Día 3 / Parte 1 - Nos vieron la cara

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—¿Qué te hacia tan feliz ese día? durante la subasta te veías muy animado— Rompió el silencio una vez llegada el alba, despertó a su lado, abrazándolo por la cintura, estaba tibio, y su piel suave tenia un olor adictivo, quería escucharlo, saber por medio de su voz el como se sentía en ese momento, ademas le inquietaban aquellas dudas que lo acompañaban.

— ¿Y eso porqué te importa?— contestó sin abrir los ojos, también estaba despierto desde hacia rato, pero se sentía cómodo entre los brazos del mayor.

—Porque moría de celos al pensar que alguien más te estuviera provocando tan bella sonrisa— acaricio los labios del rubio, pero en un segundo, este le quito la mano de su boca.

—Lo estas diciendo apropósito.

—No, sin duda hiciste que me conmoviera, tienes una sonrisa espectacular, me pregunto porqué no sonríes mas seguido— se atreve a besar su hombro, arriesgándose a la ira de su novio.

— Si lo supiera te diría, ah, espera, si lo sé, por tu culpa— Y se enojó...

— ¿Ahora estás molesto de nuevo?

— Sólo me siento así cuando estas conmigo, es inevitable por obvias razones.

— Vale, entonces dime lo que te hacia tan feliz esa noche— continuó el moreno, su insistencia no le molestó al Kuruta, le contó la razón para que se diera cuenta de que no era nada del otro mundo aquella sonrisa.

— Hace 3 días fue mi cumpleaños, mis amigos me planeaban hacer una fiesta, pero los rechacé por el trabajo, ellos aun así insistieron en hacer algo por mí, estuvieron enviándome mensajes todo el día, la mayoría con frases muy divertidas, me hicieron reír y por eso no estaba del todo concentrado en mi trabajo, esa es la razón.

— ¿Cuántos años cumpliste?

— Veinte— chasqueo la lengua, se le pasaba muy rápido el tiempo.

— Tengo 29, soy mucho mayor que tú —sonrió Kuroro.

— Evidentemente, eres más viejo que yo — Al decir esto, Kuroro hizo un puchero de disgusto, era la primera vez que alguien lo llamaba viejo, incluso Neón le había dicho que se veía mucho más joven a la edad que tenía, el líder decidió cambiar de tema.

—¿Cómo te sientes?— le susurró al oído, el tono suave y cariñoso le hizo entender que se refería a la situación respecto al presente.

— Raro— respondió al emisor de la pregunta.

— ¿A qué se debe?— interrogó con más curiosidad.

— A que esto es raro— pero Kuroro no entendió.

— ¿Podrías ser mas especifico?—indagó el mayor.

— No deberías estar cuidando de mi, ya que yo seré quien te mate una vez que esto termine.

— ¿Alguna vez has notado que eso me importe?

— No, pero no entiendo para que querrías cuidar de mi.

— No tienes que entender nada, sólo sigue la corriente. Te cuido porque ahora se supone que eres mi pareja— Pensó un poco después de lo que dijo y se corrigió — no se supone, lo eres.

— ¿Porqué quisiste que esto fuera así? —seguía mirando al frente sin interés en voltear.

— ¿Eh?— ni él lo había prevenido.

— ¿Realmente sientes algo por mí?— A Kurapika no le gustaba andar con rodeos.

— Absolutamente nada— la respuesta fue confusa para el Kuruta.

QUE NADIE SE ENTEREDonde viven las historias. Descúbrelo ahora