-Day 01-

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# holding hands.

El tan esperado día del festival escolar por fin había llegado luego de una ajetreada semana en la que los alumnos de cada grado debían preparar algún stand o exhibición. MinHyuk adoraba los festivales que la escuela organizaba por el último día de clases, y le encantaba despilfarrar sus ahorros en todo lo que los chicos de otros grupos hubieran organizado, pero esa vez, sin duda, lo que más ansioso le tenía era la dichosa casa embrujada que los chicos de séptimo grado habían improvisado en su salón. Había escuchado muchos comentarios por parte de personas que al Maid cafe que su grupo había hecho llegaban, mientras él sólo contaba los minutos para poder ir a ver con sus propios ojos si era tan genial como todos decían. Pero tal cosa parecía ser cada vez más imposible, y es que el representante de la clase, el temible Yoo KiHyun, se lo impedía cada vez que Min le pedía un rato libre, y todo porque MinHyuk había resultado ser la sensación del grupo al pavonearse de aquí para allá en vestido, con total naturalidad y sin perder el buen ánimo, a diferencia de sus compañeros, que no dejaban de quejarse por el hecho de ir vestidos así.
A Min eso no le importaba; aunque en realidad, a MinHyuk casi nada le importaba, el chico era una bomba de positivismo, a todo le buscaba el lado bueno.

-Oye, Min, te buscan -dijo uno de sus compañeros de clase, un chico exageradamente alto y delgado que, al igual que él, llevaba un esponjoso vestido rosado que le llegaba un poco por encima de las rodillas, y medias blancas.
A todos los chicos de la clase les habían hecho vestir así, era esa la atracción del café que parecía haber sido todo un éxito, especialmente entre las chicas que no paraban de tomar fotos con sus celulares.
MinHyuk volvió la vista hacia donde HyungWon señalaba, y se encontró con su mejor amigo, WonHo, quien le saludaba de forma efusiva con una de sus manos, como si no le hubiese visto en meses, a pesar de que esa mañana habían caminado juntos hasta la escuela. El rubio rodó los ojos con una sonrisa, y negó, entregándole a HyungWon la bandeja con el sándwich de crema y fresas y el vaso de café helado. Entonces fue hasta donde su amigo.

-¿Tú no deberías estar en tu salón? -preguntó Min, al tiempo en que daba un suave apretón a la naricilla de WonHo.
A Min le gustaba su nariz, le recordaba a la de los conejos, sobre todo cuando la arrugaba y movía de lado a lado cada vez que el rubio la pellizcaba.
-Sí, debería, pero me dieron veinte minutos libres para visitar otras exhibiciones -dijo tras fruncir el puente de su nariz a causa de aquel pellizco, y enseguida echó una mirada al interior del aula de Min, donde todos parecían divertirse, especialmente ChangKyun quien no paraba de levantarle el vestido a los chicos cada vez que los pillaba desprevenidos-. ¿Aún no tienes libre?, venía por ti para ir a ver juntos lo que hicieron los otros grupos -dijo, y Min negó con suavidad.
-No, SatanHyun no me deja según porque muchos vienen a verme -respondió al rodar los ojos, no creyendo semejante excusa por parte del representante de la clase. Aunque tras una breve pausa, y un vistazo rápido a su salón, empujó a WonHo para que se moviera, y se echó a correr-. ¡Vamos! -gritó entre risas, abriéndose paso entre las personas que por el pasillo caminaban, y en poco ya habría aparecido KiHyun por la puerta, gritándole sabría Dios qué cosa, ya estaba demasiado lejos como para entenderle.
WonHo no pudo evitar reír al ver a MinHyuk correr frente a él, y es que el hecho de que el menor llevase vestido sin duda hacía más divertida aquella escena, sobre todo cada vez que Min tiraba de la falda para que no se le viera la ropa interior.

Y entonces llegaron al último piso donde la dichosa casa embrujada se encontraba. Min se apoyó en una de las paredes para recuperar el aliento mientras WonHo le imitaba, aunque sin dejar de mirarle como el idiota enamorado que era. Porque sí, WonHo estaba enamorado de MinHyuk desde hacía poco más de un año. Se había dado cuenta de ello el día que Min le confesó que había comenzado a salir con un tal HyunWoo y WonHo se sintió morir de celos por primera vez en su vida. Aún recordaba como ese día discutieron, y no se hablaron por un mes entero, hasta que Min llegó una tarde a casa de WonHo, llorando porque HyunWoo lo había terminado por ser demasiado molesto e infantil.
Y WonHo lo odió, lo odió como nunca había odiado a nadie, y esa noche en su bicicleta fue hasta la casa del idiota aquel, le hizo salir, y le rompió la nariz.
Estuvo medio año castigado, sin televisión ni Gameboy, pero a WonHo no le importó, para él había valido tremendamente la pena, y no iba a dudar en romperle la nariz a cualquier otro que se atreviera a hablar así de MinHyuk, porque para WonHo, MinHyuk era lo más precioso que existía; esa personalidad revoltosa e hiperactiva era lo que lo hacía tan precioso a ojos de WonHo. El mayor de ambos lo veía encantador incluso cuando el rubio hacía sus ridículas imitaciones de animales que a todos avergonzaban, pero a Min no le importaba, él las seguía haciendo, y WonHo siempre reía aunque él también creyera que apestaban. Y era esa una de las tantas cosas que WonHo adoraba de MinHyuk, esa seguridad que tenía en sí mismo, al chico parecía no importarle nada, hacía lo que quería sin pensar en el qué dirán. Y eso perfectamente lo demostraba al estar ahí, de pie junto a él vistiendo un vestido.

Cuando la fila avanzó y finalmente fue su turno de entrar a la casa embrujada, Min pagó por las entradas, y jaló a WonHo por la muñeca para adentrarse por aquel pasillo oscuro creado con mantas oscuras y tablas de madera.
-Minmoong, sí sabes que estas cosas no me gustan, ¿cierto? -preguntó WonHo, con el corazón golpeando fuerte contra su pecho, no muy seguro de si era por el miedo o los nervios de estar a solas, en un sitio así, con MinHyuk.
-Oh, vamos, no seas gallina, esto ni da miedo -dijo Min al tiempo en que movía con su pie una especie de zombie que se encontraba en el suelo como decoración.
-Si tú dices -repuso WonHo, antes de pegar un brinco en su sitio, y soltar un chillido al sentir sobre uno de sus hombros el agarre de una mano que de la nada salió, haciéndole pegarse como garrapata a MinHyuk, quien no pudo evitar reír a carcajadas, aunque él por igual gritó asustado cuando fue ahora a él a quien le sujetaran por los tobillos, pataleando para alejarse, tomando una de las manos de WonHo al echarse a correr entre risas.

Así, entre gritos y risas los dos chicos llegaron al final de aquella especie de laberinto, y aún tomados de las manos, salieron de ahí.
MinHyuk no se percató de ello hasta poco después, luego de haber notado la forma en que muchos les veían y señalaban; por un momento pensó que se debía a como iba vestido, hasta que el apretón a su mano le hizo saber que no era así.
Llevó su mirada hasta WonHo, y notó sus mejillas, habitualmente blancas, totalmente ruborizadas. Y quiso soltarle con cuidado, un tanto culpable y apenado, porque quizás WonHo se había sentido incómodo ante la forma en que les veían, pero el mayor se lo impidió al apretar el agarre a su mano.
Por primera vez WonHo quiso ser como MinHyuk, y no preocuparse por lo que las personas decían. Por primera vez quiso hacer lo que su corazón quería, quiso arriesgarse sin importarle el resultado..., y cuando Min le sonrió, y entrelazó sus dedos a los de él, supo que fue la mejor decisión que pudo haber tomado.

[mx] 30 oneshot challenge; wonhyuk. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora