Conquista.

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Severus se reuso el dejar a Harry solo con su señor oscuro. No quería que todo el mundo supiera que los dos estaban manteniendo relaciones íntimas de índole sexual. Porque ya se podía imaginar al chucho pulgoso llorando a mares sobre el hombro del lobo y a Potter; especialmente a Potter con voz chillona y aguda diciendo que se aprovecharon de su pobre bebé.

—¿Qué pasa, Severus?—él patriarca Malfoy le miró con incredulidad ante la cantidad totalmente obscena de azúcar que le ponía a su té.

—Solo pienso en él hijo de Black...—los buenos hábitos no terminan nunca sobre arrastrar los nombres con desprecio como profesional.

—Ya sabíamos que estabas enamorado—aseguro Lucius mirando a su amigo—, Draco apostó conmigo la semana pasada.

—¿Mi vida privada es un juego?—interrogó.

Lucius le restó importancia mientras dejaba la taza y se aseguraba de tener a mano la carta de su adorable, pero totalmente diablillo hijo.

—Te leeré esto—mostró el pergamino ligeramente manchado de tinta.

—Bien—acepto.

—Aclaro su garganta con fuerza—Padre. Lamento que no hayas recibido alguna carta mía estos meses en el que el segundo año nos a arrastrado—imitó la voz de un patriarca realmente serio—, Harry a estado bien. Él señor oscuro parece cumplir cada capricho de mi primo, no a considerado arruinar estos momentos de paz...

—¿En serio?—Severus se rió—porque recuerdo claramente que el año pasado uno que otro alumno terminó en el lago.

—Cállate—silencio rodando los ojos—. Harry a estado tranquilo, una chiquilla llamada Hermione se a unido a nuestro círculo. Harry domina Slytherin con puño de hierro, todos le tienen miedo—rió ante la idea del pequeño niño asustando a los alumnos—se rumorea que él como único hijo de la familia Black y Potter tendrá todo el dinero de las ancestrales familias, las idiotas interesadas han empezado a rodearlo. Mi padrino enloquece cada que ve a las chicas cerca—se mofo divertido—terminaremos con una pareja extraña, te apuesto la mitad de la fortuna familiar.

—¿Y aceptaste?—Severus gruñó aún sin importar lo grosero que parecía.

—Por su puesto—dejo la carta olvidada—claro que no lo dejaré en la calle, pero es un buen momento para hacerte enojar.

—Lucius—nego mirando al rubio—eres un idiota. Ya veo porque eres él preferido de Tom.

Él Malfoy mayor negó atragantando se de una manera poco elegante, y agitando los brazos para pedir ayuda. No era claramente el favorito del señor oscuro y menos pensó que Severus tuviera esa confianza.

—¿Qué!—grito poco elegante luego de lograr respirar—¡Claramente no soy el preferido!, ¿Cómo que Tom!

—Lo eres—Severus era inimitable en sus reacciones—solo que de la forma graciosa. Aunque Black claramente es el preferido en cualquier contexto.

Ignoro la mirada de odio que le era dirigida, sus labios se curvaron hacia arriba en una sonrisa que nunca llegó a los ojos del rubio ya que quedó oculta entre su taza y el té. No estaba contestando todas sus preguntas.

—¿Cómo que Tom, Severus?

Él hombre negó a contestar, su vida privada solo le era de importancia a Sirius y al único con él que lo hablaría sería Regulus.
Iba a hacer una rabieta, una de sus tan conocidas rabietas cuando la chimenea se activó dejando entrar a una muy enojada y loca Narcisa seguida segundos después por Bella.

—¡Tú!—señalo al hombre oscuro sin elegancia alguna—¡Lo sabías, maldito hijo de puta!

Contra todo pronóstico Cissy fue la que se le fue encima, tomándolo de la túnica negra con fuerza, fue expulsado de tan cómoda silla para terminar contra alguna pared. La rubia arrugó la nariz con enojo, desprecio y terribles ganas asesinas. Por un instante Severus temió, lo hizo cuando las manos delicadas se deslizaron por la varita y con maestría lanzó un hechizo directo a su cabeza.

—¡Lo sabías!—grito iracunda y enloquecida—¡Maldito idiota!—fallo con su puntería cuando empezó a llorar.

Lucius Malfoy apenas reaccionó cuando intento levantarse y tomar lugar a lado del hombre. Sus dedos se enredaron con los de Bella en un agarre potente. Severus rodó, sin importarle que pareciera ser un cobarde.

—Bella, suéltame—se quejo moviendo el brazo para disminuir el agarre—va a matarlo.

—Se enteró—confeso apretando aún con las mariposas en el estómago intentando evitar el intervenir—¿Sabés?, Regulus no ha sido discreto con las atenciones para nuestro hijo.

—Pero Severus no lo sabía—busco con su mano libre en sus túnica la varita.

—Él fue quien le dijo como cortejarlo.

Estuvo tentando a quejarse al respecto, pero con toda la calma dejo que los dos adultos resolvieran sus asuntos aunque por defecto arrugó la nariz al ver como las cosas, los jarrones y la porcelana que tenía se rompía al paso de los echizos de Narcisa. Severus no estaba enfrentando realmente a la mujer.

—¿Por qué lo hiciste?—grito Narcisa ya cansada de usar su magia—apenas es un niño, es un niño—sollozo aún con la varita apuntando pero sin la intención de seguir atacando.

—Yo no sabía que era tu hijo—confeso acercándose a la rubia—pense que solo quería enamorar algún chico.

—Es mi pequeño—golpeo su pecho con fuerza—es mi bebé.

Él azabache asintió sentándose a su lado para poder hablar de todo. Nunca fue su intención hacer que Narcisa pasará por ello. Aunque solo le faltaba tener a Potter...

—No lo pienses—amenazo Lucius mirándole mientras arreglaba todo—porque sí esa chimenea se prende de nuevo, juro por Merlín y Morgana que no me importa que sean amigos de Remus.

—Yo les dije—murmuro Cissy mientras limpiaba su cara—les mande una carta a los Black.

—¡Severus!—un muy molesto Sirius Black salió de la chimenea lleno de ceniza.

—¡Oh, por Merlin!—él hombre salió corriendo por el pasillo para poder desaparecer en su hogar.

Lucius refunfuño enojado al ver como Black rompía algunas cosas en su carrera improvisada por sus pasillos.

—¡Váyanse a la mierda todos!

Están en segundo años :v vaya, vaya. Porque esta escena se me ocurrió mientras veía las reliquias de la muerte parte dos. Dónde muere Severus... Mi pobre corazón.

Colateral (En Revisión). Donde viven las historias. Descúbrelo ahora