1. Idiota Goldman

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No planeaba quedarme luego de la clase más allá de lo necesario, pero dado a que la Sra. Dailey acababa de colocar en la puerta la lista finalizada de parejas de laboratorio, no tuve otra opción excepto esperar por una oportunidad para vislumbrar con quién estaba atorado por el resto del semestre. Mientras permanecía sentado y esperaba a que la multitud de estudiantes impacientes se disipara, solo podía anhelar que no estuviera pareado con alguno de los estudiantes malos. Morgan Cook y su mejor amigo, Nate Anderson, estaban en esta clase después de todo y si estaba pareado con cualquiera de los dos, estaba más que seguro que mi año sería un infierno.

Una vez hubo un poco más de espacio para respirar junto a la puerta, me levanté de mi asiento y me colgué la mochila sobre el hombro. Tuve que mirar por encima de algunas cabezas, pero no tardé mucho tiempo en localizar mi nombre en la lista.

Elliot Goldman.

Deslizando mis ojos al nombre correspondiente, me sentí aliviado al encontrar que no era ninguno de mis torturadores.

Jordan Hughes.

Él era nuevo este año, si recordaba correctamente. Era de New Hampshire o algo así. Lo había visto en algunas de mis clases.

A pesar de que solo llevaba aproximadamente una semana aquí, su firme ascenso en la jerarquía social era dolorosamente evidente. En poco tiempo, sería otro miembro regular en la mesa de los populares, y probablemente terminaría torturándome al igual que los otros.

Ese era el ciclo.

Con un suspiro pesado, aseguré mi mochila sobre mi espalda antes de dirigirme a mi casillero.

Finalmente era mi tiempo favorito del día escolar: el final. Ahora podía irme a casa y pasar la noche viendo Netflix y comiendo Pizza Rolls.

Intercambiando mi libro de química por el de cálculo, rápidamente cerré mi mochila y cerré mi casillero. Desafortunadamente, no fui lo suficientemente rápido puesto que tan pronto pasé junto al baño, tres de mis personas menos preferidas salieron a saludarme.

Morgan Cook.

Nate Anderson.

Y Cole Decker.

-Ay, ¿a dónde cree que va el pequeño Idiota Goldman?- burló Morgan al ver que apresuraba mi paso.

Maldecí entre dientes e intenté ignorarles, pero Nate deslizó sus dedos bajo una de las correas de mi mochila y tiro de mí hacia atrás.

-Te hicimos una pregunta, Idiota- dijo Nate, cruzando sus brazos musculosos sobre su pecho. Supongo que así terminas cuando juegas futbol sin parar por cuatro años.

Él y Morgan eran ambos corredores de vuelta, mientras que Cole prefería ser parte del equipo de soccer. Desafortunadamente, eso significaba que las probabilidades de sobrepasarles si corría eran bajas.

-Marte- dije inexpresivo, encogiéndome mentalmente cuando me di cuenta de que solo acababa de empeorar la situación.

-¿Te crees divertido, Goldman?- Morgan me empujó hacia los casilleros, haciéndome golpear mi hueso de la alegría irónicamente, causando que perdiera la sensación en mi brazo.

-Bastante- dije, encogiéndome mentalmente otra vez. ¿Por qué mi mecanismo de defensa tiene que ser el sarcasmo?

Me preparé para recibir un golpe mientras Morgan retrocedía su puño cerrado. Solo logró darme un buen golpe en el estómago antes de que Cole dijera en un murmullo mascullado-. ¡Profesor!

-Aún no hemos acabado contigo, Goldman- grujió Morgan en mi rostro antes de soltarme y desparecer en dirección al baño con el resto de sus amigos.

Suspiré con alivio al ver que el profesor de educación física, el Sr. Mason, se acercaba a mí desde el pasillo.

-Buenas tardes, Elliot- saludó con una sonrisa cortés mientras pasaba frente a mí.

-Buenas tardes- le respondí antes de seguirle, dejando unos cuantos pasos entre los dos. No había manera de que me quedaría a esperar a que Morgan y sus amigos salieran del baño-. ¿Cuál es la agenda de la clase para mañana?

De alguna forma, había logrado evitar la clase de educación física durante tres años, pero ahora requería medio crédito de salud y bienestar para graduarme, lo cual significaba que ahora estaba atorado en una clase con todos los atletas que también necesitaban rellenar una hora de crédito. Toda una alegría para mí.

El Sr. Mason se giró para mirarme y se detuvo un poco para que pudiera caminar a su lado-. Ejercicios de soccer, probablemente.

Hice un quejido interno. Esto era otra oportunidad para que los demás me tropezaran y lo hicieran parecer un accidente

-No te preocupes, chico- me dijo dándome una palmada en el hombro, malinterpretando mi terror hacia la gente por terror hacia el partido-. Estoy seguro de que aprenderás en poco tiempo.

-Sí, supongo- le seguí la corriente. En realidad no era malo jugando al soccer. Mi padre y yo solíamos jugarlo todo el tiempo. Al menos hasta que me torcí el tobillo y mi padre recibió una promoción en su trabajo. Ahora siempre estaba muy ocupado como para hacer cualquier cosa excepto trabajar, comer y dormir.

Podría formar parte del equipo si así lo quería, pero no estaba muy interesado en misiones suicidas.

-Alégrate, chico- dijo riéndose al detenerse frente a su oficina-. Estarás bien.

-Gracias, profesor Mason- le sonreí de manera cortés mientras salía del edificio y comenzaba mi lenta caminata hacia casa.

Ahora tenía múltiples cosas que esperar para mañana. ¿No suena eso divertido?

Compañeros de Laboratorio (Traducción de Lab Partners)Where stories live. Discover now