Capítulo 17: El sinsentido

146 17 100
                                    


Desearía vivir solo, los hombres deberíamos hacer lo que nos venga en gana; si estamos en 'depresión', el descanso sería más que aceptable. Hoy no quiero ir al colegio. Sé que no tengo alternativa, pero igual me pregunto, ¿Por qué? Sería suficiente si a partir de hoy no me presento; los días sucesivos tampoco, así hasta la eternidad; igual nadie me espera. Goten, quizá, pero no cuenta para mí; en este caso quien no necesita de mí es él, no al revés.

En un inicio pensaba demasiado en lo nuestro, aquello que se me escapaba de las manos, lo que jamás fue mío. No tiene caso, lo reconozco; a día de hoy mis pensamientos se articulan en lo más profundo, ni yo los entiendo, no se asocian con ninguna palabra.

Estoy completamente solo, harto, fastidiado de todo; no me siento libre. A veces quiero irme a la mierda, esfumarme por días donde no sea posible que me encuentren, confirmar que no existo para casi nadie. Pero no, nada de lo que he sacrificado habría servido de algo, aunque, de que sirvió hasta ahora sino para hacerme más miserable. En cambio, a veces quiero hablar con alguien.

Para empezar Goten es demasiado optimista, por no decir estúpido; cree que todo en esta vida se resuelve por arte de magia. En otro caso mis padres me odiarían, de hecho ya empiezan a hacerlo, por más que intento parecer normal no lo consigo. Es mi determinación por no tirar todo a la borda lo que no me ha delatado hasta ahora.

Piccolo, mis abuelos, alguno de los chicos de Kame House; nadie sirve, no conozco a alguien que me sea útil. Hasta he pensado en lo qué me diría Mirai si estuviese aquí, puede que esta vez él me daría ánimos. No tiene caso, él es tan perfecto, el hijo soñado por mis padres, creería que estoy trastornado porque me gusten los hombres; o al menos uno. De cualquier forma, dudo que lo vuelva a ver, o eso espero.

El agua desciende de la regadera, pura como de costumbre. Siento su calidez en mis poros; no acostumbro percatarme de su textura, a veces suave, a veces dura. En este momento preferiría estar tomando un baño en la tina, es estúpido pero para mí son como ráfagas de lágrimas, no lo soporto. Para colmo se me arrugara la piel, si dicen que somos los más fuertes del universo, patrañas.

Me veo en el espejo sin contemplaciones; estoy desnudo y poco me importa, este cuerpo puede ser bello o no, pero es mío. No sé qué me vio Goten, no estoy para nada mal aunque creo que le gustaba porque me conocía, le agradaba mi personalidad. Es raro, a mí me gustaría ser como él porque primero fui un niño altanero y creído para luego convertirme en un idiota, en no sé qué cosa. Estoy hastiado de mí mismo, mejor tarareo una canción para no pensar en nada. Es hora de irme.

El olor del cigarro es diferente a lo que acostumbro, me irrita la nariz, es una sensación profunda, siento algo húmedo; a ciencia cierta no soy capaz de describirlo, una cosa más que no soy capaz de hacer.

No he logrado atender ninguna clase, giro el lápiz esperando que mi mano escriba pero no lo logro, es como si tuviese vida propia.

-Mi novio es bien cachondo-

-Ojalá tuviera un novio, que triste mi vida-

-Ya llegará-

Sexo, sexo, sexo. Es curioso, cuando nadie nunca te habla te vuelves mucho más perceptivo en conversaciones ajenas. Tengo la impresión de que todos estos chicos que me rodean son productos de un holograma, o un sueño, no los entiendo, son tan falsos.

Regresando al tema, no recordaba que era virgen, gracias chicas, una razón menos para sentirme feliz, es también una razón más para no comprender el rumbo de mi vida. Nunca pensé seriamente que llegaría a hacerlo con Goten; un sueño imposible, ahora lo dejo en –imposible- simplemente, ni a sueño llega.

Arruinaste mi identidad  (Truten)Where stories live. Discover now