Capítulo ocho: Por qué.

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-Por qué yo, Tim, por qué así -exclamó con pesar. Estaba tirado en su cama boca abajo. El demonio estaba sentado en el suelo de piernas cruzadas mientras leía uno de los cómics del chico.
-Eso deberías saberlo tú -dijo sin separar los ojos del cómic.
Jason suspiró.
-Pero yo no lo sé.
Tim se levantó del suelo y tiró el cómic por algún sitio, éste cayó de mala forma y un par de hojas se arrugaron. Miró a Jason, el susodicho estaba tumbado en la cama sin moverse, como si ya hubiese muerto. Y en verdad eso estaba haciendo. Cuando alargas tu tiempo de vida más de lo debido, no estás viviendo en sí, sino que estás muriendo sólo un poco más lento que los demás.
-Entonces estás jodido -sentenció. Jason no se movió ni un ápice.
El silencio reinó por unos momentos. Ninguno se movió de posición. Tim paseaba sus ojos por lo que podía ver de la habitación.
-Deberías acabar con todo de una vez. Tú descansas, te desahaces de mí, yo tengo tu alma y todos felices -dijo con supuesta obviedad mientras alzaba los hombros, sonreía ladinamente y cerraba los ojos con suavidad.
Entonces Jason se levantó de la cama y lo miró fijamente, por un momento Tim creyó que aceptaría su propuesta. Pero en cambio, Jason frunció poco a poco su entrecejo. Estaba casi tan marcado como en las ilustraciones del cómic que tiró hace unos minutos.
-¿Todos felices? ¿Estás mal de la cabeza? ¡No puedo...! -enmudeció y su rostro se fue apagando lentamente. Tim alzó una ceja-. No puedo dejar solo a Richard...
Lucifer soltó una carcajada que sacó de órbita a Jason.
-¿Y crees que estando en este estado lo haces feliz? -su mirada pesada.
Jason sintió que todo en su interior se revolvía.
-Tú no sabes cómo funciona esto.
-Yo creo que tú eres el que no sabe nada.
Jason soltó un bufido de frustración, hablar con Lucifer era como un castigo para el alma. Sobre todo porque en sus adentros, sabía que el diablo tenía razón.

𝐿𝑈𝐶𝐼𝐹𝐸𝑅 | JayDickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora