Día 4 parte 3 - No hay trato

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Necesito más de ti, de tus ojos, de tu voz, de tu esencia, soy adicto a ti ahora.

— Oye, oye... ¡imbécil, te estoy hablando! — Irritado y desesperado por captar su atención, Kurapika al fin sacó de sus pensamientos al ex líder del Ryodan.

Después de haber salido del centro comercial y declararse un cariño mutuo, parecía que todo había acabado, que aquella maldición desapareció y ambos regresarían a sus vidas normales.

¿Vidas normales? ¿realmente querían regresar?

— Disculpa, estaba soñando despierto. — contestó Kuroro dedicándole una sonrisa de lado a su ahora oficial pareja.

— No me sorprende, pero si te vas a quedar ahí mirándome como baboso perderemos el avión. — viajar esa noche del aeropuerto al puerto de la costa era sólo el primer paso para llegar a Isla Ballena, por primera vez, Kurapika visitaría a Gon a su casa y llevaría a Kuroro para presentarlo como su pareja.

— Déjame ayudarte con las maletas. — dijo Kuroro quitándole la más pesada con rueditas — ¿nos dejarán subir comida?

— Hay servicio de comida por parte de la línea aérea, para eso están las azafatas. — explicó Kurapika siguiéndolo.

— Muero de ganas de hacer el amor en el baño, como en las películas. — dijo Kuroro en voz baja con tono sensual haciendo que Kurapika se detuviera de golpe ruborizandose.

— Espero que estés bromeando. — amenazó avergonzado esperando que nadie lo hubiese escuchado además de él.

— Amargado. — se quejó Kuroro.

— Sucio asqueroso. — regañó Kurapika aún sonrojado.

Al momento de subir al avión, Kuroro admiraba cada detalle de las atenciones que los empleados les brindaban, nadie lo miraba con temor o desconfianza, incluso algunas mujeres le hacían buenos cumplidos.

— Nunca me he subido a un avión de manera legal — exclamó Kuroro al regocijarse en su asiento de mediana clase — por lo tanto es la primera vez que disfrutaré de sentirme como un ciudadano.

— No hablemos de eso, arruinaremos nuestro viaje. — dijo Kurapika tomando su lugar del lado del pasillo.

— Está bien, ¿de qué quieres hablar? — Preguntó Kuroro expectante por la gran variedad de temas que podría compartir con un erudito como Kurapika.

— Mmm... — su concentración hacía pensar que no se decidía por qué tipo de tema tratar, o al menos así parecía hasta que habló — ¿cómo planeas que no nos descubran en el baño?

— Ahora hablamos el mismo idioma~

Fueron casi 5 horas de vuelo para llegar al puerto dónde abordarían el barco hacia Isla Ballena. Se hospedaron en un pequeño hotel para dormir. Kurapika que es extremadamente bipolar llegó rabioso por haberse golpeado la frente con el lavamanos.

— Es la última vez que te hago caso en tus ideas tontas. — regañó al mayor mientras llevaba una bolsita de hielo para bajar la hinchazón de la frente.

— Pero si tú fuiste quien aceptó hacerlo.

— Los baños de los aviones son muy incómodos. — se quejaba Kurapika buscando algo en su maleta.

— Claro, culpa a las turbulencias. — se mofaba Kuroro con lo increíblemente torpe y nervioso que se ponía Kurapika al intentar hacer cosas pervertidas en lugares públicos.

— Hey, ¿dónde está mi celular? — el rubio entró en pánico al haber revisado todo el equipaje.

— No me digas que lo olvidaste en el avión.

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⏰ Last updated: Apr 03, 2021 ⏰

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