PARTE 24.

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Ya iban para casi tres semanas que había salido de la casa Dolan, había estado viviendo en un buen lugar, que me rentaron por 120 dlls a la semana, estaba muy devastada, pero no era tiempo de dejarme vencer, he salido de peores situaciones, y vaya, de mejores casas me he largado.

La primer noche que pasé afuera, estaba demasiado dolida que me quedé dormida en un bar, al parecer, bastante reconocido, no supe cuanto había tomado, realmente no conocía la cuidad, desde que me mudé del otro lado de la cuidad con los chicos, poco había salido, me había escapado de casa, cosa que los chicos nunca se enteraron, y aún me reprochan, que idiotas, estaba muy enfurecida.

Ese día que desperté en el bar, el dueño, Gabriel, un hombre de unos 37 años, 1.80,  con barba y castaño y unos muy bonitos ojos verdes, se compadeció de mí y me ofreció trabajo y un hogar. 

***

Era mi primera semana trabajando con Gabriel, me sorprende que con su carisma y cuerpo bien ejercitado sea soltero. 

Estaba atendiendo a un cliente, cuando mi celular vibró, ya era de madrugada. 

Al desbloquearlo era un mensaje de Grayson, un vídeo para ser exactos. Al pulsar reproducir una lágrima rodó por mi mejilla, le dije a Alice, mi compañera de trabajo que me cubriera, salí hacía la parte trasera del contenedor corriendo, no podía creer, que aún estuvieran la mayor parte de mis cosas en su casa, y el solo se iba a hacer un trío y peor aún con la estúpida de Olivia "¡ERES UN IDIOTA!" le respondí y guardé mi celular.

Comencé a llorar desesperada mente, pateaba las cajas llenas de basura, estaba de verdad muy cabreada ¿¡Por qué carajos me lo enviaba!? y yo seguía pateando cosas, y al caminar más adentro, las lágrimas no me dejaban ver mucho y pisé una botella de vidrio rota, encajando la mitad de la botella en mi pie.

Ardía y dolía tanto, en  mi arrebato solo la saqué y di un grito de dolor, pero al sentir unos brazos que me rodeaban, yo solo me aferraba a él, a ese abrazo que tanto necesitaba, al voltear hacía arriba me di cuenta que era Gabriel.

Estaba en una miserable situación psicológica, Gabriel solo pasaba su mano por mi cabello, duró mucho tiempo ese abrazo, al separarme de él, no sabía como reaccionar, él me había ofrecido su ayuda sin siquiera hacerme una pregunta.

Seguía sumida en mis pensamientos y él solo seguía tomándome del cabello y viéndome directamente a los ojos.

Al querer retroceder caí de espalda, no recordaba mi herida. 

-¡Claire! ¿Qué te paso?, estas muy herida, vamos, te llevaré a casa.- dijo Gabriel levantándome del piso, muy preocupado. 

Me ayudó a caminar hacía su Jeep Wrangler Rubicon 4x4, verde palma, que tanto me encantaba, pero nunca se lo había dicho. 

Me tomó de la mano mientras manejaba, apreciaba mucho su gesto, pero yo iba con un dolor inmenso, en mi pie y en el corazón. ¿Cómo era posible? ¡maldita sea!

Al llegar, me ayudó a bajar del 4x4 y me llevó hacía el sillón más grande, nunca había visto una casa mas bonita, regularmente grande y excesivamente limpia, su sala, olía a limpio y a su perfume, ya había estado aquí, ya que recordando, vivimos juntos, pero apenas lo notaba a fondo.

Gabriel tenía rato que había desaparecido por una puerta.

-¡Aquí está!- reí un poco, parecía tan jovial, traía consigo un botiquín de emergencias. 

-¡Vaya! hasta que sonríes, muñequita.- Si... Muñequita, me dijo que yo le recordaba a una muñeca de porcelana que tenía su hermana cuando eran pequeños.

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⏰ Última actualización: Jul 14, 2018 ⏰

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