Vacaciones

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Uno aquí como si nada. La vida es hermosa... Claro hasta que te dan ganas de darles un baño con el calamar gigante a tus compañeros y que estos queden algo traumados. Lo normal a la hora de escribir. Los nombre de magos mencionados son reales, no se sabe exactamente sobre su origen o descendencia, pero son verdaderos. Muchos por el momento provienen de Estados Unidos siendo los primeros Aurores en norteamérica. O eso decía mi investigación.

Se estaba riendo mientras se retorcía tomándose del estómago para no sacar sus intestinos por la boca después de ese gran ataque de risa.
Su pelo rubio rojizo se revolvía en su frente con esas suaves ondulaciones naturales, sus ojos azules casi de un gris tormentoso (gracias a la adopción mágica que había tenido hace poco) que la magia de su padre Malfoy le había brindado, creció un poco, unos centímetros tal vez y su piel se había puesto un poco más oscura, lo normal en un chico de su edad, aunque él pensaba que se volvería tan blanco como la porcelana por el color de piel de Harry (no sabía que él chico era morocho).

—¿Donde están Drake y Harry?—la voz algo preocupada de Thomas le hizo mirarlo con los ojos más curiosos del mundo.

—No lo sé—nego mirando con grandes ojos a Tom—ellos no dijeron nada.

—Serpens Neo-Mávro Black—la voz le salió fría mientras una pequeña serpiente reafirmaba la silenciosa amenaza.

Se recompuso, limpio su ropa y dejo de reír tan libremente al darse cuenta que estaba haciendo. Fueron criados como un chico sangre pura, siempre lo sería. Aunque sus padres nunca les habían metido las ideas sobre la supremacía de la sangre, Tom había calmado su odio hacia los Muggles, aceptaba que habían algunos buenos y otros, eran tan malos como los magos que también son capaces de renegar de su sangre.

—Papá me dijo que iría con padre a Gringotts—sonrió en grande—, también dijo que pasaríamos la tarde con los elfos hasta que ellos regresarán.

—¿Crees que haya problemas en las bóvedas familiares?—le cuestionó arreglandole la corbata con cuidado—recuerdo que Harry había dicho algo sobre buscar unos cuadros que habían desaparecido.

—Nego con la cabeza cruzando su brazo sobre sus hombros—Algo he escuchado de un testamento y sobre los cuadros que dices.

—¿Testamento?—miro a Serpens a los ojos—¿Crees qué estén enfermos?

—Lo hubiera sentido con mi magia—aseguro mirando los ojos de su casi hermano, preocupación real brillaba en ellos—estamos en tiempos oscuros Tommy, es mejor estar listo por si algún día tienes un pie en la tumba.

—¿Y yo quiero, seré él próximo señor oscuro?—cuestiono alzando las cejas con diversión—además no entiendo porque no nos llevarían.

—No quiero recordarte que estamos castigados porque Rosier termino mágicamente en el lago negro—rió mostrando los dientes—o que la tonta de Lima merecía la tintura en el cabello—suspiro con fuerza al recordar a la chica de Hufflepuff—MacDuff es un idiota que merecía el corte de cabello y el baño gratis con el calamar gigante—aseguro con la confianza suficiente—además acepta que Lopez fue el que rompió todos tus libros, por eso usé el maleficio de los mocomurciélagos.

—Neo—le tomo del antebrazo con seriedad—ellos son nuevos, vienen de Estados Unidos, ahí todo es diferente.

—Puede ser diferente—le reto guiando lo hasta la casa—pero nada les da derecho a lucir como niños buenos y lastimar a Walburga, a Lestrange o a Avery—le gruñó un poco disgustado—¿O qué tal aquel pequeño grupo de Ravenclaw y Hufflepuff que fueron bañados en pintura?

—Bien, tú ganas—admitió sensato mientras le sonreía un poco—tú siempre tan noble.

—Lo sé—sonrió arrogante moviendo su cabello como en una revista de modelos—pero no tanto para ser un Gryffindor y lo demasiado bueno para ser un Hufflepuff.

—Y lo suficiente narcisista para ser un Slytherin—comento al verlo perdido en su mente—y tan arrogante para ser tratado de Ravenclaw.

—Exacto—admitió sin darse cuenta que le estaban molestando.

—Oye—salto encima de él haciendo pucheros—retracta te maldita serpiente rastrera.

—Nunca—estallo en risas, unas reales.

Mientras ellos hablaban de todos los desastres que habían ocasionado ya en la escuela y que ahora, en esas hermosas vacaciones de pascua se la pasarán un rato solos en lo que llegaban los chicos del callejón Diagon se les hizo de lo más tranquilo, ya que las vacaciones de verano las habían arruinado cuando entraron al bosque prohibido a días de regresar a casa. Encontrándose así con la hermosa y peligrosa Nagini que casi muerde a Harry por acercarse a su amo.

Días después lo habían empeorado todo con el hecho de que mientras Drake y Harry hablaban en voz baja (casi a gritos) sobre la serpiente. Habían escuchado que se llamaban por otros apellidos hasta nombres (menos él morocho). Entonces sus investigaciones (muy al estilo Muggle para el gusto de Riddle) les llevaron a estar castigado todo el resto de estás.
Ahora estaban dejando pasar lo de los mayores porque debían ser buenos después de ser castigados por cada barbaridad hecha en la escuela.

Tal vez por eso no se habían propuesto ir a ver ha los chicos y bien que habían hecho. Draco estaba nervioso, el Banco Mágico de Gringotts no había cambiado en nada seguía igual de grande e imponente.

—Buenas tardes—la voz del Goblin le hizo detener su examen sobre el hermoso lugar—¿En qué podemos ayudarles?

—Buenas tardes—la voz suave de Harry le hizo mirarlo y asentir—buscamos a Ragnok, díganle que unos viejos amigos lo buscan.

Él goblin se retiró un poco contrariado. Pero hizo lo que le pidieron al desaparecer por una de las puertas, dejando a otro que lo vigilará para que no robaran nada. Aún no usaban magos para ayudarles con las protecciones mágicas. Pasaron varios minutos en lo que esperaban algo ansiosos. Algo iba ha pasar a principios del cuarto año, ellos estaban conscientes de ello, por eso la urgencia de dejar todo en su lugar.

—¿Crees qué estarán bien?—pregunto picando su costilla con algo de fuerza.

—Deben estarlo—rió un poco sobándose con calma—o pasarán toda su vida castigados, hasta que se casen.

—Empiezo a creer que eres un tirano—refuto riendo.

Antes de que siguieran diciéndose cosas un tanto impredecibles el mismo goblin que les atendió apareció haciéndoles una seña para que lo siguieran entre pasillos que cambiaban de lugar distrayendo los con la gran cantidad de magia antigua que se percibía.

—Gracias—un inclinamiento de cabeza y un agradecimiento al ser traídos era lo mejor para ganarse a las criaturas más odiadas por tontos e insensibles magos.

—Adelante—una voz vieja y antigua les hizo abrir la puerta—sean bienvenidos señor Potter y señor Malfoy.

Colateral (En Revisión). Donde viven las historias. Descúbrelo ahora