Capítulo 2

40 6 0
                                    


-maaaaaaa ¿Dónde están mis zapatos?

- ¿miraste en el closet? - dijo asomándose por el marco de la puerta.

-miré allí como unas 100 veces- dije dejándome caer en la cama- ¿no sabes si la chica de la limpieza las lavo?

-tal vez. Colócate otras y más tarde le preguntare.

-está bien- hice puchero.

Tome mis botas y mi mochila.

-debo irme ya, hoy tomare el auto bus- dije tomando mi almuerzo- mamá, sé que amas hacerme comida, pero no quiero hacerte hacer cosas de más. En la Universidad tenemos cafetería- dije guardando la lonchera que me preparo.

-sabes que aún tengo fiebre de madre- sonrió- además, a mí no me molesta.

-está bien- negué- nos vemos para la cena.

- ¿no te buscare?

-no, hoy volveré sola a casa, así que adelántate después del trabajo. Debo ir a comprar unos nuevos materiales al centro y volveré a casa.

-está bien- dijo haciendo puchero.

-no hagas esa cara, solo será por hoy- sonreí y le lance un beso- te amo- dije algo sonrojada y me retire del lugar.

Camine solo un poco. Al llegar a la parada del auto bus me senté. Estaba vacío, al menos no tenía que estar incomoda con alguien a mi lado esperando de igual forma.

Saqué mi móvil y le di una que otra mirada a los mensajes. Había unos cuantos de Shin y unos que otros emojis de carolina.

-veo que ellos están pasándola bien- dije sonriendo un poco.

Note una que otras fotos de ellos con sus familias. A Shin lo había adoptado una familia que vive en busan. Ellos eran una familia grande. Shin tenía 3 hermanos mayores y 6 hermanitos pequeños. Eso era como ganar la lotería para él, porque siempre soñó con tener hermanos mayores para tener un ejemplo a seguir y de paso tener menores para enseñarles lo que aprendía de sus hermanos mayores.

Para Carolina, todo era lo contrario, ella era única. Ella no era adoptada, nosotras nos conocimos cuando fui adoptada por una pareja cuando tenía aproximadamente unos 7 años. En aquel tiempo viví en un orfanato de Bogotá. Ella se hizo mi amiga porque la mayoría de los niños se burlaban por ser huérfana y cosas así.

Nos separamos cuando la pareja que me había adoptado perdió mi custodia, haciendo que regresara al orfanato, ellos terminaron en la cárcel, habían descubierto que eran traficantes de órganos y entre otras cosas. Cuando volví a aquel orfanato, este unos meses después tenía que cerrar por falta de fondos. Así fue como terminé por vivir en un orfanato en corea. allí fue donde conocí a Shin y las cosas dieron un gran vuelco.

Separarme de carolina no fue muy malo, porque ella siempre hizo lo posible por no perderme de contacto. Nos enviábamos cartas en aquel entonces, hasta que al fin logramos tener edad de tener celulares.

Shin y yo logramos ahorrar y comprar uno para poder divertirnos ya que las monjas eran un poco aburridas. Lo usábamos a escondidas, ellas nunca lo notaron.

Con tantas cosas, entre cambio y cambio, termine por encontrar un rayo de esperanza, esa fue mi madre. Ella trajo alegría a aquel triste mundo.

-como ha pasado el tiempo- suspire.

Pude notar a lo lejos el autobús. Me coloque de pie y este se detuvo frente a mí. Subí y page el pasaje con la tarjeta que mi madre me había dado. Camine a los asientos de atrás.

La Sobrina De HobiWhere stories live. Discover now