Chanyeol bostezó un poco malhumorado cuando el sonido de su celular lo despertó dándose cuenta que otra vez se había quedado dormido sobre uno de sus libros. Su celular seguía sonando en algún lugar debajo de todos los libros que tenía esparcido en su escritorio.

—Hola mamá, ¿Paso algo? — respondió  aguantando un bostezo luego de ver que era su madre quien insistió en la llamada.

—Algo así cielo. ¿Estabas haciendo algo?, ¿te interrumpí? — Chanyeol giró y el reloj junto a su cama decía ser las siete de la noche. Chanyeol estirándose un poco se levantó de su asiento.

—No, — dijo saltando a propósito de decirle que lo había despertado de la mini incomoda siesta que había tomado sobre su escritorio sin saberlo. — ¿Está todo bien? ¿Sucedió algo en el restaurante?

—Ah, hijo. Siento pedirte esto, sé que estas estudiando duro pero es que te necesitamos hoy aquí. — Chanyeol frunció un poco la frente pensando.

— ¿Hay demasiadas personas?, ¿no están siendo suficiente Jongin y la nueva chica?

—Es que es eso cariño.

—Hay demasiad…

—No, es Jongin. Hace algunos días que no se presenta y no te dije que vinieras porque estabas bastante ocupado con tus tramites que no quis…

—Es-está bien mamá, en media hora estoy allá. — Chanyeol sonrió incluso si sabía que su madre no podía verlo, tratando de expulsar todos sus pensamientos que querían adueñarse por completo de su cabeza. —No te preocupes.

Cuando colgó la llamada sus ojos se quedaron clavados en la pantalla negra de su celular y sus manos que lo sostenían. Acaricio con su pulgar la superficie tratando de no pensar, diciéndose a sí mismo que estaba bien. Jongin sabia cuidarse solo y pronto volvería a trabajar y así él podría despedirse, de verdad.


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Pero Jongin no había regresado, ni al otro día, ni los siguientes.

Chanyeol todos los siguientes días espero que el chico apareciera temprano por la puerta del restaurante y tomara su uniforme como siempre, pero no fue así. Incluso si Chanyeol guardo esperanzas y las ansias crecían porque los días pasaban y su viaje se acercaba, Jongin no estaba apareciendo por esa puerta dejando que el sol de la tarde le hiciera aquel halo que Chanyeol siempre veía alrededor del chico.

— ¿Qué pasa hijo? Haz estado distraído. — Su padre se detuvo junto a él y Chanyeol presiono la bandeja vacía más a su pecho y le sonrió.

—No, no pasa nada. Solo me distraje un momento. — Trato de sonar convincente y de paso intentarlo consigo mismo.

—De acuerdo. Tu madre y yo podemos terminar de cerrar, puedes ir a esa reunión que nos dijiste el otro día. ¿Es hoy, cierto?  — Su padre lo miró por unos segundos más antes de que Chanyeol asintiera, le dio un par de palmadas suaves en su espalda y siguió su camino hacia la caja donde estaba su madre sumando las facturas de la noche.

Cierto, la fiesta que armarían los chicos, saco su celular del bolsillo de su pantalón, miro la hora, la fecha y los mensajes de Jongdae. Baekhyun no tardaría en llamarlo para preguntarle donde estaba.


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—Hey, entra. — Dijo estirándose un poco para abrir la puerta del pasajero y Jongdae ingresaba a su auto. — ¿Cómo estás? — pregunto a su amigo que aun traía su uniforme de interno y ojos cansados.

—Si me hubieran dicho que estudiar medicina iba a ser así, ni la hubiera mirado siquiera. — Jongdae suspiro apoyando por completo su espalda y cabeza en el asiento dando un suspiro.

El camino hacia ti | Chankai Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum