—Gracias —susurré. Bajamos del auto y entramos por la puerta de la comisaría. Dos agentes nos miraron y hablé.—Vengo a declarar en contra de Larry Field.

El agente asintió y tecleó algo en su ordenador.

—Déjeme su DNI.

Se lo entregué y tras mirarlo, me lo devolvió.

—Vengan conmigo —dijo levantándose de su asiento y andando hacia dentro de unas puertas enormes. Las abrió y había un detector de metales.—Pasen por separado y quítense todo aquello que sea bolsos o mochilas.

Nosotros dejamos todo lo que había dicho en una bandeja y pasé por el detector. No pitó y con Duncan tampoco. El agente me devolvió mis papeles y mi móvil. Y también las cosas de Duncan.

—Váyase a la sala 5.

Dijo el agente y asentí. Duncan caminó a mi lado y vi una sala que ponía el número 5.

—No tengas miedo, amor —dijo Duncan de golpe. Lo miré y sonreí. Cogí su cara con mis manos y besé sus labios suavemente.

—Gracias por todo —susurré. Toqué la puerta separándome de Duncan y un agente la abrió.

—¿Es usted Rosie Scott? —asentí ante su pregunta y él dejó que pasásemos. Nos sentamos en unas sillas y el agente se puso delante de mi.

—Aquí está el parte del hospital y mi documentación —dije entregándole los papeles.

—Esto se grabará por si usted niega algo en el juicio. Empiece a contar todo desde el principio, con todos los nombres y detalles.

—Bien —suspiré. Duncan me apretó la mano animándome y empecé.—Conocí a Larry Field a los 19 y me hice su novia casi a los 20. Él siempre fue un chico muy extrovertido y alegre. Ayudaba a los demás y era muy romántico conmigo. No sé, yo... estaba muy enamorada de él. Todos los golpes empezaron hace dos años. Chloe, mi hermana, quedó embarazada en una fiesta y él le tiene cierto rencor. Una noche me cabreé con Larry y empezó a golpearme. Ahí empezó todo demasiado enserio y...—respiré hondo.—Cada día iba a más. Me amenazó con matar a Chloe y a mi sobrina, y ahí no pude más. Decidí no decir nada a nadie y aguantar lo máximo posible. Todo el amor que ambos nos teníamos se había esfumado. Todo empezó a volverse horrible y monótono. Me obligó a dejar mi trabajo porque según él me follaba a mi jefe. Me obligó a dejar toda mi vida mientras él salía con sus amigos de fiesta. Todas las noches debía quedarme despierta a que volviese, ya que me llamaba cada X tiempo por si estaba con alguien. Cuando volvía, me violaba y me gritaba cosas obscenas. Me ha maltratado psicológicamente cómo un maldito infierno. Me mudé hace poco a ese apartamento donde me encontró Duncan. Él venía a comer y poco más, a golpearme seguidamente. Nunca había llegado a los límites de casi matarme pero al enterarse que yo trabajaba y que... bueno, habían hombres, empeoró todo.

El policía asintió.

—¿Sabe en qué trabaja el señor Field?

—Narcotrafico.

Dije sin dudar y el policía abrió los ojos por mi seguridad.

—¿Está seguro de eso?

—Delante de mi... ha estado recibiendo dinero negro y vendiendo bolsas y maletas de sustancias. Sé perfectamente en que trabajaba cada jodido día.

—Bien. ¿El día del accidente, que pasó exactamente?

—Llegué a la empresa Hamilton, cómo cada día y a las 9:20 me mandó un mensaje para que fuera a casa de inmediato. Salí de inmediato asustada y volví a mi apartamento. Él estaba borracho sobre el sofá y medio desnudo. Le pregunté que necesitaba y él... me recordó algo que me provocó que explotase. Le insulté y empezó a golpearme y a decir que mataría a Chloe, a mi y a su bebé. Le golpeé gritándole y empezó a ahorcarme hasta que me tiró al suelo golpeando mi cabeza. Ahí fue cuando caí inconsciente.

—¿Puede decirme que fue eso que le hizo explotar a usted? —preguntó y tragué saliva.

—Es algo... personal. ¿Es necesario? No creo que sirva de nada.

—Todo detalle es necesario para hundir a ese hombre, Rosie.

—Verá...—suspiré y las lágrimas se hicieron presentes.—Me quedé embarazada.

—Continúe, se que es duro pero debe hacerlo —me alentó el agente. La mano de Duncan me acarició la rodilla y aparté mis lágrimas con mi mano izquierda.

—Me quedé embarazada al mes de que los golpes empezasen. Él no sabía nada y yo pensé en huir. No quería que mi bebé viviera con tal monstruo. Así que... un día, me dijo que iba a salir más tarde de lo habitual. Para en ese entonces yo vivía con mis padres, los cuáles no me apoyan en nada. Salí esa noche con la ayuda de Chloe de mi casa y mi papá llamó a Larry al verme. Me pilló en el aeropuerto y me llevó a su casa. Me golpeó bestialmente y me provocó un... aborto. Empecé a sangrar y dolía horrores. Él al verme sangrar por ahí se asustó y me llevó al hospital. Dijo que me había caído por las escaleras.

Susurré lo último y cerré los ojos.

—Yo... podía haber salvado a mi bebé pero...—rompí a llorar. Duncan se acercó a mi para besar mi frente y limpió mis lágrimas suavemente. El agente tenía sus ojos cristalizados y estaba aguantando por no llorar. Apagó la grabadora y tragué saliva.

—¿Quiere ir a juicio?

—Quiero que pague por cada cosa que ha echo.

—Bien. Ahora mismo le informo de la situación: Larry también ha declarado y se encuentra detenido por las pruebas contundentes que ya tenemos. Estas son nuevas así que podremos añadirlas. Le llamaremos para el juicio y si quiere traer testigos podrá hacerlo. Señorita Scott, haremos todo lo posible para ayudarla.

—Muchas gracias —susurré con una sonrisa a medias. Me levanté junto a Duncan y él me cogió de la mano.

—Vamos a ganar, nena —susurró mirándome desde mi altura y asentí aún con lágrimas. Lo abracé y me dejé abrazar por el hombre que me llevaba loca.

Maltratada (+18)Where stories live. Discover now