34.•Donde debo estar•.

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Las mentiras se alimentan de desesperación, tristeza y dolor. Quizás es por eso que te abandonan cuando mejor estas. Te clavan el puñal por la espalda solo para disfrutar del espectáculo de tus lágrimas y sollozos. De tu realidad falsa siendo demolida por una verdad que comienza a destruirte a ti. Porque abusaste tanto de las mentiras que estas te consumen, te conviertes en una y entonces te destruyes a ti también.

Cicatrices.

El dolor de las viejas cicatrices nunca desaparece realmente. Sentía que volvía a ese momento de mi infancia en el cual la burbuja de mentiras de mis padres se había pinchado, creando una reacción en cadena que terminó con la imagen del mundo como la conocía en ese entonces. Solo que ahora comprendía que aquella persona que creí que fue un regalo por parte del destino por haberme arrebatado la felicidad, no era más que una jugada sucia de la desgracia. Como si esta no se hubiese conformado con las lágrimas de una niña de 7 años y, en busca de más regocijo, se disfrazó de buena suerte para traerme un regalo que no haría más que hundirme aún más y más.

Solo que la desgracia fue astuta. Brillante. La ganadora. Adornó su regalo con una bonita mentira, una linda cara y la apariencia de un corazón noble. Me hizo encariñarme y amar a mi propia arma.

Así como la rosa más preciosa estaba adornada con espinas, él también lo estaba, pero como una tonta lo ignoré. Porque su trato falso y su apariencia me hipnotizaron, y cuando finalmente me di cuenta de lo que realmente escondía detrás de toda esa mascara de falsedad, ya era tarde. Ya había abrazado a la rosa como si mi vida dependiera de ella, ya estaba manchada con mi propia sangre. Ya estaba herida.

Culpa.

Sabía que gran parte de la culpa era mía y solo mía. Si bien Taehyung estuvo mal al tomar decisiones en mi lugar, creyéndose el dueño de mi vida e influenciándome a tomar decisiones para mantenerme bajo su mirada, después de todo era yo quien terminaba aceptando. Sabía que solo aceptaba por aquel sentimiento de apego que tenía hacía él y ahora también comprendía que él, a sabiendas de lo que sentía, usaba aquello para mi toma de decisiones. Pude haberme negado, pero no lo hice. Porque sabía que a su lado todo sería más fácil. Él no me dejó crecer por mi cuenta, pero yo tampoco me lo permití.

Tomé la cuchara que había dejado sobre el pote de helado y mientras llevaba el postre a mi boca me detuve a pensar en la primera vez que le había dicho que no a Taehyung. La primera vez que rechacé sus influencias que buscaban devolverme a su lado. La primera vez que, sin darme cuenta, di el paso más grande de casi toda mi vida fue aquella vez que él había querido –por no decir que prácticamente ya había tomado la decisión– de que yo dejara literatura para cambiarme a su carrera. Pensar en aquel día no solo infló mi pecho de un leve orgullo, sino que, inconscientemente, cuando pensé en la razón que me impulsó a rechazarlo y tomar una decisión por mí misma, tuve que obligarme a reprimir un sollozo.

Pensar en aquella tarde donde había disfrutado por primera vez de la compañía de Jungkook, aquel día donde descubrí ese universo que residía en la mirada de la única persona que se interesó por aquello que yo escribía y que, en efecto, me convenció de que no tenía por qué avergonzarme del hecho de que me habían rechazado de la universidad de bellas artes, porque la literatura era realmente lo mío. Porque las palabras que plasmaba en las hojas eran el verdadero arte. Pude ser firme con Taehyung gracias a Jungkook.

Supongo que era correcto afirmar que desde la llegada de Jungkook yo había podido ser más fuerte. Como si él me hubiese ayudado a abrir los ojos y me hubiese impulsado a valerme por mi misma. Y aunque sabía que el cambio estaba en mí, porque había madurado lo suficiente como para alejarme de aquellas personas toxicas que consideraba mis amigos, sabía que nada de eso hubiese sido posible si el no aparecía. Contrario a Taehyung –quien me ocultó en una caja de cristal nublada de mentiras– de alguna manera se podría decir que Jungkook solo me dio las herramientas y yo supe manejarme a mi manera, supe salir adelante.

FRDZ: Friendzone |J.JungkookWhere stories live. Discover now