Capitulo 29: Desconocido

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"Dos minutos" resuena en mi cabeza. Solo dos minutos.

Casi la asesinan por mi culpa y ¿me preocupaba que por su propia decisión intentara salvar a un niño, cuando estaba a punto de explotar una bomba? Que hipócrita de mi parte.

Ella no sabía a que se enfrentaba, o tal vez si, pero no del todo y si salía viva de allí era hora de qué supiera toda la verdad, no podía seguir arriesgándose así. No paraba de mirar mi reloj con desesperación, observando como los minutos pasaban y no podía hacer nada. Aparte mi vista de allí, la gente estaba aun más desesperada, sin saber por qué los habían evacuado, sin saber qué perderían todas sus cosas, por una bomba, por mi culpa. Los bomberos no entraban al edificio, debían esperar más tiempo y Natalia aun seguía allí.

Un minuto falta.

Comencé a morder mis uñas y caminar de un lado para otro. Mi celular comenzó a sonar, Taissa estaba llamando.

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-Hola ¿Taissa? -saludé

-Ashley escuchame bien. Aléjate de ella - exclamo, en un tono desesperante.

- ¿De que hablas? ¿de quien? - pregunté.

- Si te digo van a matarme, solo aléjate de ella por favor - Dice entre sollozos

-Debemos vernos cuanto antes -dije

Colgó la llamada sin dar explicaciones. ¿Alejarme de quien? Taissa era la única extraña, la única de la cual debería alejarme, se que podría ayudarme en esto, pero realmente nunca la entendía.

Aparte mis pensamientos de sus incoherencias y volví a mirar mi reloj.

10 segundos quedaban para que la bomba explotara.

Bajé mi mirada de pronto todas las personas empezaron a murmurar. Lleve mi mirada hacía la entrada de aquel enorme edificio.

Natalia había salido del edificio, sin el niño.

La madre de aquel, lloraba desconsolada sin comprender.

Corrí a donde ella, se veía agotada, como si hubiese corrido por esas largas escaleras sin fin, le faltaba el aire.

La abracé nuevamente. Me alegraba de que ella estuviese bien.

-¿Que paso? ¿a donde has ido? - pregunté incomprendiendo la situación

-Ya no hay bomba -Dijo y se aparto de mi evadiendo mis preguntas.

Camine detrás de ella.

- ¡¿Que?! ¿Como sabes tu de eso, que ha pasado? - continué con mis preguntas.

Volvió a evadirlas y se aparto definitivamente.

Miré mi reloj por décima vez. El tiempo había finalizado, las veinticuatro horas habían acabado y la bomba no exploto.

Estaba desconcertada, últimamente no comprendía las cosas, pero esto era el limite. Natalia creía que ya no existía tal bomba, nunca le explique a que vendríamos aquí.

Mi teléfono sonó otra vez, pero ahora era un mensaje.

Un mensaje de un numero desconocido.

"Nadie se salva de mi. Atte: Anonimo"

(...)

La vuelta a casa fue bastante tranquila, saber qué esta vez nadie salio herido me hacia sentir un poco de esperanza.

Me encontraba sentada en el sofá, comiendo pizza mientras miraba las noticias. Todo parecía haber vuelto a la normalidad, aunque no fuese así, hacía demasiado que no tenía tiempo para mi.

Un ruido hizo desconcentrarme de mi paz interior y meditación que tan solo duro cincos segundo y me hizo caer en la cuenta que mi realidad no estaba de la mano con la tranquilidad.

Jorge se apareció en la sala, con enormes cajas en sus brazos, las deposito en la mesa y apagó la televisión. Su humor me revolvió el estomago.

-Estas cajas son las que trajeron del apartamento de tu madre. No hay más que basura, fotos y recuerdos así que si te interesa puedes revisarlas y si no puedes tirarlas a donde corresponde. Basura en el basurero - Dice Jorge con su tono hostil.

Asentí con la cabeza, cuando Jorge estaba de mal humor, era mejor ignorarlo.

Volví a encender el televisor y colocar mis pies encima de la mesa. Cuando Aron de pronto llega.

-¿No vas a abrirlas? -preguntó echando un vistazo a las cajas.

-No. Solo quiero tener un momento de paz - dije sin quitar la mirada de la televisión.

- De acuerdo. ¿Puedo abrirlas yo? -preguntó

- Me da igual - respondí

Continué mirando la tele, mientras Aron curioseaba.

Se sentó a un lado de mi y comenzó abrir las cajas. Mi intento de notar qué no me importaba estaba fallando, no podía quitar mi mirada de aquellos adornos hermosos, algunas cosas antiguas como cassettes y vhs, discos de vinillo de The beatles 1965. Una colección patetica de posters de Jonh Lennon.

Aron comenzó a descartar una serie de papeles, en la sección de basura. Las tome, quizá podría encontrar algo interesante en aquellas letras.

Camine con las cartas hacía mi habitación, no era buena idea dejarlas por ahí.

Me senté en la cama pensando por cual de las miles hojas comenzaría a leer. Desparrame las cartas por mi cama, habían imágenes de todo tipo, tomé una que particularmente me llamo la atención, era una foto de mi mamá, sosteniéndome en los brazos cuando era bebe. No pude evitar sonreír, la extrañaba y nos quedamos debiendo un encuentro, un encuentro sin discusiones como solíamos tenerlas normalmente, un reencuentro después de extrañarnos tanto. Un encuentro que jamas se pudo dar. Continué observando la foto cuando un detalle llamo mi atención, esa bebe tenia perforaciones en las orejas y yo no las tenía. Me sentí tonta al notar que no era yo, que había mirado una foto creyendo algo que no era, reí para mi misma.

Tomé otra fotografía, esta si era yo, tenía aproximadamente unos cuatro años, un hombre joven posaba a mi lado, sonriente, su cabello era amarillo y sus ojos eran color marrones, tal y como recordaba a mi padre.

Es él. pensé.

Estaba ante una foto de él después de años sin verlo. Mis ojos se llenaron de lagrimas, pero las seque enseguida, me prometí que no lloraría más por él. Di vuelta la foto, se que encontraría una dedicatoria, mi madre solía escribir detrás de las fotos.

Y así fue. "Nicholas junto a Ashely 1994"

Esta definitivamente seria una gran pista para localizarlo y cumplir la petición de mi madre.

La puerta de mi habitación se abrió bruscamente, guarde rápidamente aquellas hojas en mi mesa de luz al ver qué Natalia se encontraba allí.

-La bomba exploto, la bomba exploto en el edificio - exclamo entre lagrimas.


Atte. Anónimo ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora