4- You don't speak for me

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Nota: Ok, ha pasado mucho tiempo desde la última vez que actualicé. Disculpen, tengo una memoria horrible y sólo recordé actualizar en Amor::Yaoi 

Aclaración: Yo manejo horario de 12 horas, ejemplo: 2:30pm, no 14:30pm.

~U~  -> Narra Uruha/Kouyou 

¡A leer!

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~U~

Desde pequeño he estado cursando un camino, un trazo, pisando las mismas huellas que la persona delante de mí imprime. Este camino es cambiante, estructurado, destrozado, desaparece y aparece redireccionándonos a otro punto. Siempre, una de mis manos se mantiene extendida, tocando la espalda de aquella persona, para no soltarle ni perderle de vista, porque si lo hago... yo quedaría solo, varado e indeciso de cuál de los desvíos tomar. No importa si es izquierda o derecha, mis pasos resuenan tras los suyos.

Mi voluntad es doblegada por sus palabras y acciones, me deja sin opciones, haciéndome elegir la única disponible: permanecer a su lado, hincado en mis rodillas, con la cabeza inclinada y viéndole hacia arriba.

No es más que un ser humano, un simple mortal, sin poderío ni autoridad sobre nadie; excepto, yo.

Soy un adolescente que no ha descubierto su lugar en el mundo, que tiene miedo de hacerlo solo, debido a eso busco un guía, aunque esa persona tampoco sepa a dónde ir. Avanzo con los ojos vendados, tropezando con baches, cayendo cada dos o tres pasos, levantándome con miedo a volver a caer, pero... dispuesto curar mis heridas, a no ocultar mis cicatrices y a limpiar las lágrimas que resbalan por mi rostro.

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Los fines de semana, los chicos de mi edad salen de sus casas durante todo el día o pasan encerrados en sus habitaciones, disfrutando de su corta libertad, yendo y viniendo a como se les dé la gana. Claro, ellos. Mientras, yo paso seis horas trabajando en una pequeña tienda de mascotas. Akira se burla de mí, preguntando si he matado a alguno de los animales, lo cual me avergüenza y molesta a partes iguales porque en mi tercer día de trabajo casi intoxico a un hámster por querer compartirle de mi almuerzo. La dueña de la tienda, Ayumu Nari, fue muy comprensiva al no despedirme.

No tengo una razón de peso para trabajar, tampoco necesito el dinero urgente, mi única razón para estar aquí, es ayudar.

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La primera vez que vi el cartel de "Se solicita cuidador de mascotas", no le presté real atención, andaba paseando con mi mejor amigo, toda mi atención estaba puesta en él. Fue hasta el mes siguiente que noté que el cartel continuaba ahí, yo andaba solo, así que entré curioso, nadie respondió a mi entrada, cuando estaba por irme, una mujer de apariencia joven y desarreglada salió de una puerta tras el mostrador, maldiciendo entre dientes. Beta, su olor llegó a mi nariz. Se sorprendió al verme, quiso arreglar sus cabellos y vestimentas, pero lo hizo peor, se disculpó por ello. Reacio al principio, di justificación de mi presencia en su tienda, no se intimidó al saberme alfa, mas, dudó al contratarme; normalmente, quienes vienen a este tipo de tiendas son betas y omegas, mi olor podría asustarlos o podrían distraerse conmigo, en vez de con los animales. Ella decidió tomar el riesgo, además, mi fuerza le serviría para cargar las jaulas u otros objetos pesados.

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A mamá le parece bien que haya decido tener experiencia laboral antes de ir a la universidad, con tal condición: no descuide mis estudios de la preparatoria. La universidad, no es algo que me quite sueño ni me estrese, la verdad es ... no quiero, no me interesa asistir a una; no es que quiera ser un mantenido, lo que pasa es que quiero dedicarme a otra cosa y mi familia no lo entiende.

You don't bleed for me (theGazettE,Slash)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora