-Nabil, el es Basil Denakis, es mi papá. Papá, él es Nabil, es mi amante- lo presentó orgulloso y Basil saludó a su yerno con una enorme sonrisa, parecía que sus dos hijos tenían una debilidad especial por los pelirrojos. Aquel pensamiento no sólo pasó por la cabeza de Basil.

-¿Un amante pelirrojo? Theo, deberías dejar de imitar a tu hermano al menos en esto- un hombre moreno, de aspecto fuerte, cabello oscuro e increíbles ojos grises salió de la casa. Nabil no había soltado palabra desde que aquellas personas comenzaron a aparecer. Simplemente la apariencia de aquel hombre no fue inferior al anterior en absoluto, parecía llevar un aire frío e inalcanzable con él. Nabil estaba simplemente demasiado abrumado. ¿Cómo podía haber gente tan guapa y encima verse tan joven a tal edad?

-Padre, tu sentido del humor es horrible, no digas esas cosas frente a Nabil ¿qué haré si cree que hablas enserio?- reclamó Theo y su padre rodó los ojos.

-¿Qué clase de hombre eres si no puedes hacerte cargo de algo tan sencillo?- preguntó. Theo suspiró y se resignó.

-Nabil, éste es Jason Lakis, mi padre. No escuches mucho de lo que dice, tiene el sentido del humor de una roca y no es divertido para conversar- se quejó. Basil se rió al verlos.

Nabil podría haberse puesto a pensar sobre la relación de padre e hijo, pero no había terminado de digerir el nombre que acababa de escuchar por lo que no pudo ponerse a pensar en nada más.

¡Jason Lakis!

¡El multimillonario! ¡¡El genio entre genios!!

-Señor...- a Nabil se le enredó la lengua- Yo...ah...- tartamudeó, Jason levantó una ceja y Nabil se las arregló para terminar de hablar-. Señor ¡lo admiro tanto!- la emocionada expresión dejó sin habla a los tres presentes. El primero en recuperar su ingenio naturalmente fue Jason.

-Una buena elección – aseguró y sonrió arrogantemente, como solo Jason Lakis podía hacerlo, pero todos podían sentir que este yerno tan particular tenía ya su aprobación.

-Papá, haz algo, padre no puede robarme a mi pareja- Theo se quejó con Basil como un niño pequeño haría.

Basil soltó una risita y le acarició la mejilla.

-Tranquilo bebé, no te van a quitar nada- aunque mientras hablaban Nabil ya seguía a Jason casa adentro hablando de todo lo que admiraba del hombre.

Jason escuchó las alabanzas de Nabil encantado, más que por que le gustara ser alabado porque notaba que la emoción en el pequeño pelirrojo era genuina y más aún, se notaba que sabía de lo que hablaba. Theo se había conseguido un muchachito capaz como pareja. Él sabía de los logros laborales del chiquillo pero escuchándolo hablar podía notar claramente la mente ágil que tenía en materia de programación y tecnología.

Habían entrado al vestíbulo cuando Basil se detuvo y automáticamente Nabil también lo hizo viendo al frente. Una voz gruesa y suave llamó su atención. Él había visto a ambos padres de Theo y no le cabía duda de donde había venido el increíble atractivo de su pareja, pero sencillamente todo el asombro anterior quedó relegado ante la imagen frente a él.

El hombre alto de cabello rubio largo atado en una coleta estaba parado de perfil mientras hablaba por teléfono. Tenía los ojos grises como los de Jason, la nariz recta, la piel perfecta, un rostro tallado por los dioses, hermoso y masculino. Aquel hombre era el primero que Nabil podía decir era un poco más guapo que Theo, algo que hasta ayer no había podido concebir.

-Andreass, cuelga y ven a conocer a tu cuñado- Jason ordenó. Aquel símbolo de perfección se giró a verlo y Nabil ahogó un suspiro. ¡Tan guapo!

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