Love Hangover {Resaca de Amor}

Capítulo 14: Some kind of love

Apreté el sobre que traía en mi diestra con fuerza, y dejé caer mi cabeza hacia atrás golpeando la pared metálica. Las personas que estaban a mi costado me observaron, pero no reparé en ellos, no cuando la voz al otro lado de la línea telefónica me hacía la vida difícil.

— Piénsalo Chanyeol. Aquí hay mejores oportunidades para ti, conseguirás más cosas. Serás más importante.

Instintivamente reí, y separé mi cuerpo de las paredes del elevador para salir de este cuando llegó a mi piso. Respiré profundo, e ignoré lo más que pude aquella sensación de fuego que tenía en mi pecho, así como la decepción y las ganas de largarme a llorar que desde hacía dos días no me abandonaban.

— No tengo absolutamente nada que pensar — respondí, caminando con prisa a mi hogar—. Yo no venderé el restaurante así que dile a ese hombre que su trato se ha cancelado y que no vuelva a marcarme, ¿de acuerdo? En unos días el cambio de nombre estará listo, así que no tiene siquiera sentido — añadí tratando de estar lo más tranquilo que pude.

A sus últimas palabras, ni siquiera quise responder.

Pero el resoplido al otro lado me hizo saber que mi padre se estaba irritando, señal que me indicaba que esta conversación aun no acababa.

— ¡No Chanyeol, no! Ya está dicho. El restaurante se venderá y tú vendrás a Estados Unidos. Ya tengo todo planeado, tú administrarás mis negocios y, cuando te adaptes bien aquí, quizá puedas abrir tu propia empresa. Pero no quiero que estés ahí desperdiciando tu talento. Eres un gran administrador y gestor, ¿por qué quedarte en ese lugar? Mis padres ya no están, no tienes que seguir sacrificándote.

Detuve mis pasos frente a mi puerta, no queriendo creer que había dicho eso... Pero lo había hecho.

Con un ligero temblor en mi cuerpo estiré mi mano, y coloqué la clave de la puerta de mi apartamento para abrirla; cuando lo hice, ingresé y la cerré con mucha fuerza dejando luego caer con dureza mi frente sobre ella, no pudiendo reprimir más mis emociones.

Desde ese día, era un caos.

— ¡¿Tú qué sabes de sacrificio?! — alcé la voz, sin molestarme en mostrar respeto a ese hombre—. Sacrificio es estar escuchando todas estas estupideces — hice una pausa, en la que traté de coger aire en mis pulmones—. Desde que era un niño jamás estuviste ahí conmigo. Prácticamente desde que nací fueron mis abuelos quienes estuvieron a mi lado criándome, cuidándome y enseñándome todo lo que tú debías y que no hiciste por tus negocios. Y no te reprocho que trabajaras, pero sí esto, ¡mis abuelos eran lo más preciado para mí! Yo estudié esto por ellos, para ayudarlos a sacar adelante su restaurante y lo logramos... Lo logré después de que ellos fallecieron así que esto no es un sacrificio. Esto lo hago porque los amaba, los sigo amando y es lo único que me queda de ellos después de que vendieras su casa — me separé de la puerta, y con la manga de mi sudadera limpié las lágrimas que ya habían salido de mis ojos—. Que quieras quitarme esto me está haciendo daño, ¿que no te das cuenta? ¿Tan poco me conoces como para no saberlo? Tú lo que quieres no es tener a tu hijo a tu lado, sino a un empleado que te haga las cosas más fáciles y no, no lo lograrás, ¡no dejaré que destruyas mi vida!

El silencio prevaleció después de ello.

Él no hablaba, y yo tampoco lo hacía lo cual me ponía más nervioso y, sobre todo, daba espacio a mi mente para pensar en alguien más.

Baekhyun.

— Sé que cuando más me necesitaste no estuve a tu lado. Por eso quiero que vengas a Nueva York, quiero que nuestra relación se fortalezca — resoplé, negando encarecidamente—. También sé que tienes tú vida hecha en Seúl, pero puedes traer a Minseok y Jongdae e incluso a Jongin a trabajar conmigo. Es más, puedes traer a tu novia, aquí también habrá un lugar para ella.