Rompecorazones | BTS

28 - La verdad detrás de las mentiras

Soy la persona más horrible que ha existido. 

—Te amo —susurró a mi oído. Ha dicho que me ama y tal vez debería haber dicho algo pero acabé sin decir nada. 

Sentía un agujero en el pecho. Es lo que he estado sintiendo desde aquel día, es gracioso porque la palabra no está bien, porque la verdad es que no sentía nada del todo. Había pasado una semana, una semana sin Ji Min, como si lo que pasó nunca hubiera pasado. Había vuelto a estar con Tae Hyung, como era antes, debería estar feliz y enamorada de él pero no lo estaba. 

Seguía atrapada con el ayer y no sabía si iba poder superarlo. La trama que Ji Min y yo habíamos planeado fue olvidado. Dejaron de hablar sobre nosotros. 

Estaba vacía.

Cuando Ji Min y yo estamos en la misma clase, le ignoro. Nunca le miré aunque quisiera. Es como si estuviera pero no. La cosa estúpida y divertida es que aunque no le viera no podía dejar de pensar en él. Incluso cuando estoy solo y cuando estoy con Tae. Hay muchas cosas que me hacen recordarme de él. 

Le extraño tanto que me duele. 

Mi corazón anhela por su presencia y mi alma llora por su ausencia. De repente me acordé como Ji Min trató de acercase a mí el otro día. Ha pasado dos días desde aquello pero seguía fresca en mi mente como si hubiera pasado hace un momento.

—Ji Ah —dijo. Mi corazón se sobresaltó al oír su voz. 

—Aléjate de mí Ji Min —contesté. Caminé más rápido pero aún así me alcanzó.

—Ji Ah —dijo de nuevo pero esta vez me agarró del brazo. Paré de caminar porque el me jaló. 

—¡Déjame Ji Min! —dije y traté de soltarme de su agarré pero no tuve éxito— Te dije que el trato se ha terminado. Ya no quiero.

—¿Ya no quieres? —preguntó y agité la cabeza. Él me miró directo a los ojos.

—¿Por qué así, Ji Ah? Yo aún quiero. Todavía quiero —contestó. No quería actuar que estaba afectada. Es un error. Un terrible error. 

—Entonces ese es tu problema —contesté y caminé de nuevo. Ji Min tiró de mi otra vez.

—Tú también sientes algo, me deseas. Te gusta cuando estoy alrededor. Te gusta cuando toda mi atención está en ti. Te gusta como te miro. Te gusta todo lo que te hago, aunque a veces te molesta. Me deseas —dijo y mi corazón empezó a latir fuerte. 

—Te equivocas. 

Sus ojos brillaron decepcionados pero me mantuve firme. Él trató de contener su enfado. Estaba enfadado conmigo porque lo negué. No quiero que esté enfadado conmigo, pero al mismo tiempo si. Necesito que esté resentido conmigo hasta el punto que me deje en paz y que se mantenga lo más lejos posible de mí.

—Déjame en paz —dije fría. Su rabia disminuyó gradualmente y fue reemplazado por resignación. 

—Solo di que sí, Ji Ah. Y lucharé por ti, seguiré luchando por nosotros y no me detendré incluso si me muero. 

—Lo siento Ji Min pero no hay ninguna competición —contesté. Y es así como le dejé destrozado de nuevo. 

-

Haga lo que haga seguía sin desaparecer de mi cabeza. Estaba tatuado en mi mente.

—Hola —dijo Tae Hyung cariñoso cuando abrí la puerta. 

—Ey —dije y traté de sonreír. Él entró en casa, me jaló por la cintura y me besó. Como siempre hacía, cerraba los ojos y trataba de devolver lo que sentía antes cuando él me besaba. De verdad que intento y me frustro a mi misma para sentirlo, incluso aunque le bese una y otra vez solo para sentir la chispa, pero apenas estaba allí. 

Después del beso fuimos a mi habitación para ver una película. A Tae Hyung le encanta acurrucarse y a mi también, pero ahora no puedo hacerlo sin que me sintiera culpable. 

Mientras empezaba la película, me sentía transportada a mi última conversación con Ji Min. 

Le dije que se equivoca. 

Es verdad que siento algo, que le deseo. Pero se equivoca cuando dice que me gusta cuando está alrededor, que me gusta cuando pone toda su atención en mí, que me gusta cuando me mira, que me gusta aunque me moleste. 

Se equivoca porque no me gusta. Me encanta.

Creo que también se equivoca cuando dice que le deseo, porque no solo le deseo. Le amo.