3- Beside your contradictions

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Nota:Esta es la señal que indica al narrador ~ U~ (Uruha)

Narración en primera persona y presente porque YOLO

La casta es revelada a los 13 años, mediante el olor. Nuestros muchachos rondan los 16-17 años, excepto uno.

Los miembros de la familia Takashima son alfas, menos la
mamá (beta).

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~U~

El nuevo silencio se disipa al toque de la
campana del fin de la clase, sacándonos a todos del estupor posterior al grito del
maestro Mori. Mis compañeros, lentos e
inseguros, se reúnen en sus grupos de amistad y salen del salón cargando sus bentō, otros, se dirigen a la cafetería. El
almuerzo estará lleno de cotilleos.

Akira se levanta de su asiento, a la vez que yo enderezo mi postura, sale al pasillo a paso acelerado... olvidando sus cosas o confiando en que yo las llevaré a dónde sé que se dirige. Para mí, es obvio lo que hay en su mente, lo conozco demasiado bien, tal a como él me conoce. Emprendo marcha hacia la azotea, cargando nuestras mochilas, sin
prisa, recorro los mismos monótonos
pasillos desde hace dos años; evito ver a las personas al rostro y respondo sus saludos a medias. No entiendo por qué soy popular, no tengo nada especial, soy
un simple adolescente promedio, con gustos y pasatiempos de lo más común; no hay nada interesante que puedan
admirar en mí.

De a poco, el montón de gente de los dos pisos anteriores queda atrás, dejando el último set de escaleras libres para
ascender. Abro la puerta metálica, revelando el inmenso esplendor de la
bóveda celeste, la fresca brisa otoñal se siente genial y a un costado de la azotea, se encuentra mi mejor amigo, sentando en el suelo y apoyando la espalda contra la malla que le impide caer al vacío, con la chaqueta escolar azul marino ocultando su cabeza. Me acerco hasta
sentarme a su lado, a diferencia de él, yo
quedo frente a la malla, viendo a los demás alumnos holgazanear en el patio, aprovechando estos minutos libres.

-Yoshida acaba de resbalar y cayó junto
con su grupo. -le comunico, recibiendo
un bufido como respuesta.

-Merece eso y más el muy idiota, por
tener la boca llena de mierda. -continua
en la misma posición, no mostrando real interés. No espero conseguir una
reacción diferente, escenas como esta son la bufonada del día.

-Tienes palabra de profeta, mi amigo. -
jalo su chaqueta, quitándola de encima
suyo, indicándole que voltee su molesta mirada en dirección a los sujetos de burla. En cuanto los ve, sonoras carcajadas escapan de su garganta. Es que, al grupito de tres, se les ocurrió ir a
molestar a una bandada de palomas que siempre se reúnen en el patio del
instituto, alborotándolas, y en lo que intentan huir, les arrojan excremento como una reacción natural. -Es tan literal, que me asusta. -digo bromeando.

-Ten cuidado, tú podrías ser el próximo.
-parece una amenaza a modo de juego, pero sé que no es así, Akira puede ser muy cruel cuando se lo propone. Su buen humor se esfuma tan rápido a como vino.
Toma su mochila sin cuidado, casi botando la mía y desequilibrándome al
golpear una de mis piernas. -Olvidé mi
almuerzo. -chasquea la lengua y tira su cabeza hacia atrás, haciendo sonar las intrincaciones de metal.

Saco mi bentō, son dos cajas medianas, repletas de comida; ayer, fue el
cumpleaños de mi hermana mayor, sobró
mucho de lo que cocinaron y me mandaron con la mayoría, para compartirlo con el niño emberrinchado. Podría ofrecerlo como una ofrenda de paz, pero las cosas entre nosotros no funcionan así.

You don't bleed for me (theGazettE,Slash)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora