Capítulo 8: Un frío invierno (parte 2)

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Los Saiayin retomaron el vuelo hacia la zona donde se encontraba la tienda de videojuegos. Era un edificio antiguo dónde el tercer piso era exclusivo de juegos, al llegar tuvieron que atravesar un pasillo largo y subieron un piso al área de comidas.

-Ayyyy- gruñó el estómago del pelinegro- me estoy muriendo de hambre- cerró los ojos y se tocó el abdomen

-Espérate, solo venimos por los juegos- se le contagió el apetito y su estómago resonó

-¿También tienes hambre?-

-No- mintió el pelilila y un rugido atravesó su cuerpo provocando que unos curiosos lo miraran con extrañeza ante el estruendo

-Claro que sí-

-No es cierto- frunció el ceño, pero sintió un retortijón causando que se tomara la barriga con sus manos agachando la cabeza

-Trunks ¿Estás bien?- acercó su oreja a la altura del ombligo del mayor por encima de su camisa tocándolo repetidamente mientras doblaba sus nudillos -toc, toc, toc, ¿hay alguien aquí? - sonrió expresivo -puede que vayas a tener un bebé y por eso tengas tanta hambre - se rio el menor

-Idiota- refunfuñó alejándole la cabeza con violencia

-Perdón, era una broma-

-Cállate, sabes que los hombres no pueden tener bebés- expresó enfadado mirándolo con sus ojos azules penetrantes

-Ya lo sé, además aunque pudieras tener un bebé como una mujer necesitarías a un hombre para que ...-

-¡No sigas Goten!- dijo entre enfadado y avergonzado "Qué estúpido, debí decir simplemente que se callara desde el inicio " se regañó a si mismo

-Discúlpame, es que con el hambre no pienso bien- hizo una mueca tomándose la parte posterior de la cabeza con su mano izquierda

-En fin, la razón por la que tengo hambre es porque no comí muy bien los últimos días- el apetito de su amigo le recordó que era un Saiayin y debía ser un tragón por naturaleza-Pero no me gusta invitarte a comer- dijo con franqueza

-No te preocupes, no quiero que gastes tu dinero-

-No, es que tú no tienes modales- reveló el pelilila mientras su cuerpo pedía alimento

-¿Enserio? Yo pensé que a todos les agradaba mi forma de comer- habló el menor girando la cabeza hacia su hombro

-Está bien, ya no aguanto más, vamos a comer, pero compórtate Goten-

-Genial Trunks, gracias, de verdad me muero de hambre- sonrió y sus ojos brillaron de emoción

Los chicos pidieron bastantes platos de fideos y mariscos con pulpo. Se sentaron en unas mesas redondas alrededor del centro de comida. Cuando casi terminaban un chico mediano y bronceado pasó a un lado de su mesa robándole la atención a Goten por unos segundos

"Qué demonios le pasa a Goten, acaso le gusta ese sujeto" se preguntó el pelilila "Jamás pensé que él viera a los chicos de esa forma, nunca antes me fijé en eso mientras estábamos juntos. No me molesta ... digo él me atrae, pero sólo lo veo como un amigo, él puede ver a todos los chicos que quiera" una pesadumbre cayó sobre su bocado "Claro que no estoy celoso, es sólo que es extraño" empezó a sentir un vacío en sus entrañas "A mí nunca me ha mirado así" dijo otra voz en su interior "¿Por qué rayos pienso eso?" observó como veía su amigo al desconocido con detenimiento y perdió la paciencia, a pesar de que intentó convencerse que no le importaba

-¡Goten!- le tronó los dedos cerca de su oreja -Ya pon atención aquí- exclamó disgustado

El pelinegro reaccionó y notó la mirada severa del mayor -Perdón- se disculpó apenado -Yo sólo lo vi unos segundos-

Arruinaste mi identidad  (Truten)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora