hayun nos había arrastrado lo había atacado con el secretito de la relación que habían sostenido Jungkook y EunJi en el pasado y las semanas siguientes a eso fueron un ir y venir de excusas para no hablar. Por parte de ambos, debo reconocer.

―¿Tiene que ser ahora? ―pregunté con el ceño fruncido.

El chasqueó la lengua con molestia.

―¿Cuándo si no? ―inquirió con un claro enfado―Mi propósito era poder hablar finalmente de esto el sábado pero no atendiste tu celular en todo el día.

Perdí mi mirada sobre la suya mientras analizaba aquello con cuidado. De la misma forma en la que los cirujanos realizaban sus trabajos, comencé a tomar palabra por palabra con finas pinzas mientras estudiaba a fondo aquello. ¿Si su propósito fue aquel por qué lo vi con EunJi horas más tardes?

―¿Quieres hablar? ―pregunté de manera retórica, sin embargo, el asintió con insuficiencia― Bien entonces seamos sinceros el uno con el otro―anuncié juntando mis palmas y provocando un sonido seco―¿Qué hacías en el parque con EunJi?

La leve sonrisa que él había dibujado en su rostro cuando accedí a su interrogatorio no tardó en convertirse en una mueca de incomodidad. Desvió sus ojos hacía la mayoría de los peluches que había arrojado contra la pared y entonces, con su mirada perteneciéndole al suelo, esbozó una sonrisa ladina que me hizo estremecer levemente. En cierto punto, daba miedo.

―Nos arreglamos, supongo―su voz fue fría y cortante. Incluso las navajas suizas entraban en competencia con su tono al hablar. Se encogió de hombros y se esa manera di por sentado que aquello sería lo único que pensaba revelar y aunque me decepcioné levemente, no fue por confirmar que habían regresado ya que, después de todo, realmente se veían como en una cita, sino que fue porque había deseado saber más detalles―¿Qué hay de ti?

Solté un bufido cargado de sarcasmo y molestia, el elevó su mirada para clavar sus pupilas como dos cuchillos sobre mí.

―¿No se supone que lo sabías? ―provoqué con malicia―Se supone que Jungkook les había comentado, ¿No?

En aquel momento que Taehyung se tomó para guardar silencio, presenté especial atención al ambiente. A través de mis cortinas entraba una luz blanca y ciertamente opaca y por uno de los costados se podía apreciar que estaba completamente nublado, como si en cualquier momento estuviese por llover. Gracias al aire acondicionado de mi pieza –porque siempre estaba prendido, ya que no podía dormir sin, como mínimo, dos mantas sobre mí– toda aquella sensación de frío le atribuía a la escena un sentimiento de tristeza. No solo aquella idea cliché de la tristeza, ya saben, día frío y nublado. Si no que, nuestras miradas, el lenguaje corporal, aquella idea de lo que estaba por venir. Todo tenía un trasfondo triste y no pude evitar acoplar aquel sentimiento con los recuerdos que almacenaba con la persona que tenía frente a mí.

―Jeon Jungkook―Murmuró con desagrado, como si acabara de escupir un chicle que había perdido su sabor y elasticidad hace horas―Estas así por él, ¿Verdad? ―preguntó haciendo un ademán con su barbilla hacía el desastre que había hecho.

―¿Importa? ―me defendí en un chillido que, aunque no quise, sonó dramático.

―Puff―hizo un sonido soltando un suspiro entre sus labios cerrados―Tan solo mírate como estas.

Entorné mis párpados hacía el con duda, casi entrecerrándolos al punto de ver una imagen distorsionada por mis pestañas. Me pareció gracioso de una manera completamente amarga. Sus palabras y su lenguaje corporal me hablaban de un tipo de preocupación ausente. Como quien hace algo por compromiso o por una simple y vieja costumbre que poco a poco iba perdiendo el valor. Hasta convertirse en un acto de pura condescendencia. De mera falsedad.

FRDZ: Friendzone |J.JungkookWhere stories live. Discover now