Capítulo 17

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Dos horas después cuando bajaron de la mano, Theo tenía una enorme sonrisa en los labios mientras Nabil miraba resignado la arrugada ropa que tanto le había constado escoger para dar la mejor primera impresión posible.

-No te quiebres la cabeza pensando en la ropa- Theo le consoló rodeando los pequeños hombros con su abrazo- La primera impresión no es algo que puedas controlar- después de todo seguramente sus papás hacia mucho sabían de Nabil, o al menos su padre debía saberlo.

Nabil suspiró resignado y acurrucó la cabeza contra Theo encontrando consuelo en su cariño.

Un singular porsche azul los esperaba después de aterrizar. El chofer saludó cortésmente a Theo y después les abrió la puerta y les llevó a la mansión. A Nabil le impresionó lo indiferente que aquel sujeto permanecía ante las obvias muestras de afecto que Theo tenía a lo largo del corto viaje de apenas poco más de media hora. Poco sabía Nabil que aquel pobre hombre estaba más que acostumbrado a que el padre de Theo hiciera lo que le diera la gana en la parte de atrás del auto con su pareja desde hacía poco más de veinte años.

La "casa de campo", como Nabil esperaba, estaba lejos de poder ser descrita simplemente como una "casa", a pesar de que Nabil a estas alturas esperaba una impresionante construcción, aun así la belleza de los jardines, la extensión de la tierra y la exquisitez de la preciosa mansión blanca lo dejó impresionado.

Nabil se quedó embobado viendo la preciosa construcción, Theo estaba dando instrucciones al mayordomo que los esperaba sobre dónde llevar las maletas cuando una rica voz le llamó desde la entrada de la mansión.

-¡¡Theo!!- la alegre voz dibujó una sonrisa en los ojos de Theo y giró el rostro al hombre de mediana edad que venía saliendo del edificio. Nabil se quedó quieto observando al apuesto caballero. Era un hombre alto, rubio, de ojos verdes. Debía estar en sus cuarenta aunque era difícil adivinar su edad con un rostro tan atractivo y aquellos ojos tan brillantes y llenos de vida.

-¡Papá!- Theo exclamó alegre y Nabil se atragantó con su propia saliva ¿Papá? ¿Eso quería decir que aquel hombre debía estar rondando los cincuenta años? ¿Era posible verse tan bien? Siempre creyó que esa clase de privilegio solo estaba reservado para las estrellas del cine. Sin embargo... que hombre tan suave y apuesto...

Theo abrazó efusivamente a su papá e incluso lo levantó en el aire mostrando su emoción de verlo.

-¡Deja de hacer eso!- el papá de Theo le regañó y éste lo bajó entre risas.

-¡Aguántate! – reclamó- ¡Hace más de un mes que no te veo!- Theo se quejó- Tu y padre se pudren en dinero, ya dejen de trabajar- renegó. El hombre mayor rodó los ojos.

-Denegado- dijo simplemente y luego volvió la mirada a Nabil.

-Él es...- indagó aunque su rostro decía que ya sabía quién era. Theo asintió indicándole que era quien creía y se adelantó a presentarlos.

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