QUE NADIE SE ENTERE

Día 3/ parte 4.- Documental arañas

Iniciando narración mental de Kurapika...

El día no termina.

He estado observando sus movimientos cada segundo que llevo aquí, los minutos se han vuelto una eternidad para mí. Espero sobrevivir a este manicomio de enfermos.

Es mi turno de narrar lo que sucede a mi alrededor, tal vez esta información me sea útil para acabar de una vez por todas con la araña. Si tan sólo tuviera mis cadenas, los atraparía uno por uno usando mi apariencia para engañarlos, pero eso no hubiera sido posible a menos de que Kuroro me las devolviese, lo cual no pasará hasta que logre sentir amor por él, no cualquier amor, amor verdadero y es aquí cuando me siento atrapado en un cuento de hadas pero cruel.

Y ya que ha salido al tema Kuroro, empezaré por mencionarlo. La cabeza de la araña, el líder elegido por sus habilidades peligrosas y su estrategia profesional, debo admitir que es el indicado para dirigir al grupo, siempre dando lo mejor de si mismo. Aún no entiendo como puede tenerme a su disposición y hacerme sentir tantas emociones en menos de un minuto, respecto a él, acepto que lo odiaba, pero he encontrado similitudes que pueden favorecer por el momento nuestra forzada relación, ha leído los mismos libros que yo y es una persona cautelosa, estratégico con cada detalle de su plan, es por esa razón que me siento confundido y sé que respecto a mi tarea, me sentiré imposibilitado y al final del día terminaré extrañándolo, justo lo que quiere. Lo que sea que haga en este momento, más le valdrá no tardar.

Llevo sentado poco más de 10 minutos en un sofá, junto a la chica de cabello rosa que manipula hilos de nen, es buena jugando dominó, muy buena. Ha ganado 5 rondas seguidas y los demás poco a poco se van rindiendo. A ella no le caigo bien, supongo que era porque tenía un gran lazo con Kuroro que al parecer estoy obstruyendo, lo lamento más yo que estoy en este ridículo vestido, si supieras quien soy, te burlarías de mí sin parar mientras me asesinas, Machi es su nombre, lo han mencionado los demás, ella era una de las que tenía como rehenes a Killua y Gon aquella vez.

Me miró a los ojos preguntándome —¿Qué te vio Danchou a ti?— Y fruncido el entrecejo, esperó mi respuesta. La chica estaba celosa.

—Dice que tengo unas piernas fabulosas— contesté para hacerla enojar. Funcionó, pero no de la manera que esperé, estaba molesta conmigo pero parecía más molesta con otra persona, Kuroro tal vez.

Eso fue lo que se me vino a la mente hasta que dijo en tono muy bajo — Debí confesarselo antes, así él no hubiera tenido que buscar a nadie más — eso fue todo lo que dijo y continuó jugando con el resto, me dejó confundido, no comprendo a las chicas. Había jurado que al menos me gritaría y mostraría su habilidad para callarme, pero sólo la hice entristecer. Me quedé un momento pensando y creí que esas no eran las palabras adecuadas para hablarle a una mujer, hice lo que mi educación me permitió en ese momento para dirigirme a una araña. Le pedí una disculpa por haber dicho aquello. Y su respuesta me dejo más confundido — no te preocupes, él nunca me hubiera aceptado, soy su compañera después de todo — forzó una sonrisa para mí y de pronto no noté el momento en que mis ojos la miraron mostrando empatia. Estaba compartiendo su decepción de algún modo.

— Hey, Pika, ¿gustas algo de tomar? — me ofrece el nombrado Shalnark, asiento para no verme descortés y él me sonríe, su sonrisa me vuelve a confundir, es un ladrón asesino ¿como puede sonreír así? Bueno, después de todo, Kuroro se la pasa riendo como retrasado todo el tiempo para hacerme enojar.

No me gusta la manera en que manipula a ese hombre inocente y lo trata como un perro doméstico, quiero que lo libere, no me gusta nada que juegue con el tipo, estoy odiando a Shalnark demasiado — Liberalo— dije sin contenerme, sólo guardando un poco la compostura, no quería exaltarme.