Maltratada (+18)

Capítulo 15

—Es peor quedarme aquí contigo —dije fríamente. Él cerró los ojos cómo si le hubiese dolido y los abrió para mirarme de nuevo con una máscara fría.

—Bien.

Él se giró y empezó a andar de nuevo a la mansión. No lo podía creer. Me había dejado sola.

Un dolor agudo me invadió el abdomen y miré abajo. Salía sangre, mucha sangre. Mi vestido se estaba tiñendo de un tono más rojo del que ya era. Sentía mi alrededor moverse y mi estómago quemar. Dolía muchísimo. Miré en la dirección que Duncan se había ido y vi que me miraba aterrado. La gente de su alrededor empezó a gritar y supe que Larry estaba detrás de todo esto. Me había disparado y había conseguido darme en el peor sitio, o eso creía yo.

—Rosie —la voz de Duncan apareció a mi lado. Sentí mis piernas fallar y me caí en sus brazos. Sus ojos estaban llorosos y brillaban por el miedo.—No me hagas esto, no puedes irte, por favor.

—Lo siento —susurré casi sin voz.

—No hables. ¡Llamad a una ambulancia, maldita sea!

Estaba alterado y agobiado. Cerré los ojos y sentí su mano en mi mejilla. Vi a Sophia venir al lado de Duncan y mirarme aterrada. La gente estaba empezando a amontonarse a mi alrededor.

—Aguanta, nena. No cierres los ojos, Rosie, por favor. ¿Te acuerdas el primer día que viniste a la editorial? No podía sacar mis ojos de ti ¿sabes? Estabas preciosa y eras todo un ángel con tu mirada inocente. Me encantaba verte trabajar tan emocionada y... sonreír de esa manera tan tuya.

—Duncan...—susurré cerrando los ojos. Tenía mucho sueño.

—La ambulancia está de camino —habló alguien.

—Vamos Rosie, aguanta por mi. Por favor, no hagas esto. Sé que soy un idiota pero por favor, no me hagas esto ahora. Te necesito mucho, nena.

—Cuídate —susurré antes de cerrar los ojos y ver sólo negro.

DUNCAN

Vi los ojos de Rosie cerrarse y sentí mi pulso caer. Tomé su pulso y noté que era muy débil.

—Duncan tranquilo —oí a Sophia a mi lado y negué nervioso. No podía irse mi vida. Ella no.

—No, Rosie, no —lloré bajo la atenta mirada de todos los socios de mi papá y sus amigos.

La ambulancia sonó cerca y cogí en brazos a Rosie. Los médicos bajaron de inmediato y subieron a Rosie a la ambulancia. Me subí a su lado y miré a Sophia.

—Tranquilo —me dijo sin yo decir nada. Las puertas de la ambulancia se cerraron y los médicos empezaron a ponerle cosas a Rosie.

—Aguanta —susurré cogiendo su mano.

—Tiene el pulso débil.

Mierda.

(...)

Habían pasado dos horas y ya eran las 2 de la madrugada. Rosie estaba en el quirófano con los médicos. Me habían informado que la bala estaba profunda y sería difícil. Sophia, Justin, mi padre, Isabella y Chloe estaban aquí.

—¿Familiares de Rosie Jane Scott?

—Yo —me levanté corriendo hacia el doctor y vi a Chloe venir conmigo.

—¿Es familiar directo?

—Soy su hermana —dijo Chloe con lágrimas en los ojos.

—Ha sido una intervención complicada. La bala no ha traspasado ningún órgano, por lo tanto es bastante bueno ya que no supondrá secuelas. Ha expulsado mucho sangre, por eso estará ingresada por unos días. En estos momentos está descansando. Podrá quedarse sólo 1 persona hoy.

—Bien.

Susurró Chloe.

—¿Te quedas? —pregunté. Ella negó con una sonrisa triste.

—Tengo que cuidar de Delia y estoy sola.

—Justin acompaña a Chloe a casa y quédate con ella hoy.

—No es necesario, de verdad —habló nerviosa. Justin sonrió mirándola y negó.

—Tranquila, vamos.

Ellos se fueron y Sophia se fue con Isabella.

—Hijo, lo siento tanto. Cuídala, mañana vendré a verla —dijo mi padre abrazándome.

—Gracias padre —dije sonriéndole. Él se fue andando y caminé a la planta de habitaciones. Busqué la habitación de Rosie y cuando la vi, entré despacio. La habitación estaba a oscuras y la iluminaba sólo una pequeña lampara. Un pitido resonaba por la habitación haciendo paradas, era el cardiógrafo. Llevaba una bata azul y su estómago estaba vendado. En su boca había un aparato que la ayudaba a respirar y su cabeza estaba apoyada en la almohada. De su brazo salía una vía que iba a una bolsa llena de agua colgada de un perchero. Era tan bonita. Y me dolía verla así cómo el infierno.