Capítulo 30

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Amelia

Muchos niños en el mundo no tienen padres, yo entre ellos, otros los tienen pero no los valoran, hay otros como Avalene que conviven con un padre maravilloso en todos los sentidos.

Separar a un hijo de su padre cuando se mantiene la relacion como ellos dos, es cruel, mezquino y desalmado, estoy segura de que Avalene se quedará con Silas, pero no quiero ni imaginarme que sucederá si ocurre todo lo contrario.

Yo se que alejar a Silas de su hija sera devastador para él, incluso peor que la muerte misma y el juez debe poder ver eso.

Verlo aquí, en esta sala de reuniones, es doloroso, su semblante demuestra que no quiere estar aquí, que tiene miedo y que le desespera no saber si podrá regresar con Avalene a casa esta noche.

Yo estoy a punto de tener un paro cardiaco.

El abogado de Angelique ha estado atacando a Silas con sus ocupaciones laborales, su presencia pública y todo lo que puede, hasta que ahora su blanco soy yo.

¡Pues claro, según el yo asesiné a Monique!

- Recordemos señor juez que la Sra. Berkshire conducía el auto que acabó con la vida de la madre de la menor.- dice y el juez me mira, asiento.

- Eso es cierto y tambien recordemos que yo resulte gravemente lesionada en ese hecho que recalco, fue un accidente.- Miro al abogado y entrelazo mis manos en la mesa.- ¿A que quiere llegar abogado? ¿Está sugiriendo que es mi culpa que nos hayamos accidentado? Supongo que alguien con la vida que llevo no quiere morir, digo tengo un esposo que me ama, una hijastra que me llama madre, amigos leales, una profesión que amo y estabilidad económica, ¿Porqué arriesgar mi vida por la madre de mi hijastra? Es algo insensato de su parte acusarme de ello, así que dígame ¿A que quiere llegar?

El sonrie y me mira, eso me asusta.

-  Con esto quiere llegar a decir que usted no es una persona facultada para cuidar de una niña, no tiene hijos y el que esté casada con el Sr. Berkshire no significa que vaya a ser una buena madre para la menor.- Dice y mira al señor juez.- ¿Estamos o no estamos de acuerdo?

El juez asiente con la cabeza y yo me permito interrumpir.

- Disculpe la intromisión Sr. Juez.- El me mira con cierto interés.- En esta habitación y en todo el edificio no hay una sola persona que esté mas facultada que yo para cuidar de un niño, eso usted licenciado no puede dudarlo, ni nadie.

- ¿Cómo puede usted decir eso?.- Pregunta el juez y sonrio.- ¿Tiene material para sustentar eso?

Aprieto la mano de Silas, me se mi cuento.

- Si, señor.- El abogado le extiende una carpeta en la que de encuentran mis diplomas universitarios y una expedición del hospital hablando de mi trabajo y mis cualidades personales, me doy el gusto de mi vida.- No parece enterado pero yo soy medico egresado de Harvard y especializada en pediatría, lo que significa que estoy mas que facultada para cuidar de un niño fisica y mentalmente que cualquiera qué hay sido padre una docena de veces antes o me equivoco? De estarlo creo que ningún padre fuera al pediatra.

Digo, no sé si mi esposo me ama pero es una mentirilla piadosa.

Miro al abogado con una brillante sonrisa y parece que ha helado a grados estratosféricos.

- No conocía esa información.- Dice el juez mirándonos alternadamente.- En este momento eso cambia muchas cosas, de hecho para ser sinceros no tengo ni un argumento para refutar el suyo, digo sus registros son increíblemente impresionantes, un larded académico para admirar y las recomendaciones de su trabajo son para elogiar pero lo que realmente importa es el testimonio de la niña, por lo que les pido silencio y que prestemos atencion.

Amelia; anoche soñé contigoWhere stories live. Discover now