CLAN ALDER: Capítulo III

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—Muchas gracias por la deliciosa comida—dijo Michelle poniéndose de pie—. Me disculpo pero he de retirarme en este momento. Estaré a tiempo para las clases de pintura y para seguir con la agenda que se me ha preparado para este día.

—Estoy tratando de hacerte entender las cosas Michelle—dijo su padre antes de que ella se retirara—. Aprecio a Pierre Strafford y respeto su trabajo, pero no veo la razón de la cercanía entre su hija y tú.

—Hago cada cosa que se solicita de mí, padre—empezó Michelle—. Actúo acorde a mi título en los eventos sociales. Soy una mujer sumamente inteligente que tiene una voz y un pensamiento propio—habló con firmeza haciendo que su madre sonriera contra la taza de café—, y soy perfectamente capaz de elegir a mis amistades. Camila es mi amiga, y eso no va a cambiar por mucho que tú pienses que no es digna de mi compañía. Ahora debo retirarme—Michelle hizo una pequeña reverencia y se encaminó hacia la sala de estar tomando los guantes que la esperaban en una charola de plata, una pequeña sombrilla y su sombrero de paseo mientras su dama de compañía se despedía de ella.

Su corazón latía con cada paso que daba hacia la salida de su enorme casa de campo. Michelle sonrió cuando vio a Camila en la ventana del coche esperando por ella. Ambas se sonrieron llenas de felicidad.

—Señorita Strafford—dijo Michelle con un asentimiento de cabeza mientras era la propia Camila quien abría la puerta aunque su cochero se acercó.

—Yo me encargo Johna—le dijo con una sonrisa y el cochero se alejó.

—Buenos días—Michelle hizo una pequeña reverencia haciendo reír a Camila.

—Buenos días, Lady Dawson—Camila le extendió la mano y Michelle la tomó sonriendo mientras subía al coche para preparase para su paseo diario—. Es una linda mañana.

—Lo es—asintió Camila mientras se sentaba al lado de su amiga y sentía como el coche se ponía en marcha sus ojos fueron hacia el perfil de Michelle y se suavizaron al verla sonreír. Se quitó su guante y su mano fue sobre la de Michelle que suspiró a su lado—. Tu belleza puede opacar hasta la más linda mañana de verano. Esta mañana sin duda alguna la palabra belleza se queda corta ante como te ves.

Michelle se giró para verla con emoción. Los ojos de ambas se encontraron y Michelle le pidió permiso para mover su mano y quitarse el guante para sentir la piel de Camila junto a la de ella.

Desde su enfermedad, el tocarse sin una barrera se había hecho constante entre ellas. Las dos sabían que las cosas habían cambiado, pero ninguna se atrevía a mencionar el tipo de cambio experimentado.

—Quizás mi belleza se refleje gracias a la persona que me acompaña—Michelle le sonrió con profundo cariño—. Creo que si los escritores y poetas de nuestra época buscaran inspiración para sonetos sobre la belleza tú serías la musa inspiradora de ese arte.

—Te extrañé mucho—dijo Camila con su voz llena de anhelo—. Unas horas sin ti y siento que me desespero.

—¿Es por eso que decidiste pasar por mí? —Camila asintió y Michelle apretó su mano sintiendo la misma necesidad que ella que la había llevado a ponerse de acuerdo con el cochero de Lauren para darle una sorpresa. Era una necesidad que carcomía su alma y que le daba a su corazón una razón para seguir latiendo mientras su mundo poco a poco estaba cambiado—. Lamento mi tardanza. Mi familia decidió hacer un desayuno y eso demoró mi partida. Estaba con ellos cuando llegaste—el rostro de Camila mostró su preocupación.

—Oh, Michelle—dijo de inmediato—. Espero que mi llegada no te provocara problemas. Lo que menos quiero es causarte algún disgusto con tu familia.

The Midnight Chronicles TrilogyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora