Capítulo siete: Házlo.

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Jason estaba mirándose fijamente en el espejo del baño, como de costumbre

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Jason estaba mirándose fijamente en el espejo del baño, como de costumbre. Richard no estaba en casa pero no tardaría en llegar.
Su manzana de Adán subía y bajaba. La intranquilidad corría por sus venas y por primera vez sentía miedo. Mucho miedo.
Estaba aterrado, con lágrimas en los ojos, sintiendo la sonrisa maliciosa de Lucifer en su espalda. El arma de fuego, juraría que esa chatarra le estaba susurrando cosas, pero pronto se percató de que era el demonio con forma y nombre humano. Tim de repente estaba hablándole al oído.
-Házlo... -susurró con una sonrisa mientras observaba a Jason por el espejo- Yo sé que quieres.
El chico levantó el arma, la observó mientras un escalofrío recorría su cuerpo entero. Humedeció sus labios antes de introducirla en su boca y apuntar directamente a sus sesos.
Una escena difícil de ver para cualquiera, pero divertida para Tim. Había comenzado a reír.
-Vamos. No tengo todo el día... Házlo.
Jason se miró por lo que creería sería la última vez. Admiró lentamente el escenario y luego cerro los ojos con fuerza.
Las lágrimas terminaron por caer y sólo un poco de fuerza en su dedo bastaría para disparar el arma.
Así lo hizo.
pero ninguna bala salió.
Tim soltó una gran carcajada.
-¡Se las he quitado! ¡No puedo creer que no te hayas dado cuenta, imbécil! -soltó de forma escandaloza.
Jason pegó el arma al pecho del diablo e intentó calmarse.
Respiraba agitadamente e incluso no veía bien, el aire no era el suficiente y sentía que en cualquier momento se iba a desmayar. Estaba totalmente desesperado.
Estuvo a punto de morir. Algo le oprimía el pecho y dolía. Comenzó a llorar, se sentó en el suelo y lloró, jadeó y gimió con fuerza, todo mientras Lucifer lo miraba desde arriba, con el arma entre los dedos y el semblante serio.
-Los humanos son interesantes -murmuró-. Dando su alma para permanecer sólo un poco de tiempo más con la persona que aman aunque tengan que sufrir ellos y los demás. Egoísta, me gusta -sonrió de forma ladina mientras observaba detenidamente a Jason quien se encontraba envuelto en llanto, un triste, lúgubre y pesado llanto.
Entonces escuchó la puerta abrirse, alzó la mirada y se marchó, sólo quedó la semiautomática en el suelo al lado de Jason.
Lo primero en llegar a los oídos de Richard en cuanto llegó; fueron los sollozos de Jason, entonces su corazón y todo su sistema se alteraron y corrió hasta el baño, sabía perfectamente que ahí se encontraba. Abrió la puerta con brusquedad y entonces lo vió, con el rostro húmedo y lleno de manchas debido a las lágrimas, arrugado y deformado en una horripilante mueca llena da dolor y la Heckler & Koch a un costado de él.
No lo pensó más y se dejó caer en el suelo, extendió sus brazos y atrapó a Jason quien no tardó en aferrarse a él. Le besó la cabeza y lo atrajo más a su cuerpo.
-No estás sólo -murmuró-. Está bien Jason -su voz temblaba, él también estaba asustado. No comprendía qué le pasaba a su novio.
-No quiero morir así -dijo entre un llanto un poco más leve. Esas eran unas palabras tan dolorosas de escuchar. Para Richard fue imposible no soltar unas lágrimas.
-No lo harás bebé -dijo al instante.
Ahora ambos se encontraban llorando en el suelo del baño, con una pistola semiautomática de medio kilogramo a un escaso metro de distancia y a Lucifer parado justo en frente de ellos sin ser notado.
-Los siento grandote, pero ya está escrito. "Todas las armas que aparecen en una historia tienen que ser disparadas"...

 "Todas las armas que aparecen en una historia tienen que ser disparadas"

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𝐿𝑈𝐶𝐼𝐹𝐸𝑅 | JayDickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora