El Amor De Un Príncipe ▪YoonMin▪

DE BUSQUEDAS Y MENTIRAS

Sus pasos iban lentos conforme llegaba a la habitación de su amigo. Tocó dos veces y esperó pacientemente la voz del pelinegro diciendole que pasara.

Pero no hubo respuesta, una vez más tocó pero nada. Fue ahi que decidió entrar y al ver la cama vacía con las sábanas revueltas se alarmó.

—¡Murphy!— gritó saliendo a buscar al sirviente.

Lo encontró sirviendo el desayuno para los Reyes.

—¿Y YoonGi no vendra a desayunar? — preguntó el soberano.

—No majestad, él se encuentra indispuesto.— respondió el sirviente y NamJoon frunció el ceño confundido.

Tal vez YoonGi ya estaba afuera en el jardín tomando aire fresco.

—Oh, NamJoon — lo llamó la Reina, sacándole de su maraña de pensamientos.
—Venga a desayunar con nosotros.

Pero NamJoon negó —Disculpe mi atrevimiento Alteza, pero ya desayuné antes y ahora tengo unos asuntos que resolver. — Hizo una venia — Le pido que me disculpe.

—No te preocupes, entonces puedes ir a atender tus asuntos — respondió ahora el Rey.

—Gracias majestad — asintió con la cabeza y le hizo una seña a Murphy para que venga con él.

Se dio la vuelta y salió del Palacio hacia el jardín.

Inmediatamente el sirviente apareció detras suyo.

—¿Dónde está YoonGi? — preguntó NamJoon.

El sirviente rápidamente titubeo — Yo- Ahm él...—Lanzó un suspiro — Se fue en busca del príncipe Jimin. — habló con preocupación y tristeza.

NamJoon abrió los ojos sorprendido ¿A que hora se había ido?

—¿Tomó un caballo?

El sirviente negó.

—¿Lo dejaste ir solo y con una herida que no sana en dos días? — preguntó al borde del colpaso.

—¿Qué iba a hacer señor? Él me dijo que si yo iba con él, él soberano se daria cuenta y haría cosas horribles — alegó el sirviente un poco desesperado.

NamJoon respiro profundo —En cierta parte tiene razón. —pensó un momento — Iré a buscarlo y asegurarme de que llegó bien al Reino de Jimin.

El sirviente asintió frenéticamente — Claro,  eso esta bien.

—No le digas al soberano nada y si te pregunta dile que salió conmigo. — NamJoon le dijo con voz segura y se dirigió al establo por un caballo.

Estaba seguro de que buscaria a YoonGi y si lo encontraba lo dejaría vivir con Jimin, después de todo. YoonGi se merecia la felicidad.

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—Alteza...¿Dónde pongo esto? — pregunto una sirvienta mirando a Jimin con varias ropitas de bebé.

El menor suspiró, frotando su frente. 

—Puedes dejarlo ahi encima de la cama, lo acomodare yo — le sonrió y la sirvienta aunque sorprendida dejó las pequeñas prendas encima de su cama y salió de la habitación.

—¿¡Te gusta lo que hice!? — de repente entró su madre con otros dos sirvientes detrás y también ropitas.

—Mamá deja de hacerlo ¿Entiendes? No sabemos si va a se-