EL BANQUERO CIEGO (PARTE II)

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Al salir del banco nos montamos en un taxi y recorremos en silencio sumergidos en nuestros propios pensamientos el trayecto hasta el bloque de pisos donde vive Edward Van Coon, en una de las mejores zonas de toda la ciudad.

Llamamos al timbre de su piso varias veces pero no contesta. Y yo no consigo quitarme de encima la sensación de que algo no va bien.

Sherlock escruta con la mirada las etiquetas del portero.

-Se acaba de mudar al piso de arriba -dice señalando una escrita a mano que reza Wintle-. La etiqueta es nueva.

John se muestra un tanto contrariado.

-Puede que sólo la haya cambiado.

-Me temo que eso no lo hace nadie, John -comento.

Sherlock llama al timbre y una voz femenina responde con un: ¿Sí?

-¡Hola! -comienza el detective impregnado su voz de amabilidad en un tono que no es nada propio de él- Vivo en el piso de abajo. Creo que no nos conocemos.

-No, es que acabo de mudarme.

-Ah -Sherlock se gira para lanzar una mirada a John-. En realidad, me he dejado las llaves dentro de casa -se muerde el labio, todavía metido en su personaje.

En ese instante, desvío la mirada en un intento desesperado de que ninguno de mis dos acompañantes noten el incipiente rubor en mis mejillas.

-¿Quiere que le abra?

-Sí y, ¿puedo usar su terraza?

-¿Qué?


*Time skip*


Todavía no llego a comprender cómo esa señora nos ha dejado entrar en su casa e ir a su balcón sin hacernos ninguna pregunta, pero yo no soy quién para cuestionar la buena suerte que hemos tenido.

John se ha quedado esperando en frente de la puerta del piso de Van Coon mientras Sherlock y yo nos colamos en su casa por la terraza.

Con movimientos ágiles y armoniosos, el detective se cuelga del balcón de la señora Wintle y hace un aterrizaje perfecto en el suelo de la terraza de Van Coon. Yo, por otra parte, no me apresuro... no vaya a ser que tengamos un disgusto.

Sosteniendo el peso de mi cuerpo sólo con los brazos, me dejo caer al igual que ha hecho Sherlock pero nada más hacerlo noto cómo voy a plantar mal los pies. Cierro los ojos con fuerza esperando el impacto que puede que acabe dislocándome un tobillo pero... no llega.

Cuando los abro de nuevo me encuentro cara a cara con Sherlock, que me está sujetando con fuerza, amortiguando de esa manera la caída.

-G-gracias -logro balbucear.

Él asiente y me suelta rápidamente. Sin esperar a que me recupere del susto, entra en el piso de Van Coon por el ventanal abierto que da a su salón.

Yo permanezco clavada en mi sitio unos segundos más, asimilando lo que acaba de suceder y echando de menos la cálida sensación que me ha provocado tener su cuerpo tan cerca del mío.

Odio admitirlo pero, en el transcurso de estos últimos meses con Sherlock y John, he comenzado a sentirme atraída por el primero... y no sólo en el aspecto físico. Sherlock es un hombre complicado, misterioso, increíblemente inteligente, muy maduro aunque también sumamente infantil en ciertas ocasiones.

En resumidas cuentas, es extraño y bello a la vez.

No obstante, sé de sobra que él no es capaz de querer a nadie de esa manera... por lo que con ser su amiga me conformo.

INTENCIONES OCULTAS (SHERLOCK BBC Y TÚ)Where stories live. Discover now