FRDZ: Friendzone |J.Jungkook

37.•Malas decisiones•.

Hace un tiempo atrás, el me comentó que él no era más que el resultado de malas decisiones, pero la vida no solo se limitaba a lo malo. El problema era que los demás solo le dan importancia a lo malo.

Quizás, si simplemente dejáramos de darle importante tanta importancia a las cosas malas, la felicidad dejaría de ser tan efímera.

La vida no solo se resumía a las malas decisiones, era absurdo creer que sí. No éramos más que el conjunto de ambas, lo malo y bueno. 

Si la gente quiere hablar mal de alguien lo hará y ya. De nada sirve preocuparse por una imagen que solo es falsa.

La gente que busca lastimar, lastimará.

La gente que busca abandonar, abandonará.

La gente que busca traicionar, traicionará.

En resumen, la gente que busca ser una mala persona, lo es.

Porque así funcionan las cosas: quien busca, encuentra.

Sin embargo, casi nadie critica a ellos quienes si buscaron el mal, pero si a las personas que han tomado una mala decisión. Sin tener en cuenta que las malas decisiones  no eran algo que se buscaba.

Nadie toma una decisión que sabe que saldrá mal, por el contrario, las malas decisiones solo son opciones que tomamos que resultan malas.

Nadie las busca, sin embargo, ahí están. Entonces ¿por qué una mala persona se debe basar en sus malas decisiones cuando esas nunca fueron sus verdaderas intenciones? Cuando nunca buscó que todo resultara mal.

¿Por qué castigamos a las víctimas?

***

Las luces del lugar danzaban por doquier como si se trataran de hadas revoloteando por todo el ambiente creando un show tan único como tranquilizante, las proyecciones que creaban sobre la pared eran varias y bastante aleatorias, a veces eran círculos rojos, cruces verdes, triángulos rosas y ahora lunas color naranja bailaban por todos los rincones. Mis ojos seguían los movimientos errantes de cada una como si se tratara de una obra de arte la cual era un completo privilegio observar, tan despampanante y perfecta.

Tan...oh esperen, mis ojos estaban cerrados.

Mierda, realmente estaba ebria.

―HyeMin...―escuché un susurro ajeno, como si en realidad estuviese a kilómetros de ahí. Amagué con querer abrir los ojos, pero me costó tanto siquiera hacer el mínimo esfuerzo que terminé negando con la cabeza y volviendo a hundirme en el show de las hadas que transcurría en mis sueños―Anda, HyeMin, ya han venido por ti―volvió a insistir SeokJin mientras movía mi hombro de un lado al otro con la misma insistencia de un niño de cinco años que intenta llamar la atención de su madre.

Fruncí el ceño y lo aparté con una sola mano, me dejé caer nuevamente sobre la barra, pero cuando quise volver a mi cálido sueño todo esfuerzo fue inútil. Ahora todo era negro, había perdido la imagen por completo. Podía escuchar la gente, los juegos del fondo, la música de ambientación y la voz de SeokJin dirigiéndose a alguien que acababa de saludarlo con un evidente mal humor.

―Lamento haberte hecho venir hasta aquí―dijo él, arrastrando las palabras con una torpeza tan chistosa que esbocé una leve sonrisa somnolienta―No conocía a nadie más que pudiese venir por ella y su acompañante la dejó plantada.